almendro
Extremadura protagoniza las tres mayores operaciones de compraventa de plantaciones de olivar y almendro
Elaia (Grupo De Prado), Innoliva (Fiera Comox) y Borges Agricultural (Bolschare) cuentan con más de 4.000 has de cultivos que han cambiado de propietario
Los cultivos leñosos en intensivo y superintensivo, especialmente olivar y almendro, y en menor medida pistacho, nogal y maderas nobles, han protagonizado una gran revolución agraria en muchas zonas de España, entre ellas Extremadura. Y como actores principales de ellas figuran grandes grupos de inversión (fondos, family office…) que invierten, compran y venden dichos activos inmobiliarios agrarios a lo largo de los años.
Extremadura, por su disponibilidad y precio de suelo agrícola, y por su capacidad hídrica embalsada pese a lo acontecido en los últimos años, se ha convertido en uno de los grandes epicentros de estas operaciones de grandes fincas de cultivos leñosos. Especialmente en el corredor del Valle del Guadiana y también en algunas comarcas del centro y norte de la provincia de Cáceres como Campo Arañuelo, Tiétar, Alagón o Árrago.
Prueba de ellos es que tres de las mayores operaciones corporativas que se han desarrollado en los últimos tres años en España en este sector de grandes plantaciones de olivar o almendro, han tenido como protagonista a la región: la venta de Innoliva al fondo canadiense Fiera: la venta de Elaia al grupo cordobés De Prado y la reciente vente de los activos de Borges Agricultural a Bolschare Agriculture y Climate Asset. Entre estas tres operaciones han podido cambiar de manos en la región más de 4.000 hectáreas de cultivos intensivos y superintensivos.
Borges
La última gran operación de compraventa de activos agrarios que afecta a Extremadura ha ha protagonizado hace escasas semanas la división agrícola del grupo catalán Borges, con una presencia muy sólida desde hace décadas en Extremadura en las cercanías de Badajoz capital y Olivenza a través de Frusesa. Borges Agricultural & Industrial Nuts (BAIN, que cotizaba en Bolsa, ha sido vendida al grupo Bolschare quien pasa así a controlar unas 1.900 hectáreas de cultivos repartidas entre 14 propiedades que producen almendras, nueces y pistachos entre Badajoz, Granada y Alentejo (Portugal). Para llevar a cabo esta operación, la filial de Bolschare, Natural Capital Fund, se ha asociado con el fondo sostenible Climate Asset Management, que financiará la compra del 100% de Borges Agricultural.
Innoliva
En septiembre del 2023 se conocía que el fondo CIBUS vendía la propiedad de la empresa Innoliva al fondo canadiense Fiera Comox Partners. Innoliva fue fundada en su dìa por la familia Del Pino, propietaria de la multinacional holandesa Ferrovial. Innoliva cuenta actualmente con unas 1.900 hectáreas de olivar en dos fincas de la región en Peraleda de Zaucejo y en Olivenza- con más de 3,4 millones de olivos en producción. También dispone de almazara propia en la finca de Peraleda de Zaucejo y con más fincas de olivar en el cercano municipio cordobés de Fuente Obejuna.
En Extremadura, Innoliva dispone de la finca Olivares de Guadalupe en Olivenza con 623 hectáreas de extensión y 1,12 millones de olivos plantados en 2007. Así como de la finca Olivares el Río en Peraleda de Zaucejo con 1.259 hectáreas de extensión y 2,2 millones de olivos plantados entre los años 2005 y 2007. La mayor parte de la producción olivarera de Innoliva se concentra en las variedades Arbequina, Arbosana y Koroneiki.
Elaia
Por su parte, en enero del 2022 se conocía que Elaia, instrumento inversor agrícola del Grupo Atitlán, vendía casi 9.000 hectáreas de olivar y almendro al grupo cordobés De Prado. Extremadura es una de las zonas donde Elaia contaba con más hectáreas y producción de aceituna, en la zona de Gargáligas y Navalvillar de Pela. En esta última localidad contaba también con una moderna almazara. El Alentejo portugués en la zona de influencia de Alqueva es otra de las zonas donde Elaia contaba con más plantaciones.
