fondos de inversión
Los grandes fondos de inversión ponen su foco en Extremadura
Buscan oportunidades en empresas familiares y en arrendamiento de grandes fincas de olivar superintensivo, fruta de hueso y frutos secos sobre todo
CVC Partners no es el nombre ni al acrónimo de ningún agricultor, pero de él depende una parte importante de lo que puedan cobrar miles de olivareros y cientos de cooperativas en toda España por su aceituna. Compró el negocio de Deoleo en 2014, la compañía propietaria de las marcas Carbonell y Koipe entre otras. También ha invertido en moda (Cortefiel), energía (Naturgy), salud (Quirón) y recientemente se ha hecho con el control de los derechos audiovisuales de La Liga de fútbol por 2.800 millones de euros.
Como ella, otra decena de grandes fondos de inversión han comenzado en los últimos años a tomar posiciones en el sector agrario y agroalimentario español, cambiando en gran medida el modelo de agricultura y los acuerdos de suministros tal como se conocían. Fondos como DeA Capital Alternative Funds (Grupo De Agostini), Miura Private Equity, Magnum, GPF Capital, ProA Capital, ADM, Alantra, MCH Pirvare Equity, Partners Group, Atitlán o Abac son algunos de los que han cerrado importantes operaciones relacionadas con el sector agrario y agroalimentario español en los últimos tres años.
Las operaciones en las que están presentes es muy variada: desde empresas de comercialización directa de productos agroalimentarios hasta empresas de maquinaria y tecnología agrícola, viveros, compañías de fertilizantes o incluso de compra directa o arrendamiento de grandes fincas en producción. Hasta ahora, las comunidades autónomas donde han cerrado más operaciones han sido las de Murcia, Comunidad Valenciana y la provincia de Almería, curiosamente tres de las zonas que tienen el precio más alto de la tierra agraria en España. Pero también, de forma más tranquila han comenzado a tomar posiciones en el campo extremeño, de forma directa en algunos casos y en otros a través de grandes fincas en la región.
En Extremadura
Así por ejemplo ha pasado con la sociedad Elaia, formada por la joint ventura entre el grupo portugués Sovena y el fondo de inversión Atitlán, propiedad del yerno de Fernando Roig (Mercadona), que gestionan 15.000 has de olivar. Cuenta con grandes plantaciones superintensivas de olivar en la zona de Gargáligas, cerca de Don Benito, y una gran almazara en Navalvillar de Pela.
Otra fondo con intereses en el sector olivarero extremeño es ADM Capital, quién compró en 2017 la empresa Olivos Naturales-Innoliva, que cuenta con grandes fincas de olivar en Peraleda de Zaucejo y Olivenza.
Uno de los casos más llamativos y recientes de entrada de fondo de inversión en el agro regional ha sido el de De A Capital, propiedad del grupo italiano De Agostini (Atresmedia) en Haciendas Bio, la compañía frutícola especializada en producción ecológica fundada en 2003 por Francisco Casallo y José Ramón Rituerto, y que gestiona más de 2.300 hectáreas en varias regiones. De A Capital también se ha convertido en socio mayoritario de la multinacional de maquinaria para almazaras, Pieralisi, muy presente en Extremadura.
También la empresa murciana Moyca Grapes, especializada en uva de mesa, que cuenta con una importante finca arrendada en Guareña en la que produce unos dos millones de kilos de producto, está participada por el fondo ProaA Capital, uno de los mayores de España.
Además de la entrada directa en el negocio agrario, han comenzado a aparecer en España fondos de inversión abiertos a inversores particulares que centran su negocio en empresas agrarias o agroalimentarias de España o el exterior. En España habría activos media docena, entre los que destacan el Panda Agriculture & Water Fund, Beka Bolschare Iberian Agrobusiness Fund, Black Rock Nutrition Fund o DWS Invest Agribusiness. En total gestionan en torno a 2.350 millones de euros y en el último año han acumulado una ganancia superior al 21% de media.
Según la organización mundial GRAIN, que apoya a agricultores de todo el mundo, el número de fondos de inversión que invierten ya en agricultura alcanza los 300, especialmente activos en el continente africano y en Estados Unidos y Asia.
