Extremadura cuenta con 14.000 hectáreas de frutos secos, lideradas por almendros y castaños
El Grupo Borges concentra el I+D agrícola del grupo en su filial de frutos secos Bain Extremadura cerca de Olivenza
Cada vez es más común ver en el Diario Oficial de Extremadura informes de impacto ambiental para la transformación en regadíos de tierras hasta ahora de secano. Y una buena parte de ellos son para plantar almendros. Uno de los últimos ha sido el de la empresa Soltillán Inversiones, en la finca La Garza de Oliva de Mérida, para un terreno de 66,6 hectáreas.
Es solo un ejemplo del boom que las plantaciones de frutos secos viven en Extremadura y en toda España, gracias especialmente a sus precios en origen que permiten un margen mayor –y sin depender de las ayudas europeas de la PAC– a las producciones agrarias.
Según los últimos datos de la Encuesta de Superficies Agrarias que publica el Ministerio de Agricultura referidas al año 2017, la región concentra ya en torno 14.000 hectáreas de cultivos de frutos secos: algo más de 10.000 hectáreas de almendros –el cultivo que más crece incluido en zonas tradicionales de regadío–, 1.052 hectáreas de nogales, 2.392 hectáreas de castaños y 373 de pistachos.
Gigantes del mercado de frutos secos, como el grupo Borges, cuentan con filiales en la región, como Bain Extremadura, con sede en la carretera de Olivenza, para la explotación de plantaciones de nogal, pistachero y almendro en Extremadura, así como a su procesado y comercialización. También cuenta con su propio vivero y es la responsable del I+D agrícola del Grupo.
De todos estos cultivos de frutos secos, el castaño ha sido tradicionalmente el más asentado en la región, en zonas como Guadalupe o Navezuelas, y también en La Vera y el Jerte, en el norte de Cáceres.