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La castaña toma impulso en las Villuercas con más de 1.000 productores gracias a los buenos precios en origen

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Efrén Martín

El cultivo del castaño forma parte esencial del paisaje agrícola de la comarca cacereña de Las Villuercas, y de algunas zonas cercanas como Ibores y Jara, en la que unas 1.000 familias son productoras. Un cultivo que crece cada año, con nuevas plantaciones muy adaptadas a su geografía de sierra, y también con la reconversión de antiguas plantaciones. Los buenos precios en origen obtenidos en la última década han sido claves para mantener con fuerza el cultivo, que se enfrente a diferentes desafíos desde los sanitarios para hacer frente a plagas como la del chancro, la tinta de castaño o la avispilla hasta la mejora de la comercialización directa hasta el consumidor limitada a grandes empresas como Castañas El Común en Guadalupe.

Una buena parte del interés por mantener y mejorar el cultivo de la castaña en la comarca lo tiene la Asociación de Productores de Castañas de Villuercas creada en 2014, cuyo técnico es Efrén Martín, uno de los mejores conocedores del cultivo en España. “Hay que tener en cuenta -asegura Efrén Martín– que el cultivo de la castaña por lo general ha abundado en zonas donde hay una lata despoblación. La menor producción unida a que la demanda, especialmente del gran mercado de consumo europeo del producto que es Italia, ha permitido mantener buenos precios en origen en la última década. Más que de un cultivo en expansión, podemos hablar de un cultivo que crece con la reconversión de cultivares antiguos y con nuevas plantaciones localizadas. La gran ventaja para Las Villuercas es que el cultivo de la castaña, y de la variedad predominante aquí, es que se adapta muy bien a este terreno y al clima”.

Zonas de producción
Según datos de la Encuesta de Superficies Agrarias del Ministerio de Agricultura, Extremadura contaba a finales del año 2021 con un total de 2.957 hectáreas de castaños para fruto, de las que solo 228 estaban en regadío. Las comarcas de la provincia de Cáceres, junto con la comarca de Las Villuercas son las que concentran la mayor parte del cultivo y la producción. En el Vegas del Guadiana también existen algunas plantaciones más intensivas, pero minoritarias. “En el caso del norte de Cáceres, sobre todo por la comercialización que realiza hasta el cliente final la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte la gestión del producto está más profesionalizada. Poco a poco, las cooperativas de Las Villuercas, como la de Navezuelas o Robledollano, intentan dar pasos para mejorar la comercialización final del producto”.

En el caso de Las Villuercas, el perfil medio de productor es el de aquellas explotaciones de unas 5/6 hectáreas de media, que resultan complementarias a agricultores que también tienen olivos o cerezos, ganaderos, o agricultores de fin de semana. Uno de los objetivos de la Asociación de Productores de Castañas de Villuercas era la creación de una marca de calidad o Denominación de Origen para valorizar el producto. Un proyecto que por el momento, según reconoce Efrén Martín, está parado, ya que salvo en el caso de la empresa El Común, la comercialización directa del producto por otros actores del cultivo en la comarca está limitada.

La Asociación de Productores forma parte del Grupo Operativo GO Castanea que nació para fomentar la revalorización de los castañares de Extremadura, mejorar la gestión de las explotaciones y el estado fitosanitario del castaño en la región. Este grupo está promovido por la Asociación de Productores de Castañas de Villuercas; Agrupación de Cooperativas Valle del Jerte; Grupo Alba Internacional; Cooperativa del Campo Navaconcejo y la participación de CICYTEX y la Universidad de Extremadura. Un programa que según Efrén Martín está obteniendo resultados muy interesantes contra la plaga del chancro y que sería vital mantener tras la finalización del programa.

El castaño avanza como cultivo de sierra con más de 3.000 has

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Castañas El Común, una de las empresas con más producción en Extremadura, trabaja para entrar en el negocio de la castaña seca

El cultivo del castaño se ha asociado desde hace muchos años a varias comarcas extremeñas, como la de Villuercas-Ibores, Valle del Jerte, La Vera, Valle del Ambroz, o municipios concretos como Valencia de Alcántara o Cabeza La Vaca. Un cultivo que no ha dejado de crecer en los últimos años, renovando castañares tradicionales y ganando terreno baldío en terrenos de sierra.