Dimas Antúnez (Bolschare): “Olivar y almendro son cultivos con perspectivas interesantes en secano por su evolución genética”
Entrevista con
Dimas Antúnez
GFO de Bolschare
¿Cuál ha sido la experiencia hasta ahora de Bolschare en el terreno de los cultivos de secano y qué potencial ve en ellos de cara al futuro?
Bolschare lleva transformando terrenos en España y Portugal abordando diferentes cultivos y siempre partiendo de una regeneración y adecuación previa de suelos.
Entendemos que el potencial del secano es muy grande en base a tres líneas principales, la evolución del precio del mercado de la tierra, que influirá positivamente el agotamiento de los proyectos de energía solar. Los grandes avances en genética de plantas adaptadas al secano y en base a todas las iniciativas sobre economía circular y sostenibilidad que dinamizan el valor económico del secano.
¿Qué peculiaridades tienen los cultivos intensivos en secano, a nivel de inversión -menor que en regadío- y manejo en campo?
Una parte es el menor coste de la tierra, de los procesos y también el volumen de producción alcanzado con las nuevas variedades.
La sostenibilidad es uno de los factores claves de futuro en el sector agrario, que incluye la economía circular y temas de biomasa y biometano también. ¿Es un vector de rentabilidad a tener en cuenta en el futuro?
En el presente además de en el futuro, la sostenibilidad genera bastantes líneas de negocio y permite llegar a un cross selling en la agricultura, además de crear sinergias de economía circular con la ganadería. Además la sostenibilidad afecta positivamente al valor de los activos, de la tierra, no solo a la rentabilidad anual.
¿Cuáles crees que son los cultivos intensivos/superintensivos que ofrecen perspectivas más interesantes para el secano?
Sin duda, Olivar y Almendro, sobre todo, por la mayor evolución en la genética de estos cultivos.
Para inscribirse en la Jornada sobre “Cómo multiplicar la rentabilidad de tus secanos” del 19 de septiembre en FEVAL de Don Benito (Badajoz), donde intervendrá Dimas Antúnez, pinchar en el siguiente enlace
https://media.agromillora.com/es/rentabilidad-secanos
Almendro, pistacho y nogal superarán las 30.000 hectáreas de cultivo en esta campaña en Extremadura
La mayor disponibilidad de agua en 2023 redujo el barbecho en regadío a 3.830 has frente a las 12.656 del año 2022
Una de las grandes revoluciones del campo español en la última década la han protagonizado los cultivos de frutos secos, con almendro, pistacho y nogal a la cabeza. Y Extremadura, aunque a un menor ritmo inicial que otras regiones como Castilla-La Mancha o Andalucía, ha acelerado en su crecimiento en las últimas campañas. Según los datos de la Encuesta de Superficies (ESYRE) del Ministerio de Agricultura para el año 2023, entre el cultivo de almendro, pistacho y nogal suman ya 28.874 hectáreas en Extremadura. Esta cifra supone un amento de más de 4.000 hectáreas en un solo año, frente a las 24.777 has del año 2022.
En total el cultivo del almendro supone ya 22.902 has, de las que 19.260 estarían en riego, un punto diferencial frente a lo que ocurre en otras regiones muy potentes en el cultivo del almendro donde sigue dominando el secano. Mientras, el nogal avanza hasta las 2.262 hectáreas, de las que 2.195 estarían en riego, Y el pistacho da un gran salto en extensión al superar las 3.710 hectáreas, de las que unas 1.800 has estarían en riego actualmente.
A estas cifras de cultivo de frutos secos habría que sumar también el castaño, que suma 2.885 has en Extremadura, y que ha crecido con nuevas plantaciones en los últimos años pero a un ritmo menor que el del resto de cultivos de frutos secos, ya que está más localizado en determinadas zonas como las Villuercas y el norte de Cáceres. Otro cultivo en crecimiento, a medio camino entre el fruto seco y la fruta (higo seco e higo fresco) es la higuera que suma ya 12.771 hectáreas, de las que 10.306 estarían en secano.
