maíz
Tomate y arroz sumarán 13.300 has más que el año pasado con mejores precios para el productor
Los árboles a veces no dejan ver el bosque. Las lluvias caídas en las últimas semanas de mayo, las primeras en condiciones desde el pasado mes de diciembre del 2022, han venido bien al campo en general aunque hayan provocado importantes daños en las comarcas del Norte de Cáceres con la cereza. Sin embargo, a nivel de agua embalsada apenas se van a notar.
Tras un año, la situación de los embalses en la cuenca del Guadiana, el pulmón del regadío regional, es prácticamente la misma. Si en junio del 2022 los embalses de esta cuenca estaban al 30,7% de su capacidad en la actualidad no llegan al 32%, con poco más de 3.106 metros cúbicos de agua embalsada.
La principal diferencia para que este año se pueda regar y sembrar más que en la campaña del 2022 -tanto de tomate como de arroz fundamentalmente- estriba en la situación del embalse de Orellana que disponía a primeros de junio de 587 metros cúbicos de agua embalsada para una capacidad de 808. Es decir, estaba por encima del 70%, más del doble que la media de la cuenca. Un embalse que es capital para muchos miles de hectáreas de regadío de las Vegas del Guadiana. En otros casos, la situación no es diferente, con el embalse de La Serena con solo 489 metros cúbicos para un total de 3.219, la del Cíjara con 430 para un total de 1.505 o la del Zújar con 123 para un total de 302 metros cúbicos.
En la cuenca del Tajo la situación es muy diferente, estando al 58,7% de su capacidad, con 6.498 metros cúbicos, frente al 48% del año anterior. La cuenca del Tajo acumula más del doble de agua que la del Guadiana en la actualidad.
Previsiones
Ante este panorama, los principales cultivos del regadío regional han comenzado sus campañas de siembra o recolección con algo de más alegría. Por un lado, por los mejores precios en origen previstos tanto en tomate para industria como para arroz. Y también por el mayor número de hectáreas sembradas. En arroz se pasará de 1.500 has en el 2022 a unas 11.000 en esta campaña. Mientras que en el caso del tomate para industria, la superficie contratada subirá en torno al 22% con unas 3.800 hectáreas más que en la campaña anterior, superando las 20.800 has de cultivo.
La contratación de tomate en Extremadura en esta campaña 2023 asciende a 1.926.997 toneladas en Extremadura, según los primeros datos de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura, que reflejan que las cooperativas y OPFH asociadas a esta federación aglutinan el 58% de esa contratación. Las cooperativas extremeñas han contratado 1.116.384 toneladas de tomate en esta campaña, un 23% más que la contratación inicial de 2022.
Maíz y girasol
Frente al crecimiento previsto de tomate para industria y arroz, los dos cultivos que verán reducido su protagonismo en los terrenos de regadío serán el maíz y el girasol. Productores de maíz de los últimos años han decidido este año volver a sembrar tomate ante los mejores precios previstos, que en el caso del maíz siempre suponen una incertidumbre a expensas del mercado internacional. Cooperativas Agroalimentarias Extremadura espera que ese año se siembre en la región unas 18.000 hectáreas de maíz frente a las 20.929 has del año pasado. La producción prevista sería de 198.000 toneladas.
En el caso del girasol, todavía no hay estimaciones pero difícilmente se llegarán a las 32.526 has del año 2022 cuando la sequía obligó a cientos de productores a sembrar girasol en el último momento ante la imposibilidad de hacerlo de tomate o maíz. En campañas normales, la superficie de girasol en la región oscila entre las 9.000 y las 12.000 has, la gran mayoría en secano.
En el caso del tabaco, la superficie tampoco está aún cerrada aunque la contratación prevista será de unos 21,6 millones de kilos, de los que 21,2 millones serán de la variedad Virginia.
Los últimos ensayos en maíz con Polysulphate mezclado con el abonado de fondo aumentan la producción en 400 kg/ha
Durante los dos últimos años se ha dado a conocer y se ha extendido el uso en España del exclusivo fertilizante natural Polysulphate de ICL, un fertilizante natural que en cada gránulo incorpora los cuatro nutrientes básicos que necesitan los cultivos (azufre, potasio, magnesio y calcio) con un modo de acción que asegura su disponibilidad constante y prolongada en el cultivo.