Aunque las cifras de la extensión de cultivo varían bastante, al existir mucho castaño diseminado que no cuenta como cultivo como tal, los datos del Ministerio de Agricultura acercan ya su cultivo estable para fruto a las 3.000 hectáreas en la región. Si se contabiliza la destinada a madera y para uso forestal, la extensión puede aumentar sensiblemente.

Actualmente por su precio en origen, se trata de uno de los cultivos de sierra más rentables y que mejor puede adaptarse a la región. Como por ejemplo, en Gata-Hurdes, donde ha crecido el interés por el producto. En el cultivo tienen destaca presencia las cooperativas como la de la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte o la de cooperativas más pequeñas en la comarca de las Villuercas, y grandes empresas como Castañas El Común, con sede en Guadalupe.

Esta última vende sus castañas en su tienda on line en diferentes formatos, desde bolsa de malla de un kilo a cuatro euros hasta sacos de yute de 25 kilos pensando para comercios. Y también harina de castaña. Ahora trabaja en entrar en la transformación para comercializar castañas secas, un producto con una demanda creciente y que permitiría a la castaña extremeña ampliar su presencia temporal en el mercado. Según Rocío Vázquez, directora de Castañas El Común, “estamos trabajando para empezar a transformar. Lo estamos focalizando en castaña seca”.

Esta empresa produce cada campaña entre 400.000 y 500.000 kilos cada campaña, aunque prevé alcanzar el millón de kilos cuando todos sus castañares estén producción. Una parte de su producción es para el mercado nacional, pero también exporta varios mercados europeos,  Canadá y los países árabes, donde sus castañas que compiten con las de origen turco y chino. En Europa, Italia es el gran mercado de consumo de la castaña, seguido también de Portugal donde en zonas fronterizas con Extremadura como Marvao cuenta con gran tradición.

Comarcas estrella
El auge del cultivo de la castaña en Extremadura tiene mucho que ver con la disponibilidad de planta de calidad. Efraín Martín, responsable de Arbolé, es uno de los mayores conocedores del sector de la castaña en Extremadura, y ha trabajado asesorando a nivel agronómico en plantaciones en el norte de Cáceres y en las Villuercas, donde también colabora con la Asociación de Productores de Castaña de la zona. Para Efraín, el castaño “es un cultivo en auge en zonas como Villuercas, Jerte, La Vera y Valle de Ambroz), como lo demuestran los pedidos de plantas híbridas en los últimos años. Posiblemente desde hace unos 3 años en Extremadura si han plantado una media 150 ha de nuevas plantaciones”. El vivero de Efraín Martín, cerca de Navatrasierra, está especializado en castaño en ecológico.

El Jerte y las Villuercas son las dos grandes zonas productoras de castaña de la región. La producción media regional está en torno a los 4,5 millones de kilos, de los entre 2,5 y 3 millones proceden del norte de Cáceres. La producción en la zona de las Villuercas oscila entre el millón y millón y medio de kilos. Destaca sobre todas la variedad Verata. Desde la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte llevan muchos años exportando el producto, sobre todo en los mercados europeos en los que sus cerezas y picotas tienen más demanda.

Uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta el sector de la castaña es el de la plaga de la avispilla del castaño (Dryocosmus kuriphilus), que ya ha llegado a Valle del Jerte y Gata, y que ha causado importantes daños en castañares de Italia y Portugal.

El cultivo de frutos secos crece en Extremadura desde las 4.100 has en 2010 a casi 20.000 has

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Liderados por el almendro con 13.205 has seguidos por el castaño con 2.770, el nogal con 1.457 y el pistacho con 1.172 has

El crecimiento del cultivo de frutos secos en la comunidad de Extremadura -básicamente almendros, nogales, castaños y pistacheros- sigue siendo exponencial en los últimos años. En alguno de estos árboles, han pasado de ser un cultivo testimonial o casi insignificante a ser uno de los que más crece, como es el caso del almendro.

Según los datos del ESYRE, la encuesta de superficies agrarias del Ministerio de Agricultura, entre 2010 y 2019 -es decir, en la última década- la superficie dedicada a estos cultivos pasado de las 4.116 hectáreas en total a las más de 19.600 el pasado año. Es decir, su cultivo ha crecido en más de 4,5 veces, con más de 15.000 nuevas hectáreas.