Estos tres cultivos (almendro, pistacho y nogal) han protagonizado junto al olivar en seto, superintensivo e intensivo buena parte del cambio de paisaje agrario experimentado por la región en los últimos años, con un creciente protagonismo de los cultivos leñosos. Tanto en tierras de regadío como también en secano. Y abarcando numerosas comarcas agrícolas de toda Extremadura tanto de la provincia de Badajoz como de Cáceres. Y dando entrada también a un nuevo perfil de productor, en muchos casos conectado con contratos de larga duración a fondos de inversión o empresas comercializadoras.
Cultivos de regadío
El resto de cultivos, especialmente los asociados a regadío, experimentaron en la pasada campaña un segundo año de reajuste debido a la disponibilidad de agua par sembrar. Así, según los datos de ESYRE, el arroz se quedó en las 12.556 has, frente a las 1.500 has de la anterior pero muy lejos de sus producciones medias históricas. Mientras, el maíz volvió a ser uno de los cultivos más castigados con 27.954 has, muy lejos también de las cifras que habitualmente se siembran en la región. El tomate para industria se mantuvo fuerte, por encima de las 21.000 has, gracias en gran parte a los buenos precios pactados con las industrias, mientras el girasol se quedó en 10.145 has, pero esta vez en más de un 90% de la superficie en secano.
Según los datos de ESYRE, en la campaña del 2023 había en Extremadura 9.742 hectáreas de cerezos, 6.812 has de melocotón y nectarina y 5.347 has de ciruela, los frutos de hueso más importantes en extensión y producción de la fruticultura extremeña.
Lo ocurrido en la pasada campaña del 2023 con el barbecho en regadío explica en gran parte la mejora en extensión en varios cultivos en relación al mal año 2022. Así, se pasó de más de 12.600 has de barbecho en regadío en el año 2022 a 3830 has en la pasada campaña.
El cultivo del almendro crece más de 7.000 nuevas hectáreas en riego en los últimos cinco años en Extremadura
Los proyectos transformadores de ISFA en Miajadas, Almendras del Guadiana en Olivenza o el Bioterra en Corte de Peleas dinamizan su crecimiento
El cultivo del almendro ha pasado de ser minoritario a protagonizar uno de los mayores crecimientos en hectáreas de nuevas plantaciones en el regadío extremeño junto al olivar intensivo y en seto.
Solo en los últimos cinco años, el número de hectáreas de almendro cultivadas comercialmente en la región ha pasado de las 13.205 has en el año 2019 a las más de 22.000 a finales del 2023, lo que supone un crecimiento superior a las 7.000 has en apenas cinco años. Un dato muy importante y que aumenta considerablemente el valor del cultivo del almendro regional en relación al de otras zonas, s que en torno a las 18.000 has de las más de 22.000 existentes están en regadío. Es decir, en torno al 80% de los almendros plantados en Extremadura se encuentran regadío, lo que amortigua en gran manera el efecto climático que está teniendo en otras zonas productoras por las altas temperaturas durante muchos meses del año unido a la prolongada sequía.
Proyectos industriales
Y las principales empresas viveristas que operan en la región confirman que el ritmo de plantaciones previsto para los próximos tres años se mantiene estable pese a los vaivenes en la cotización del producto en origen. Así, en el próximo trienio se podrán plantar más de 7.000 nuevas hectáreas, hasta acercarse la región a las 30.000 en producción comercial.
La apertura de nuevas plantas de procesado como la de ISFA en Miajadas (Cáceres), la que opera en Olivenza (Almendras del Guadiana del grupo Llopis) o el aumento de capacidad de la de PASAR-Bioterra en Corte de Peleas (Badajoz) también son un revulsivo para el cultivo. Importantes cooperativas agrícolas con destacado peso en las Vegas del Guadiana han creado sus propias secciones de almendra para dar servicio a sus socios. Uno de los puntos que está alentando la plantación de almendro es las dificultades de mano de obra en otros cultivos, especialmente en la recolección.