La clave de este fertilizante está en que la mayoría de estos nutrientes mejoran la salud de la planta y su resistencia al estrés: el Azufre aporta funciones de defensa y detoxificación; el Calcio le da permeabilidad en la membrana y mejora la asimilación de nutrientes; y el Potasio otorga una regulación estomática, firmeza, estructura de las células y mayor producción.
Pero lo que hace verdaderamente diferente e innovador a Polysulphate es que es un fertilizante que se presenta en su estado natural y no es necesaria la separación química ni otros procesos industriales, por lo que estamos ante un fertilizante verdaderamente sostenible, respetuoso con el medio ambiente y que ayuda a reducir la huella de carbono de la agricultura.
Aumento de producción
ICL está colaborando con agricultores, distribuidores y cooperativas para conocer mejor sobre el terreno el uso de Polysulphate en diversos cultivos, como muestra el último ensayo en maíz, con resultados muy buenos al utilizarlo como parte del abonado de fondo. Así, En una finca de maíz en regadío de San Millán de los Caballeros (León), se realizó un abonado de fondo con un blending fabricado por la sociedad cooperativa Valduebro, del Grupo AN, el cual contenía Polysulphate como fuente de potasio, magnesio, azufre y calcio (7-18-18 con un 40% de Polysulphate).
Para comprobar la eficiencia del abonado de fondo con este blending con Polysulphate, en una parcela de la finca se abonó con un blending normal (8-15-15) pero sin Polysulphate. La finca cuenta con un total de 40,5 hectáreas de maíz y la producción final fue de 702 toneladas, con una humedad de 18,5.
Como se puede ver en el Cuadro 1, la media por hectárea en las parcelas abonadas con el blending con Polysulphate dieron una media de producción superior a 17.300 kilogramos por hectárea, mientras que la parcela sin Polysulphate superaron por poco los 16.900 kilogramos, es decir, 400 kilogramos por hectárea menos.
Por tanto, un nuevo ensayo demuestra que el aporte de Polysulphate como parte del abonado de fondo aumenta la cosecha de forma importante (más de 400 kg/ha), pero sin que el coste de abonado se vea incrementado, por lo que Polysulphate es una alternativa natural, sostenible y rentable para el agricultor.
Más información y ensayos sobre Polysulphate en este LINK:
https://lp.polysulphate.com/es-es/polysulphate/?utm_campaign=Polysulphate_Null_2023_ES_Null_Null_Null&utm_medium=referral
Extremadura siembra de media el 13% del maíz y el 21% del arroz del campo español
Con una media de 250.000 hectáreas de cereales, entre las que destacan también las de trigo, avena y triticale
En las últimas campañas, Extremadura ha sembrado una media de 250.000 hectáreas de cereales, entre los que destaca la producción de trigo, avena, maíz, arroz y girasol, básicamente. Solo en la última campaña de 2022, debido a la menor siempre de maíz por las limitaciones al riego, la extensión cerealista se vio reducida hasta las 227.191 hectáreas, según los datos provisionales del ESYRE del Ministerio de Agricultura.
El sector de los cereales, desde el trigo al maíz pasando por la avena o el girasol, se han convertido en un tobogán desde el comienzo de la Guerra en Ucrania en febrero del 2022. Agravada también en el caso del maíz por las limitaciones del riego. Un mercado muy globalizado, donde la producción de países como Estados Unidos, Ucrania, Brasil, Argentina o Rusia repercute a escala global en los precios y la demanda mundial de forma directa. España consume en torno a 38 millones de toneladas cada campaña, de las que el 70% se destinan a alimentación animal. La demanda de maíz desde Brasil creció un 60% en 2022.
En la pasada campaña del 2022, la producción de cereales global en la región fue una de las más bajas de los últimos años, con un total de 227.191 hectáreas, según los datos del Ministerio. De trigo blanco y semiduro se plantaron 98.925 hectáreas mientras que de cebada de dos carreras un total de 31.534 has. La producción de avena fue de 51.664 has y la de triticale de 9.958 has. Sin embargo, en los otros dos cereales estrella de la región la situación no fue tan benigna: el maíz bajó hasta las 24.061 has, una de las campañas más bajas de los últimos años ante la imposibilidad en varias comunidades de regantes de poder regar. Mientras, el arroz fue el cultivo más perjudicado al pasar de una media de 19.000 has hasta solo los 1.733 has en toda la región. Por su parte, el cultivo cerealista ganador en el 2022 fue el girasol que vio aumentar su superficie hasta las 21.979 has, gracias a las más de 10.866 has de secano.