Almendro
Si hay un cultivo que ejemplifica el interés de los agricultores y de propietarios de fincas con ganas de invertir en nuevos productos, el que más ha destacado en los últimos tiempos es el almendro en intensivo o superintensivo. Su cultivo en la región ha pasado de las 1.990 hectáreas en el 2010, muy concentradas en la provincia de Badajoz, a las 13.205 hectáreas actuales, con presencia creciente en la provincia de Cáceres también.

Aunque los precios en origen del producto han experimentado una sensible merma en las últimas campañas, más atenuada en el caso de la almendra en ecológico, motivado por la situación en los mercados internacionales pero también por la creciente producción española. Según los datos de la Lonja de Reus, en menos de un año, la variedad Comuna se ha dejado más de 1,70 euros por kilo, cotizando a mediados de agosto por debajo de 3,50 euros/kilo con una caída en el último año del 30%.  En el caso de la variedad Marcona, la más demandada, la cotización ha bajado ya de media de los cinco euros cuando a finales del 2019 se cotizaba a 6 euros/kilo.

Hay que tener en cuenta que el cultivo del almendro se acerca ya a las 690.000 hectáreas en España. El 85% de estas hectáreas sigue siendo de secano en la actualidad. Pese al fuerte crecimiento de la producción, el mercado español importa cada año unas 90.000 toneladas de almendra, especialmente de California. Durante el estado de alarma, los frutos secos fueron uno de los alimentos cuya demanda más creció en los lineales, por encima del 60%.

Otros cultivos
Además de la almendra, hay otros frutos secos cuyo cultivo ha experimentado también u fuerte crecimiento. Este el caso del nogal, que ha pasado de 431 hectáreas en 2010 a las 1.457 en la actualidad. El interés de empresas como Borges en este cultivo ha sido clave en este crecimiento. Mientras, el cultivo del pistacho ha pasado de no contar con prácticamente ninguna hectárea en 2010 a disponer de 1.172 hectáreas a finales del año pasado, contando incluso con una asociación de productores, Propistaex, y alguna importante industria transformadora como Green Pearl en Navalmoral de la Mata.

Mientras, el cultivo del castaño, más tradicional en la región en las comarcas del norte de Cáceres y en la zona de las Villuercas-Ibores también ha crecido en algo más de 1.000 hectáreas en la última década, hasta las 2.770 has.

También está creciendo con fuerza en las últimas campañas el cultivo de la higuera, de la que Extremadura es líder nacional con  más de 12.200 has de cultivo, aunque resulta imposible separar las que van higo seco de las de higo fresco y para industria.

Foto: Borges

El cultivo de frutos secos crece un 20% anual en Extremadura

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Almendros, castaños, nogales, higueras y pistachos suman 20.000 hectáreas de cultivo gracias a su gran demanda y buenos precios en origen

El pasado 12 de octubre, en el auditorio de la Feval no había un asiento vacío. La razón la tiene el interés que despierta el almendro entre los agricultores profesionales extremeños. La empresa Agromillora organizaba un Foro Internacional sobre el Almendro con la presencia de importantes directivos de grupos como El Lobo o Ferrero y lo presentaba con el sugerente título de “Extremadura, la nueva California”.

Y no es para menos visto el “boom” de nuevas plantaciones de frutos secos que se están plantando en los últimos años en la región. Entre almendro, castaño, nogal, higuera, pistacho y pecano  ya suman cerca de 20.000 hectáreas, una gran parte de ellas en regadío. Según los datos del ESYRE, la Encuesta de Superficies y Rendimientos de Cultivos del Ministerio de Agricultura, el ritmo de nuevas plantaciones de frutos secos en Extremadura crece a una media del 20% anual.

Este fuerte incremento en las plantaciones y producciones ha provocado que importantes grupos cooperativos hayan tenido que abrir secciones de almendro. Grupos como Borges o PASAT llevan muchos años cultivando este tipo de productos en la región.

Los buenos precios en origen de este tipo de cultivos y la coyuntura complicada de otros cultivos, han puesto los ojos de muchos agricultores en ellos. Cada uno con su particularidad, tanto en inversión por hectárea como en variedades más adecuadas para los suelos y climas de la región y por su entrada en producción.

Almendras y pistachos
El cultivo que está tomando más fuerza en los últimos años es el del almendro, que supera ya las 10.00 hectáreas según datos de la Junta de Extremadura, y que en el último año creció un 21%. Aunque sus precios en origen son inferiores a los de hace 5 años, siguen estando por encima de los 4,5 euros/kilo de media.