Foto: Plantación de almendros (Agromillora)
Grandes fondos buscan empresas agro y fincas de riego en Extremadura
La experiencia de inversiones como las de Foresta, Borges Agricultural, ADM Capital o Elaia animan el mercado
El sector agrícola y agroalimentario está en el punto de mira de grandes fondos de inversión nacional e internacionales. Y empresas de gran tamaño en busca de fincas para grandes producciones. Fondos como Magnum, ProA Capital, Abac, Miura o Cinven han cerrado o están a punto de hacerlo grandes operaciones en el sector como las de Agropulpi, Planasa, Bollo Internacional, Agroponiente, Moyca, Fruselva, Martín Navarro-Río Tinto…).
El aumento de la población a nivel mundial unido sobre todo a las prácticas de consumo más saludables han multiplicado este tipo de operaciones en busca de empresas familiares de tamaño medio que necesitan “músculo financiero” para crecer en el mercado. Y Extremadura, por su importancia posición en el sector productor agroalimentario y por su disponibilidad de tierras de regadío, no ha sido ajena a ello.
Plantaciones
Uno de los primeros fondos de inversión que apostó por el sector agrario extremeño fue Foresta Private Equity II SCR, liderado por el empresario Juan Luis Arregui (ENCE), que acaba de anunciar una nueva ampliación de 2,4 millones de euros con la presencia destacada de la mutualidad de Telefónica. Y lo hizo con plantaciones de maderas nobles en la zona del Tiétar a través de la empresa Nogales del Tiétar. En el último año y medio también ha sido muy activo en el proyecto de la empresa toledana Delaviuda Confectionery Group en contar con sus propias plantaciones de almendros, en un plan de 200 hectáreas en Tejada del Tiétar (Cáceres) para plantar 70.000 almendros con una inversión cercana a los 5 millones de euros.
Un proyecto que guarda similitudes con el de Borges Agricultural & Industrial Nuts (BAIN), empresa que cotiza en Bolsa, y que dispone del 64% de su superficie de cultivo de frutos secos en Extremadura. En total, 9 fincas con 724 hectáreas de nogal, pistachos y almendro. La empresa ha cerrado el primer semestre de su ejercicio fiscal, a 30 de noviembre de 2018, con un importe neto de la cifra de negocios de 91 millones de euros y 18.413 toneladas comercializadas de frutos secos. BAIN gestiona un total de 2.401,5 hectáreas. De ellas, 320 están situadas en California, 941,9 en el sur de Portugal y 1.139,6 en España.
Olivar superintensivo
Por ejemplo, a finales del 2017 se conocía que el Fondo Cibus, propiedad de ADM Capital, había comprado por unos 130 millones de euros, la empresa Olivos Naturales Innova a la familia Del Pino (Ferrovial) y a BBVA, que contaba con 5.000 hectáreas de olivar, de ellas 2.000 en Extremadura con más de 3,3 millones de olivos en producción, en Peraleda de Zaucejo y en Olivenza. Ya antes, la empresa Elaia, propiedad del gigante portugués del aceite de oliva, Sovena, y el fondo Atitlán –propiedad del yerno de Juan Roig (Mercadona)– contaban con su mayor plantación de olivar intensivo en territorio español en Gargáligas, así como con almazara propia en Navalvillar de Pela.
Por su parte, la mayor empresa de fruta ecológica de Extremadura, Haciendas Bio, ha ido dando entrado en los últimos años a nuevos socios inversores para afrontar su plan de expansión y su moderna central de Mérida. En 2015 dieron entrada al Grupo Agostini, en una ronda de financiación por el 20% del capital.
El interés por el sector agrario y agroalimentario ha llegado incluso al mercado de los fondos de inversión para particulares. En 2013, la gestora Gesiuris, liderada por Catalana de Occidente, lanzaba el primer fondo del sector en España denominado Panda Agriculture. En los últimos cinco años, su rentabilidad acumulada ha sido del 14,2%m y del 2,69% anual. Entre las diez empresas en las que más invierte, solo hay una con intereses en Extremadura: Barón de Ley, que dispone de empresa de jamón ibérico en Baños de Montemayor (Cáceres).