Precios en origen
Los precios de la almendra en los últimos tiempos han estado sometidos a importantes vaivenes y ajustes, que en muchos casos tiene que ver con la disponibilidad de la nuez de California, en algunos casos de cosechas anteriores a precios muy bajos en puerto. Esta competencia ha empujado a los precios a tensiones en el mercado, que por lógica ante la menor producción de las dos últimas campañas en España por diferentes motivos climáticos (heladas primaverales de varias horas y prolongada sequía con muchos meses de calor) no deberían producirse.
Hay que tener en cuenta que las diferencias de precios en origen en la Lonja entre las diferentes variedades también son muy destacadas. Así, en la Lonja de Albacete, a primeros de Noviembre, los precios oscilaban entre los 3,05 euros/kilo de la Comuna a los 5,65 euros/kilo de la Largueta, pasando por los 4,35 euros de la Marcona, los 3,15 de la Guara a los 5,25 euros de la ecológica. En los últimos tiempos el diferencial de precios entre la almendra convencional y la ecológica se ha reducido de forma muy destacada, siendo su plantación en ecológico en la región muy escasa.
También hay que tener en cuenta que el precio de almendra en pepita vendrá determinado por unas condiciones exhaustivas que el mayorista o intermediario verificará en sus propias instalaciones. Entre los requisitos que debe cumplir destacan una humedad máxima del 6,5% del producto; el calibre de la almendra; si la almendra es entera, partida o doble; el porcentaje de mezcla de diferentes variedades que lleva la producción y el porcentaje de almendras pelonas o con cáscara.
El mapa de los cultivos de las Vegas del Guadiana cambia de color
Maíz, tomate para industria, arroz y fruta de hueso mantienen su hegemonía pero dejan paso al crecimiento del olivar superintensivo, almendro y hortalizas
El mapa de los regadíos de las Vegas del Guadiana ha ido cambiando con el paso de los últimos años, y no solo por las coyunturas climáticas de sequías y limitación de agua. La entrada en el mercado de los cultivos superintensivos e intensivos leñosos como el olivo y el almendro sobre todo, unido a diferentes hortícolas asociadas a las industrias de congelado implantadas en la zona han completado el puzzle. El dominio de maíz -el cultivo con más vaivenes en extensión en los últimos años- arroz, tomate para industria y fruta de hueso sigue siendo muy importante al sumar cerca de 90.000 hectáreas de cultivo campaña tras campaña pero a vista de dron las Vegas del Guadiana han ganado con los años más madera.
Según los datos de la Encuesta de Superficies Agrarias del Ministerio de Agricultura, los cultivos de olivar y almendro han ganado más de 30.000 nuevas hectáreas en la última década en la región. Y una gran mayoría de ellos, en tierras que estaban utilizadas por cultivos industriales más tradicionales. La mecanización de los cultivos y su menor dependencia de la mano de obra ha sido también clave en esta elección, en la que pueden encontrarse desde agricultores de toda la vida a grandes empresas e incluso fondos de inversión.
Impacto económico
La importancia de los cultivos tradicionales de regadío especialmente en las Vegas del Guadiana no solo se limita a su producción anual en tomate para industria, fruta de hueso, arroz y maíz principalmente sino también al impacto social que tienen en la actividad económica y social que tienen. Más de una decena de grandes industrias de tomate, dos grandes industrias de arroz, decenas de centrales hortofrutícolas, secaderos de maíz…que generan a lo largo de la campaña, con más fuerza de mayo a octubre, decenas de miles de empleos directos e indirectos.
A los que se han sumado en estos últimos tiempos plantas procesadoras de almendra como las de Miajadas a punto de inaugurarse y la de Olivenza, así como plantas procesadoras y envasadoras de verduras y hortícolas congeladas abastecidas por más de 8.000 has de cultivo.
El cultivo de regadío que tradicionalmente más hectáreas ocupaba en las Vegas del Guadiana era el del maíz, un comodín utilizado en muchas ocasiones si otros cultivos no ofrecían rentabilidad suficiente. Sin embargo, por diferentes motivos, su protagonismo ha ido decayendo en las últimas campañas. Si en la 2019 se alcanzaron las 56.000 hectáreas de cultivo, en la del 2021 apenas se llegaron a las 19.000 has y en la 2022 en las 24.000 has. Extremadura ha sembrado de media en los últimos años el 13% del maíz español.