Trigo y maíz
Tomando como referencia una campaña normal media de los últimos años, como fue la del año 2021, la producción cerealista extremeña acaparó 252.169 hectáreas, de las que 71.164 has fueron de trigo blanco y 38.864 has de dos carreras. Mientras, se sembraron 48.518 has de avena, y 45.729 has de maíz. El arroz alcanzó las 19.000 has y el girasol, en cifras más habituales, se quedó en 10.633 has, casi todas en secano.
El nivel de existencias a nivel mundial de cereales es el que influye de manera muy directa en el mercado internacional de precios en origen. Según las últimas estimaciones del Consejo Internacional de Cereales (CIC) y el Departamento de Agricultura de los EEUU (USDA), las existencias del conjunto de cereales (excluyendo el arroz) volverán a bajar esta campaña, situando las reservas mundiales en su punto más bajo en relación con el consumo de los últimos años. Hay que tener en cuenta que solo China mantiene habitualmente el 60% de las reservas mundiales de cereales cada campaña. La media de los grandes mercados mundiales compradores y consumidores de cereales se encuentran por debajo del 15%, equivalente a unos 65 días de consumo. Unas cifras que deberían activar el mercado mundial de cara a la nueva campaña y mantener, en teoría, la horquilla de precio en un escenario medio-alto.
En el caso del maíz, cultivo estratégico para el regadío extremeño, tanto la USD de Estados Unidos como el CIC pronostican una caída tanto de la producción como del consumo mundial. Estados Unidos, China, Brasil y la UE acaparan el 60% de la producción mundial. Lo que se espera es un aumento de la demanda de maíz para pienso.
Maíz, arroz, tomate y tabaco, los cultivos que más superficie perdieron en el año 2022
Girasol con 14.000 has más y trigo blando con 16.000 has más, los que más crecieron por el efecto de Ucrania
El año 2022 pasará a la historia agrícola de Extremadura como uno de los más complejos de las últimas décadas. Por la tormenta perfecta provocada por la fortísima subida de los costes y insumos tras la guerra de Ucrania en la actividad agraria, ganadera y agroindustrial -entre ellos los energéticos- unida a las restricciones de riego provocada por muchos meses de sequía y las elevadas temperaturas en primavera y verano. Un panorama de trastocó notablemente el mapa de cultivos habituales en el regadío regional y los planes de miles de agricultores que no supieron hasta el último momento se podrían sembrar, con qué cultivo hacerlo y en qué cantidad.
Los datos del Avance de cultivos y superficies del Ministerio de Agricultura dibujan una radiografía con cuatro cultivos que se vieron seriamente perjudicados: el maíz que se dejó 21.400 hectáreas; el arroz, del que se dejaron de sembrar en torno a 19.000 hectáreas; el tomate para industria, que perdió unas 5.000 hectáreas y el tabaco en las comarcas cacereñas que se redujo en unas 2.000 hectáreas. Entre los cuatro se dejaron de sembrar 47.500 hectáreas de cultivos muy arraigados y muy importantes para el regadío regional, especialmente en las Vegas del Guadiana (maíz, tomate y arroz) y en las del Tiétar y Alagón en el caso del tabaco. En este último cultivo, la menor superficie no solo tuvo que ver con la disponibilidad de regadío sino también con otros factores que están presionando al sector tabaquero regional, entre los que destaca los precios pagados por la industria.
En el caso del cultivo del maíz, le menor superficie se tradujo en pasar de 572.000 toneladas de producción en el año 2021 a las 282.000 tn del pasado año. Y el caso del arroz, de 151.602 tn en el año 2021 a las 14.000 tn en esta pasada campaña.
Esta situación provocó por primera vez en muchos años miles de hectáreas de regadío se dejaran en barbecho sin cultivar. Solo un cultivo industrial creció en el 2022 de forma significativa en la región en número de hectáreas: el girasol, que subió en 14.000 hectáreas impulsado por las sus buenas cotizaciones en origen así como por su menores necesidades hídricas frente a otros cultivos en el regadío. La producción regional de girasol se duplicó hasta las 24-500 toneladas, aunque con rendimientos más bajos de los esperados en un principio.