Otro cultivo más tradicional en Extremadura, como el castaño, sigue creciendo en hectáreas hasta superar las 2.400 hectáreas, con zonas muy importantes como las de la comarca de las Villuercas en pueblos como Navezuelas, Guadalupe o Berzocana. Y también en las comarcas del norte de Cáceres, siendo también un producto de gran venta de la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte. El precio en origen se ha movido esta campaña entre los 1,70 y 1,75 euros/kilo para el productor.

Otro producto con creciente interés es el del pistacho que suma en torno a las 1.000 hectáreas de cultivo, tanto en riego como secano, y que ya cuenta con una Asociación de Productores (PROPISTAEX) que agrupa a unos 60 productores y unas 600 hectáreas de cultivo. En secano, con producciones de 800 a 1.000 kilos por hectárea, y en riego de 1.500 a 2.000 kilos. En convencional, en temprano, se paga entre 6,5 a 7 euros/kilo y en tardío, entre 8 a 9 euros/kilo. La región cuenta con una importante comercializadora de pistachos, Green Pearl, con sede en Navalmoral de la Mata.

Otro cultivo que despiertan gran interés es el nogal, con unas 1.075 hectáreas en la región, de las cuales 400 gestionadas por BAIN (Borges Agricultura & Industrial Nuts), que cotiza en Bolsa. Según Afruex, se esperan para esta campaña 5 millones de kilos de nueces. Con una superficie menor pero con gran potencial en la región, el pecano o Carya illinoinensis ya suma unas 30 hectáreas de cultivo, según Margarita López Corrales, Ingeniera Agrónomo del Centro de Investigación Finca La Orden- Valdesequera de Cicytex, entidad que lleva años estudiando su cultivar en tierras extremeñas.

Mientras, la higuera sigue sumando hectáreas sobre todo en riego de apoyo, tanto para higos secos como para fresco. Con precios en origen entre 1,70 y 2 euros de media por kilo para seco, y un creciente mercado nacional e internacional, basado en la calidad de la variedad Calabacita frente al higo turco.

Rocío Vázquez (Castañas El Común): “La castaña es el futuro para Las Villuercas”

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Entrevista con
Rocío Vázquez
Gerente de Castañas El Común

Castañas El Común, ubicada en Guadalupe (Cáceres) se ha convertido en una de las empresas de referencia del sector de la castaña, con 320 hectáreas de cultivo y unos 450.000 kilos de producción, y en una de las grandes impulsoras del sector en la comarca de Las Villuercas. También cuenta con higueras Cuello de Dama y nogales.

El pasado mes de septiembre se celebró en su finca una jornada del IX Encuentro Europeo de la Castaña –compartido con Plasencia– ­­­ para debatir sobre el futuro del sector, sus retos y problemas como el de la plaga de la Avispilla.

Un cultivo muy social y familiar que ayuda a fijar población en las zonas rurales, aunque debe avanzar en imagen de marca y comercialización directa. En Las Villuercas se pueden encontrar castaños singulares con más de 600 años de edad, como los de la chorrera de Calabazas en Castañar de Ibor o el Castaño “Abuelo” en Guadalupe.

El castaño se planta a un marco amplio de 18×18 con una densidad de 30 árboles/ha, con planta de castaño reboldano o bravío que se trasplanta de los chirpiales de los bosques de castaños. A los 10-12 años de la plantación, cuando alcanza un grosor de 10-15 cm, se les injerta de la variedad verata.

¿Cómo fue la campaña pasada?

A mediados de noviembre comenzó la temprana, que fue buena por cantidad y calibre. La variedad Verata, es tardía de por sí. Los precios al inicio de campaña fueron buenos porque se retrasó la entrada y no había producto, hasta que entraron Galicia y Portugal. Este año también se ha visto castaña griega en España, que también es temprana, lo que añade un nuevo competidor más. Italia, que es el mercado más importante de consumo, estuvo algo parado al inicio porque hizo mucho calor allí. Pero la ventaja de la castaña es que no hay suficiente producto para abastecer el mercado.

¿Qué importancia tiene para la comarca de Las Villuercas el cultivo de la castaña?