El otro gran cultivo industrial estrella de las Vegas del Guadiana, en el que Extremadura ha logrado una gran especialización y liderazgo español en producción, es el tomate para industria. Muy dependiente de la disponibilidad de agua de los embalses de la Cuenca Hidrográfica del Guadiana, ha logrado una cierta estabilidad en las últimas campañas en las hectáreas sembradas: entre 20.000 y 23.000 de media, con producciones en el entorno de los dos millones de toneladas. Y lo que es más importante, consolidando un mayor número de kilos por hectárea, uno de los talones de Aquiles del sector en relación al tomate andaluz o al extranjero.
Mientras, el cultivo del arroz ha logrado en esta última campaña del 2023 sacudirse en parte la práctica inexistencia de la campaña del 2022. Un sector estratégico en el entorno de las 19.000 hectáreas de media en los últimos años, muy concentrado en varios términos municipales de las Vegas del Guadiana cuya complementariedad con otros cultivos por la peculiaridad de sus terrenos resulta más difícil.
El 85% del cultivo del almendro en Extremadura está en riego frente al 23% a nivel nacional
De las 21.000 hectáreas de almendros en la región, unas 18.000 cuenta con sistemas de riego
El cultivo del almendro es uno de los que ha experimentado un mayor crecimiento, junto al olivo, en los últimos años en el campo español. Atraído por los nuevos modelos de plantaciones pero también por los precios en origen del producto, más altos hace años que en la actualidad ante la coyuntura del mercado. Entre los años 2014 y 2022, el cultivo del almendro en España ha crecido en más de 225.000 nuevas hectáreas, de la que un 40% fueron plantadas en regadío. Una elección muy importante ante la climatología adversa que ha afectado de forma directa al cultivo en estas dos últimas campañas.
Una de las grandes diferencias entre el cultivo de almendro en el resto de España frente a las nuevas plantaciones de Extremadura tiene que ver con el riego. Y quizás sea uno de los mayores potenciales de la región en este sector. Según los datos de la Encuesta de Superficies Agrarias (ESYRE) del Ministerio de Agricultura, en Extremadura se cultivaba a finales del 2022 un total de 21.000 hectáreas de almendro comercial, de los que en torno a las 18.000 hectáreas contaba con sistemas de riego. Es decir, el 85% del total de los almendros en la región cuenta, en diferente forma, con la ayuda del agua en su crecimiento y mantenimiento a lo largo del año.
Una cifra que contrasta significativamente con los que ocurre a nivel nacional. Del total de 756.000 hectáreas de almendro que se cultivaban en España a finales del 2022, solo 170.000 hectáreas contaban con sistemas de riego, es decir, el 23% del total. Hay que tener en cuenta que el grueso de las plantaciones y producción de almendra en España se concentra en varias de las regiones con temperaturas medias más altas del año como Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura o la Región de Murcia. Por lo general, las mayores plantaciones de almendro con riego se concentran en las provincias de Badajoz, Cáceres, Zaragoza, Albacete y Sevilla.
Según un estudio realizado Ramón Gil Pérez, coordinador de Innovación Agroalimentaria de Cajamar, en España “existen actualmente 173.931 ha de plantaciones jóvenes de almendro, que repercutirán en un incremento productivo en los próximos años cuando estén en plena producción. Además, aún existen 123.603 ha correspondientes con explotaciones abandonadas, susceptibles de poder transformarse, en la medida de lo posible, hacia nuevas plantaciones para poder rentabilizar dicha superficie”.
Riego y mecanizable
Uno de los datos más destacados de este estudio muestra que “la tendencia en las plantaciones de almendro durante los últimos años está orientada hacia explotaciones cada vez de mayor dimensión, evolucionado el tamaño medio desde las 2,5 hectáreas por explotación en el año 1999, hasta las 11,4 ha en el año 2020. Gran parte de este incremento se ha debido a que el cultivo ha dejado de plantarse en zonas marginales, con elevadas pendientes, sin dotación de riego, etc., para instalarse en zonas más adecuadas, con pendientes moderadas, consiguiendo así llevar a cabo plantaciones en grandes extensiones de fincas, en régimen de regadío, y fácilmente mecanizables. Las nuevas plantaciones van encaminadas hacia sistemas de producción intensivos, con densidades de plantación entre 200-400 árboles/ha”.