Cereales
La guerra de Ucrania también se ha dejado notar en la actividad cerealística del campo extremeño. Un cultivo que creció en hectáreas de forma significativa en la región fue el trigo blando, que paso de 67.530 has en el año 2022 a un total de 82.500 has en el 2022, de ellas 78.000 has en la provincia de Badajoz con una producción estimada de 216.000. La crisis de Ucrania y su impacto en el comercio mundial de cereales fue clave en esta fuerte subida de la superficie plantada. En el caso de la cebada, la subida fue mucho más reducida, pasando de 48.160 has a un total de 50.700 has, concentrándose sobre todo el incremento en la cebada de dos carreras. En el caso del cultivo de la avena, la superficie decreció en 3.500 hectáreas, hasta las 49.700, y en el del centeno la superficie no llegó a las 100 has.
El Avance de Cultivos y Superficies del Ministerio de Agricultura muestra como el año pasado se sembraron en Extremadura 2.700 has de garbanzos, 6.300 has de guisantes secos, 950 has de altramuz dulce, 670 has de patatas de media estación, 17.166 has de veza forrajera, 2.330 has de alfalfa, 575 has de pimientos de conserva, 530 has de ajo, 105 has de calabacín, 70 has de berenjenas y 50 has de cebollas.
Antonio Soto (Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura): “El mercado internacional de cereales está viviendo un continuo vaivén y lo vamos a notar todos”
Entrevista con
Antonio Soto
Presidente Sectorial Cultivos Herbáceos de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura
¿Tradicionalmente cuáles son los cultivos herbáceos más destacados en Extremadura en cuanto a extensión y producción?
Si tomamos como referencia la producción total de cultivos herbáceos de Extremadura en 2021, destaca el cultivo de maíz. De hecho, Extremadura es la tercera región productora en España, con más de 534.000 toneladas. Esta cifra ha variado en los últimos años, aunque no significativamente, excepto en 2019 que la mayor de los últimos seis años.
En producción destaca el trigo blando y la cebada, con distintas oscilaciones registradas en las últimas campañas debido fundamentalmente a la meteorología.
Ya si nos centramos en la superficie cultivada, en 2021 se destinaron 283.000 hectáreas a cultivos herbáceos, lo que supone poco más de 30.000 hectáreas respecto a hace seis años. En superficie destaca, en la última campaña, la avena con 91.200 hectáreas, seguida del trigo blando y de la cebada, con 70.500 y casi 53.900 hectáreas respectivamente en 2021. Unas cifras muy próximas a la media de superficie de los últimos seis años.
¿Cuál se espera que sea el comportamiento del cultivo de maíz en la región?
Según los cálculos realizados por Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura, a falta de conocer aún los datos PAC, se espera una reducción del 45% en la superficie de maíz, de forma que las 42.700 hectáreas extremeñas de maíz pasarán esta campaña a ser unas 20.000 hectáreas debido a las 16.000 que pierde el Canal de Orellana. De ahí el gran logro también de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura de que se permita a las cooperativas realizar ERTEs al quedarse sin actividad durante esta campaña debido a la falta de producción agrícola, concretamente de arroz, maíz y tomate, provocada por la sequía.
La disponibilidad de agua no nos ha permitido sembrar más, teniendo en cuenta también que esta esuna decisión que hay que adoptar con tiempo. En un momento en el que había buenas perspectivas para los productores por el precio, no se puede sembrar más por la falta de agua.
Tanto la inflación como la guerra en Ucrania han provocado una cierta psicosis en el mercado mundial de cereales. ¿Cómo afecta esta situación global a los agricultores extremeños de cereal?
Es una situación preocupante por el posible desabastecimiento que puede suponer y por el incremento de precios que va a llevar aparejado. A los agricultores extremeños de cereal les afectará porque los costes no dejan de subir, en una situación además de sequía que va a reducir nuestra cosecha este año. Pero es que también afectará a los ganaderos porque el pienso seguirá incrementando su precio y la consecuencia puede ser que se reduzca la cabaña ganadera porque no se pueden soportar los costes. Pero es que además nos va a afectar a toda la sociedad en alimentos básicos como el pan, que subirá su precio de nuevo seguramente al encarecerse todo. El mercado internacional de cereales está viviendo un continuo vaivén y eso lo vamos a notar todos, porque la ley del mercado es muy básica: a menor oferta, mayor es el precio.