Es un cultivo estratégico y de futuro para muchas familias de la comarca que ven en la castaña una parte importante de sus ingresos anuales. Una familia puede vivir de un castañar perfectamente. El castaño es un medio de vida. Tenemos que hablar con la Junta de Extremadura para conseguir que nos ayuden a plantar más, a hacer cambios de cultivo, para instalar alambrados para proteger de la caza que se comen los brotes e incluso las propias castañas. De hecho, se han plantado muchos castaños en los últimos tiempos gracias a los buenos precios obtenidos, incluso de nuevas variedades más tempranas para completar más meses de oferta aunque se  tiende sobre todo a la Verata que es la nuestra y que ha demostrado una mejor adaptación a esta zona.

¿Sería importante para el sector contar con un sello de calidad para la castaña de Las Villuercas?

En ello estamos. Para una DO no sería tan difícil porque la mayoría tenemos la variedad Verata. Hay que seguir trabajando para conseguir algo así. Un primer paso importante ha sido crear una sociedad de productores de castañas en la que estamos empresas, cooperativas, pequeños productores. Y que cuenta durante seis meses con un técnico que nos ayuda por ejemplo para el tema de enfermedades y plagas. Por ejemplo, la Avispilla ya ha entrado en zonas de Andalucía, Galicia o el Bierzo. Aquí no ha llegado aún pero puede hacerlo y hay que estar preparados.

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Extremadura se suma al “boom” de los frutos secos

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El cultivo de almendros, castaños, nogales, pistachos e higueras suman 25.000 hectáreas gracias a sus precios en origen

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Pistacheras

En las estanterías de los principales supermercados e hipermercados españoles, con Mercadona y LIDL a la cabeza, los frutos secos cada vez ocupan una posición más estratégica. Ya generan tráfico de clientes porque hay un nuevo perfil de consumidor que los demanda por sus grandes virtudes saludables. Y por su amplitud de usos en la cocina, desde el desayuno a las ensaladas repostería o los guisos.

Los frutos secos están de moda y Extremadura no se está quedando atrás en su cultivo. En la actualidad las plantaciones de almendros, castaños, pistachos, nogales e higueras en la región ya se acercan a las 25.000 hectáreas de cultivos, de la que más de 12.500 ya estarían en regadío, con crecientes producciones.

Aunque en algunos casos sus cotizaciones han bajado sensiblemente en las tres últimas campañas, como de la almendra de la variedad Marcona, que pasó de cotizar a 8 euros/kilo en 2015 a los 4 euros/kilo actuales, siguen manteniendo unos precios en origen mucho más rentables para el productor que otros muchos cultivos de regadío. Según los expertos, siempre hay que tener muy clara la inversión inicial que habrá que realizar antes de poder comenzar a amortizar la plantación.

Diversificar
Extremadura cuenta en la actualidad con más de 10.500 hectáreas de almendros, según los datos de la Encuesta de Superficies Agrarias del Ministerio, de las que más de 8.000 están en regadío. Incluso en zonas tradicionales de plantación de frutales, hay productores que han comenzado a diversificar con este árbol. Lo que ha obligado a varias cooperativas de las Vegas del Guadiana a abrir secciones propias de almendra para dar servicio a sus socios en campaña. Empresas como Novalmendro y Agromillora son muy activas en el asesoramiento de su cultivo.

Otro de los productos clásicos en la región es el castaño, sobre todo en la comarca de las Villuercas y en otras del norte de la provincia de Cáceres. En total, el castaño suma más de 2.500 hectárea de cultivo de las que la gran mayoría son de secano. Empresas como el Común o cooperativas como la Agrupación del Valle del Jerte figuran entre las más activas en su comercialización.

Cotizaciones
Otro de los cultivos emergentes es el del nogal, con cotizaciones muy interesantes y una demanda creciente. Actualmente hay más de 1.650 hectáreas cultivándose en la región, la gran mayoría en regadío. El grupo Borges, uno de los mayores operadores europeos del sector del frutos secos, es muy activo en la producción de nuez de la variedad Pizarro en Extremadura.

Otro de los cultivos estrellas en el sector del fruto seco es el de pistacho, que suma en España unas 12.000 hectáreas de cultivo de las que el 80% se concentran en Castilla-La Mancha. Extremadura cuenta con algo más de 600 hectáreas cultivadas, de las que algo menos de la mitad son de regadío. En este cultivo, la elección varietal es fundamental. En Extremadura empresas como Nuevos Cultivos-Greenpearl en Navalmoral de la Mata o Pistacho de Extremadura desde Zorita asesoran en las mejores opciones.