La producción de almendra española y europea es muy sensible a lo que ocurre en el mercado norteamericano -básicamente California-, el gran dominador del mercado de consumo mundial. Según el estudio de la Fundación Cajamar, “hay que destacar la importante repercusión que tiene la producción estadounidense en el precio de la almendra común española, apreciándose como los ciclos de mayor producción americana repercuten directamente en una disminución del precio en España, dado el liderazgo productivo de Estados Unidos. Durante los últimos tres años, el precio parece estabilizarse en torno a los 3,5 €/kg de almendra grano, coincidiendo con las mayores producciones americanas de la última década”.
Cajamar participa en el IV Fórum del Almendro en Don Benito para mostrar los avances en el manejo de este cultivo
La Institución Ferial de Extremadura (Feval), en Don Benito, ha albergado la cuarta edición del Fórum del Almendro, que ha contado con la asistencia presencial y on line de más de cuatrocientos profesionales, entre empresarios e investigadores. El encuentro ha girado en torno a los retos a los que se enfrenta este cultivo, por un lado, la búsqueda de nuevas variedades adaptadas al cambio climático y un manejo adecuado; y por otro, la necesidad de generar una marca de calidad para que la almendra española sea reconocida en el mercado.
En este sentido, el director general de Agricultura y Ganadería de Extremadura, José Manuel Benítez, ha recordado la importancia de contribuir a convertir definitivamente la agricultura en una actividad empresarial y orientada a productos rentables, así como la importancia de velar por su relevo generacional para garantizar su futuro.
Por su parte, Pedro Noblejas, teniente alcalde del Ayuntamiento de Don Benito, agradeció la oportunidad de este encuentro para compartir, aconsejar y acompañar a los agricultores extremeños de la forma más acertada en sus cultivos y plantaciones de almendro, guiándoles y orientándoles en el desarrollo de sus cultivos.
Organizado por Crisara, Prunotec y Cajamar, con la colaboración de Sistema de Riego Tubest, en este fórum han participado ponentes de referencia en el sector del ámbito del I+D+i tanto público como privado, que han abordado la situación de la sanidad vegetal del cultivo del almendro, la amenaza de las enfermedades fúngicas y los criterios de selección del material vegetal, temas que fueron tratados en la mesa redonda moderada por Ramón Gil, director de la Estación Experimental de Cajamar, sobre el valor de la almendra ibérica, así como en relación a su producción, promoción y comercialización.
El olivar suma en Extremadura 27.500 nuevas has desde 2010 frente a las 19.000 del almendro
La revolución de los cultivos leñosos ha sido una de las grandes protagonistas del campo español y extremeño en los últimos años, con la llegada de los nuevos modelos en superintensivo, en seto o intensivos. Y los dos cultivos protagonistas en este aspecto han sido el olivo y el almendro. En poco más de una década, desde el año 2020, ambos cultivos suman más de 46.350 de nuevas hectáreas plantadas.
Según datos de la Encuesta de Superficies Agrarias del Ministerio de Agricultura (ESYRE), desde el año 2020 hasta el 2022, el olivo ha crecido en la región en 27.462 nuevas hectáreas, especialmente el destinado a almazara aunque también con fuerza el de doble aptitud. Mientras, el almendro ha crecido en este mismo periodo un total de 18.896 hectáreas, protagonizando el mayor crecimiento de un cultivo en los últimos años en la región. Hay que tener en cuenta que Extremadura solo contaba con 1.990 hectáreas de cultivo de almendro en el año 1990 y ya supera las 28.000.
Mientras, en el año 2010 el olivar extremeño disponía de 264.934 hectáreas y actualmente supera ya las 293.000 has. En este año 2023, según las grandes empresas viveristas, volverán a plantarse muchas hectáreas tanto de olivar- por el efecto llamada de los altos precios en origen- así como de almendro, que sigue atrayendo tanto por sus precios en origen como por sus menores necesidades hídricas en momentos tan complejos para otros cultivos.