Existe una cierta presión sobre los terrenos tradicionales de cultivos herbáceos para cambiar a cultivos leñosos en superintensivo o intensivo. Si los precios acompañan ¿pueden seguir manteniéndose?
Ahora mismo existe una alta demanda de cereales y, con ello, un incremento de su precio en origen, la única dificultad que estamos teniendo es la baja disponibilidad de agua y el extraordinario incremento de insumos y, con ello, de costes de producción.
Sí, es cierto que Extremadura está registrando un importante crecimiento de la superficie productiva dedicada a almendra, que es del 32% respecto a la campaña anterior por la rentabilidad que se obtiene de este cultivo. Ahora bien, ¿es fácil conseguir ser rentable? La respuesta es compleja, porque los costes de implantación son altos y tienen que pasar unos años hasta que el almendro entre en producción. Y que hay que analizar bien la ubicación, el terreno y el agua que haya en la parcela.
El cultivo del arroz pasa de 21.800 has a 1.500 y el del maíz de 42.700 a 20.000 has por la falta de agua
El fuerte aumento del girasol (+16.000 has) y de los cereales no impiden ver bastantes parcelas de regadío en barbecho
Las cartas parecían echadas desde hace varios meses esperando el milagro de un mayo muy lluvioso que no llegó. Los pantanos de la cuenca del Guadiana seguían en la primera semana de junio a un 30% de su capacidad, con 3.000 hectómetros menos que la media de los últimos diez años. Los cultivos del arroz y el maíz, como se preveía, han sido los más castigados. Hacía muchos años que no se veían tantas parcelas de regadío en barbecho en las Vegas del Guadiana. Justo cuando estos cultivos podían haber obtenido buenos precios en origen por la inestabilidad del mercado mundial.
Según los cálculos realizados por Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura a mediados de junio,y a falta de conocer aún los datos PAC, Extremadura perderá las 16.600 hectáreas de arroz que se producen en las tierras regables del Canal de Orellana, por lo que la región contará únicamente con unas 1.500 hectáreas dedicadas a arroz en esta campaña. Hay que tener en cuenta que en la pasada campaña la superficie de arroz fueron 21.300.
En el caso del maíz, se espera una reducción del 45%, de forma que las 42.700 hectáreas extremeñas de maíz pasarán esta campaña a ser unas 20.000 hectáreas debido sobre todo a las que pierde también el Canal de Orellana. Del mismo modo, el tomate para industria se verá también afectado y contará con unas 5.000 hectáreas menos aproximadamente este año.
Grandes cooperativas
La situación ha sido muy pareja en casi todas los grandes grupos cooperativos regionales, aunque con matices dependiendo del mayor o menos peso de unos canales u otros. Según Bartolomé Martínez, gerente de CASAT de Don Benito, ”hemos pasado de unas 1.800 has de arroz a 150, de unas 2.200 de maíz a 600 y de unas 2.800 has de tomate a unas 2.450 has. De girasol tenemos unas 1.000 has, cuando el año pasado habría unas 200.La diferencia se ha quedado sin sembrar, excepto las parcelas que se pusieron en su momento de cereal de invierno. Hay bastante sin sembrar, porque se retrasó mucho las condiciones para este año, en previsión que hubiese un mayor dotación de agua o que lloviese. Además hay muchas tierras de regadío que no son aptas para girasol. La zona más del Canal de Orellana, como Miajadas, Santa Amalia, Madrigalejo,… tiene una mayor reducción, pues nosotros tenemos gran parte en canal del Zújar”, asegura el gerente de CASAT.