Por último, el cultivo de la higuera vive un nuevo resurgir en la región, tanto para seco como para fresco. Con algo más de 12.000 hectáreas plantadas, Extremadura lidera la producción española y europea. Sus buenas cotizaciones en las últimas campañas han despertado el interés de grandes empresas hortofrutícolas para diversificar sus producciones de fruta de hueso.

Extremadura cuenta con 14.000 hectáreas de frutos secos, lideradas por almendros y castaños

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El Grupo Borges concentra el I+D agrícola del grupo en su filial de frutos secos Bain Extremadura cerca de Olivenza

cultivo de almendro

Cada vez es más común ver en el Diario Oficial de Extremadura informes de impacto ambiental para la transformación en regadíos de tierras hasta ahora de secano. Y una buena parte de ellos son para plantar almendros. Uno de los últimos ha sido el de la empresa Soltillán Inversiones, en la finca La Garza de Oliva de Mérida, para un terreno de 66,6 hectáreas.

Es solo un ejemplo del boom que las plantaciones de frutos secos viven en Extremadura y en toda España, gracias especialmente a sus precios en origen que permiten un margen mayor –y sin depender de las ayudas europeas de la PAC– a las producciones agrarias.

Según los últimos datos de la Encuesta de Superficies Agrarias que publica el Ministerio de Agricultura referidas al año 2017, la región concentra ya en torno 14.000 hectáreas de cultivos de frutos secos: algo más de 10.000 hectáreas de almendros –el cultivo que más crece incluido en zonas tradicionales de regadío–, 1.052 hectáreas de nogales, 2.392 hectáreas de castaños y 373 de pistachos.

Gigantes del mercado de frutos secos, como el grupo Borges, cuentan con filiales en la región, como Bain Extremadura, con sede en la carretera de Olivenza, para la explotación de plantaciones de nogal, pistachero y almendro en Extremadura, así como a su procesado y comercialización. También cuenta con su propio vivero y es la responsable del I+D agrícola del Grupo.

De todos estos cultivos de frutos secos, el castaño ha sido tradicionalmente el más asentado en la región, en zonas como Guadalupe o Navezuelas, y también en La Vera y el Jerte, en el norte de Cáceres.

Andrés Álvarez Perea (Valgren): “Las Hurdes tienen mucho potencial para el cultivo del cerezo»

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Entrevista con
Andrés Álvarez Perea
Director General de Valgren

La empresa familiar Valgren, con origen en Cabezuela del Valle, se ha convertido en los últimos años en uno de los referentes de la producción y comercialización de cerezas y picotas del Valle del Jerte en España y varios mercados exteriores. Comercializan una media de 2.700 toneladas de cereza y 300 toneladas de picotas cada campaña, además de 250 toneladas de castañas procedentes del norte de Cáceres.

Por otra parte son mayoristas de frutas en el mayor mercado de frutas de España, Mercamadrid, desde donde distribuyen a distintos puntos de la península y mantienen lazos comerciales con otros mercados de importación. Valgren cuenta asimismo con una producción de 1800 toneladas de fresa en Huelva durante los meses de Diciembre a Mayo.

Más del 50% de su producción se destina a la exportación en mercados como Francia, Italia, Portugal, Holanda, Bélgica, Finlandia y Países Bálticos, además de una línea de exportación aérea al continente Asiático a mercados como Singapur, Hong Kong o Malasia, aunque su mercado estrella son las grandes cadenas de distribución nacionales.

Andrés Álvarez Perea, gerente de la empresa, ha aprendido el negocio de su padre, con muchas décadas a sus espaldas en la producción y comercialización de cerezas.

Su central hortofrutícola de Cabezuela del Valle cuenta con 2.400 m2 de frío para el almacenamiento de fruta, una máquina de calibrado óptico y una línea de envasado con una capacidad de procesado para 50 toneladas diarias.

¿Cómo valora la gran distribución disponer de cerezas y picotas de calidad en campaña?