Según datos del ESYRE, en la última década en toda España las plantaciones de olivar han sumado un total de 240.000 nuevas hectáreas, al pasar de 2,52 millones en el año 2012 a los 2,76 millones de hectáreas del último año. Más del 80% de las nuevas plantaciones de olivar en la última década se han destinado a olivar de aceituna para almazara. Frente a ello, las nuevas plantaciones de almendros han aumentado en este mismo periodo en 178.000 hectáreas al pasar de las 578.000 del año 2012 a las 756.694 has del último año. Entre ambos cultivos suman 418.000 nuevas has.
El cultivo de frutos secos toma impulso en Extremadura con más de 38.000 hectáreas
Almendro (18.300 has), higuera (13.190 has), castaño (3.000 has), nogal (1.850 has) y pistacho (1.270 has)
En el nuevo mapa de los cultivos que se ha ido tejiendo en los últimos años en las comarcas extremeñas, el cultivo de diferentes tipos de frutos secos tiene un gran protagonismo. En algunos casos como con la castaña, muy asentados ya desde hace años en zonas como las Villuercas o el norte de Cáceres, y en otros como el del almendro irrumpiendo con una alternativa o complemento a los nuevos olivares en muchas explotaciones. Además del pistacho y el nogal, y también a la higuera para higos secos, aunque en este último alterando con el cultivo para higo en fresco.
Según la Encuesta de Superficies Agrarias del Ministerio de Agricultura, en el año 2005 había en Extremadura un total de 7.965 hectáreas de cultivos de frutos secos (almendra, castaña, nogal y pistacho) y 12.492 de higuera. Solo seis años más tarde, en 2021, las hectáreas que abarcan ya los frutos secos en Extremadura se acercaban a las 25.000 has a las que se suman 13.190 has de la higuera.
En este fuerte crecimiento de los cultivos de frutos secos han influido varios factores. Por un lado, la fuerte demanda nacional e internacional, lo que ha provocado altas cotizaciones en los mercados de origen, superiores a la media de otros cultivos e incluso de la fruta de hueso o la aceituna. Además, su menor necesidad de recursos hídricos, e incluso su plantación en secano también han sido un factor decisivo a la hora de decantarse por ellos.
Entre los cultivos de frutos secos en la región destaca el caso de la almendra, que ha pasado de suponer 3.200 hectáreas en el año 2005 a superar las 18.300 a finales del 2021 con datos oficiales. En el caso del nogal, que lleva más años en la región de la mano de empresas como Borges, se ha pasado de 1.041 hectáreas a un total de 1.851 has. Mientras, el pistacho ha pasado de ser testimonial en 2005 con apenas 61 has a tener ya más de 1.267 has con varias plantaciones de calado en tramitación medioambiental en la actualidad. Y por último, la castaña pasó de 2.315has a acercarse a las 3.000 has, recuperando protagonismo en sus zonas tradicionales como la comarca cacereña de Las Villuercas, con nuevos marcos de plantación e innovaciones varietales.
Industria transformadora
Esta superficie y producción ha provocado que en los últimos meses comiencen a aparecer proyectos industriales de transformación asociados a algunos de estos cultivos. Es el caso de la industria de almendras del grupo vasco Iberian Smart Financial Agro (ISFA Gestión) en el polígono industrial de Miajadas o el de Extremeña de Pistachos Sociedad Cooperativa Agroalimentaria en la localidad pacense de Fuente de Cantos para transformar buena parte de la producción pistachera de la región y de otras provincias cercanas.
Otro cultivo especial, que en parte también se cataloga como fruto seco, es el de la higuera, asociada tradicionalmente a zonas de Cáceres como las de Almoharín y Arroyomolinos de Montánchez, o La Vera y el Jerte, y también a zonas de la provincia de Badajoz como Cristina, Salvaleón, Torre de Miguel Sesmero, Barcarrota o Guareña en los últimos tiempos. Un cultivo que sigue creciendo en extensión y que ya supera según los datos del ESYRE las 13.190 hectáreas en la región, aunque resulta casi imposible diferenciar qué parte de ellas se asocia a la producción de higo seco y cuál a higo fresco. Dos productos muy distintos y con mercados comerciales totalmente diferentes.