Las cerezas son un producto muy goloso para las grandes cadenas de distribución alimentaria. Aunque el Jerte tiene cada vez más competencia. Si hace 20 años el 80% de las cerezas que se vendían en España procedían del Valle del Jerte, actualmente este porcentaje estaría en torno al 17%. Asimismo hay otras zonas en España que han apostado fuerte por el cultivo aun tratándose de calidades diferentes. Por otra parte no nos podemos olvidar de Turquía, el mayor productor de cereza a nivel mundial y cuyo género, dependiendo de la duración de nuestra campaña, podría llegar a solaparse con la cereza del Valle.

¿Hay competencia desleal en este mercado?

La gran ventaja del Valle del Jerte es que la picota solo se da ahí. Cuando algún amigo me dice que ha comprado picotas y aún no estamos a 15 de junio, le digo que no puede ser picota. Lo que sí puede suceder es que se den actos de competencia desleal: Venta de cereza desrabada que se hace pasar como picota, a pesar de que el producto no tiene comparación.

¿Aragón es el gran competidor de la cereza del Jerte?

La campaña en Aragón acaba normalmente antes que en el Jerte. Quizás el mayor problema de la cereza del Jerte es que de media no alcanza el calibre que la de Aragón, aunque esta última es más acuosa y no tiene el mismo gusto ni sabor para el consumidor habitual de cerezas. Como ocurre con otros productos, tanto la fruta temprana como la tardía son las más valoradas, y no así la de junio, que es cuando mayor producción y los precios caen más.

¿Ante la fuerte demanda de cerezas y picotas, hay posibilidades reales de que el cultivo crezca en otras comarcas del norte de Cáceres?

Debemos tener en cuenta el carácter minifundista del cultivo de la cereza en el Valle. Quien tenga cuatro o cinco hectáreas de cerezos ya es un gran productor. En La Vera o Las Hurdes se podrían plantar sin problemas, de hecho, en Las Hurdes, pero sin olvidar que la cifra de inversión necesaria sería importante.

Cada vez el consumidor quiere tener fruta todo el año, aunque no sea su temporada natural ¿pasa con la cereza?

Sí, sobre todo en Navidades, cuando las cadenas de distribución quieren ofrecerlas al consumidor. Nosotros también las importamos desde Argentina o Chile para proveer a nuestros clientes.

Rocío Vázquez (Castañas El Común): “La castaña verata es el cultivo estrella de Las Villuercas”

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Entrevista con
Rocío Vázquez
Directora de Castañas El Común

Las castañas siempre han sido uno de los productos más típicos y esperados del otoño y el invierno. Extremadura dispone de importantes zonas de producción, sobre todo en el norte de Cáceres y en la comarca de las Villuercas, con Navezuelas y Guadalupe como centros claves.

La empresa Castañas El Común, que dirige Rocío Vázquez, se ha convertido en uno de los mayores productores españoles de este singular producto, muy apreciados en la exportación en mercados como el italiano. Dispone de unas 320 hectáreas de cultivo en la Ex 188 en el término de Guadalupe y una producción media anual de 450.000 kilos de la variedad Verata, una de las más tardías de la península.

A nivel español, no ha sido una buena campaña en volumen de producción, lo que ha mejorado los precios en una horquilla que va desde los 0,90 a los dos euros por kilo para las de mejor calibre. Galicia y la provincia de León son grandes competidores de la castaña extremeña, para un mercado que este año ha superado los 35 millones de kilos en toda España. El Común vende en diferentes formatos, desde sacos de yute de 12 kilos a big bags de mil kilos.

¿Cómo comercializan la castaña actualmente que producen en su finca?

Ahora la comercializamos en fresco, realizando la recogida y la esterilización de la castaña de nuestras 320 hectáreas de la variedad Verata. Sobre todo para la exportación, a mercados como Italia, el mayor de Europa en consumo. En el futuro sí estaríamos interesados en hacer otras presentaciones tanto pelada como ultracongelada, en harinas o como marrón glacé para alargar la campaña más allá de tres meses. La variedad Verata de nuestra zona se diferencia en que se pela muy bien, tiene un buen calibre y un gusto muy dulce. Con el tema de los celíacos, el tema de las harinas de castaña se ha puesto muy de moda.

¿Está teniendo buenos precios el cultivo de la castaña en origen para los productores?

Hace tres años los precios estuvieron muy bien. Este año al ser una campaña corta en Italia y Grecia, se espera que sean mejores. El año pasado fueron normales.

Para las Villuercas se trata de un cultivo muy familiar, ¿se está organizando el sector para que el valor añadido se quede en la comarca?

El sector de la castaña se está moviendo y profesionalizando en las Villuercas. Hemos creado la Asociación de Productores de Castañas de las Villuercas con apoyo de la Junta de Extremadura y en el futuro se podría crear una denominación de origen. La castaña es un cultivo estrella de la comarca y hay que unirse para afrontar retos y problemas comunes como el de la plaga de la avispilla del castaño que tanto problemas ha causado en Italia.

¿Las importaciones de castañas de terceros países a bajo precio son un problema igual que ha pasado con otros productos?

Gran parte de las castañas de las cadenas de supermercados vienen de fuera. Las importaciones de China representan un gran problema, así como la entrada de castaña congelada. El problema es que en España se ha perdido la costumbre de comer castañas.

¿Han pensado en diversificar con otros cultivos?

Ya producimos al año unos 30.000 kilos de cerezas al año y nuestra idea es entrar también en otros cultivos como nogales e higos, aunque nuestro producto estrella es la castaña verata.

Las castañas de Las Villuercas, un tesoro en Italia y Francia

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­La comarca de Villuercas-Ibores produce cada otoño más de 1,5 millones de kilos de castañas que se exportan en su mayoría a granel a Italia y Francia

castanas

El otoño es sinónimo de castañas en la comarca de Las Villuercas e Ibores de la provincia de Cáceres. Un fruto muy demandado en países como Italia y Francia, que se paga en origen a más de dos euros el kilo, y que supone un complemento de rentas muy importante para cientos de familias de pueblos como Navezuelas, Guadalupe, Castañar de Ibor o Robledollano.

Varias cooperativas de la zona como Las Villuercas de Navezuelas y San Blas de Robledollano, y empresas privadas como la Sociedad Agrícola El Común o Arbolé, decidieron crear en la primavera del 2014 la Asociación de Productores de Castañas de Villuercas, Jara e Ibores. Contó con el apoyo de Aprodervi.

Su gran objetivo es conseguir más medios técnicos para evitar plagas y enfermedades en el árbol y también en el futuro crear una Marca de Garantía para la castaña de la comarca y comenzar con el envasado de la misma.

“Hace pocas semanas –asegura Loreto Benito Cortijo, presidente de la Cooperativa Las Villuercas de Navezuelas que agrupa a 165 socios- estuvimos en unas Jornadas de Productores de Castañas en Portugal y te quedas asombrado de cómo valoran este producto en muchos países. Nosotros deberíamos hacer igual”.

Plaga peligrosa
El sector de la castaña a nivel europeo está muy preocupado por la plaga de la “avispilla” que ha obligado a desmochar miles de árboles en Francia e Italia. Esta plaga ya ha llegado a algunas zonas productoras españolas como las del Valle del Genal en la Serranía de Ronda. “Aquí todavía no ha llegado pero puede hacerlo –asegura el presidente de la Cooperativa de Navezuelas. Por eso el sector de la zona quiere contar con técnicos especialistas que nos ayuden a evitar plagas y enfermedades”.

Aunque sea gracias a esta plaga, la mala cosecha de Italia y Francia favorecerá este año la producción en Villuercas e Ibores que en una campaña normal puede sobrepasar los 1,5 millones de kilos. “El país de Europa con más tradición en la castaña –asegura Loreto Benito Cortijo- es Italia. Gran parte de nuestra producción va para allá”.

Una de las ventajas de las castañas de esta comarca, además de su calidad, es que son más tardías que otras. Aquí la campaña se retrasa hasta mediados de noviembre y no para Los Santos como pasa en la mayoría de las zonas productoras.

Marca de garantía
La Cooperativa de Navezuelas quiere ampliar sus instalaciones y conseguir el registro sanitario para envasarla en pequeños formatos también. “Queremos hacer entre toda la comarca un estudio genético de nuestras castañas para crear una Marca de Garantía que nos permita defender mejor nuestro producto”.

Extremadura cuenta con unas 2.300 hectáreas de cultivo de castaños, repartidas sobre todo por el norte de la provincia de Cáceres, la comarca de Villuercas, Ibores y Jara y castañares intensivos en algunas zonas cercanas a las Vegas del Guadiana como Santa Amalia. La Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte ha logrado vender sus castañas a través de la red de supermercados de Mercadona.