Antonio Godoy Jiménez (Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura): “En tres años casi se va a duplicar la superficie productiva de almendro en Extremadura”
Entrevista con
Antonio Godoy Jiménez
Presidente del Grupo de Trabajo de Frutos Secos de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura
¿Cómo valora el fuerte crecimiento del cultivo de frutos secos en Extremadura?
De una forma muy positiva pero también con cierta preocupación. En Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura hemos constituido recientemente un grupo de trabajo de frutos secos, compuesto por las cooperativas asociadas que trabajan en este sector, ante el incremento de estos cultivos en nuestra región. De ellos, el almendro es el que ha protagonizado uno de los mayores crecimientos en la última década en Extremadura, por la apuesta que han realizado los agricultores extremeños por este cultivo buscando la rentabilidad.
Así, de las algo menos de 2.000 hectáreas de cultivo que teníamos en el año 2010 hemos pasado a tener una superficie productiva dedicada a almendra que supera las 8.500 hectáreas, y en tres años esta superficie casi se va a duplicar. Puede parecer que no es mucho, pero supone un incremento muy importante. Hay que tener en cuenta que gran parte de esta nueva superficie plantada es en régimen de cultivo intensivo y superintensivo, de ahí nuestra preocupación por el futuro, pues a pesar de que somos un país netamente importador, el mercado esta muy condicionado por la producción y los precios de EE.UU.
¿Los precios en origen más los problemas con el agua pueden atraer a agricultores de otros cultivos industriales a los frutos secos?
La rentabilidad que actualmente se obtiene respecto a otros cultivos alternativos es la causante de esta importante apuesta por los frutos secos en Extremadura y viene dada porque hay demanda mundial de almendra y por el precio que recibe el agricultor por su producción, que es la clave para el futuro de cualquier sector.
Ahora bien, ¿es fácil conseguir ser rentable? La respuesta es compleja, porque hay que tener en cuenta que los costes de implantación son altos y que tienen que pasar unos años hasta que el almendro entre en producción. Hay que ser prudentes a la hora de tomar una decisión y analizar muy bien los pros y los contras pues al tratarse de cultivos permanentes no es fácil revertir la decisión tomada. Hay que analizar bien la ubicación, el terreno la disponibilidad de agua, la variedad a plantar, etc.
A su favor tiene que con las variedades actuales y las nuevas técnicas de cultivo los rendimientos son altos. Otra ventaja importante es que las condiciones climáticas en Extremadura, son favorables para el desarrollo del cultivo del almendro en la región. Así que, con un buen manejo en campo, se obtiene una producción sostenible que supondrá un activo muy importante para Extremadura en los próximos años.
Hay varios proyectos de transformación industriales en la región en almendras o pistachos. ¿Las cooperativas podrían tener presencia en alguno de ellos como lo están en otros cultivos?
Que se afronten desde las cooperativas proyectos industriales, como ha ocurrido con otros sectores, va a depender mucho del tamaño que alcancemos. Las inversiones industriales son siempre muy costosas y si no estamos suficientemente dimensionados no se podrán rentabilizar.
Este es un motivo más para que los agricultores apuesten por su integración en las cooperativas, para dar garantías a su producción, para alcanzar dimensión y para dar el siguiente paso: la transformación y el procesado de frutos secos, para que así ese valor añadido se quede en Extremadura.
En un mercado global como en el que estamos, debemos diferenciar bien dos cosas: por un lado la calidad y por otro los precios. Se da la paradoja de que siendo España netamente un país importador, al mismo tiempo somos exportadores. Importamos almendras de otros países, principalmente de EE.UU. para un consumo interno y al mismo tiempo exportamos almendras españolas a otros países, que valoran la calidad de nuestro producto. Deberíamos exigir que el etiquetado de todos aquellos productos elaborados, indiquen claramente y sin ningún género de dudas el origen y la procedencia de las almendras, para que el consumidor valore y elija libremente que producto va a comprar. Así podrá elegir por precio o por calidad.
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