En el caso de ACOPAEX, con sede en Mérida, y gran presencia en las Vegas del Guadiana, su gerente Juan Francisco Blanco estima que en arroz se pasará de 1.000 hectáreas a ninguna, en maíz habrá una reducción destacada de unas 5.000 hectáreas a unas 2.000 y en el caso del tomate, la reducción será de casi 1.000 hectáreas para situarse en unas 4.000 más o menos. En el caso del cultivo del girasol la subida oscilará entre las 2.000 y 3.000 has. “Hubo agricultores que ya en diciembre pensaron en plantar cereal de invierno tal como eran las previsiones. Hay terrenos que si lo permiten al igual que en el caso del girasol pero en el caso del arroz resulta más complicado. Esperamos que las administraciones reaccionen rápido con ayudas al arroz”.
El cultivo más beneficiado en esta coyuntura ha sido el del girasol, que lleva languideciendo varios años en la región. Los buenos precios de la pipa de girasol en los mercados internacionales ante la guerra de Ucrania -uno de los grandes suministradores mundiales del producto- unido a la búsqueda de alternativas con menos consumo de agua que el arroz y el maíz sobre todo han impulsado su plantación. Según los datos de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura la superficie destinada a cultivo de girasol será de 24.100 hectáreas, frente a las 8.076 hectáreas del pasado año. En el caso de la provincia de Badajoz, pasará de 7.624 has a 20.600 y en Cáceres de 452 has a 3.500 has.
El cultivo de maíz dulce toma impulso en Extremadura por la fábrica del grupo sevillano Artealca en Valverde de Leganés
El cultivo de maíz para consumo animal está muy arraigado en Extremadura, siendo uno de sus cultivos de mayor extensión y producción, Junto a él, en los últimos años, se intenta abrir mercado el cultivo de maíz dulce, con demanda creciente en Europa. Casi siempre, el cultivo de este producto está directamente relacionado con industrias transformadoras y comercializadoras del mismo.
En el caso extremeño, primero fue a través de la empresa Plyasa que abrió una industria en Valverde de Leganés. Por diferentes motivos, la misma fue a administración concursal y adquirida a finales del 2019 por el grupo sevillano Artealca, propiedad de los hermanos Marroco Ortiz.
Una empresa especializada en la producción de alcachofas y que ha visto también en el maíz dulce una buena oportunidad de mercado. La provincia de Sevilla concentra casi un 80% de las hectáreas de maíz dulce en Andalucía y el 85% del total producido en esa región, la más importante de España en su cultivo.
En julio de 2020 comenzaba a funcionar de nuevo la industria de Valverde de Leganés, ahora como Artealca Corn. En dichas instalaciones se realizan tres tipos de producción: maíz a granel; maíz a granel en bandejas y cocido y envasado. La comercialización del producto es sobre todo para el mercado exportador, con Reino Unido y Alemania como dos de sus principales destinos, donde se consumen en el desayuno o en barbacoa o con mantequilla. Escandinavia también es un mercado habitual de consumo de este producto.
El objetivo del grupo es alcanzar las 12 millones de mazorcas, con la producción de la materia prima tanto de Extremadura como de Andalucía, pero también desde Senegal y Marruecos entre los meses de enero a mayo.
En España, cada vez más cadenas de distribución, entre ellas Mercadona y las alemanas Lidl y Aldi, ofrecen el producto que crece poco a poco entre una clientela mayoritariamente joven y que busca comida saludable.
Los ensayos del fertilizante Agromaster en maíz de grano de ciclo corto muestran mayores producciones y mejor rentabilidad al ser más eficiente
El equipo técnico de ICL está haciendo diferentes ensayos de campo en maíz para testar el potencial de su fertilizante de liberación controlada Agromaster, con tecnología E-Max, que con una aplicación asegura la disponibilidad de nitrógeno durante todo el ciclo del cultivo, ahorrando tiempo y costes, reduciendo a la vez la huella de carbono del cultivo al usar menos fertilizante siendo más eficiente.
Así, el principal ensayo se está llevando a cabo en la localidad de Gimenells (Lleida), donde el cultivo del maíz para la obtención de grano es uno de los principales de provincia. En esta zona es una práctica habitual sembrar el Maíz después de cosechar un cultivo de invierno, normalmente cebada, avena o alguna proteaginosa.
En este ensayo, el cultivo precedente fue una mezcla de avena y trébol y la siembra se realizó el 7 de Julio de 2021, más tarde de lo habitual, ya que se suele sembrar a mediados de junio. La cosecha se realizó el 2 de febrero buscando limitar el coste de secado del grano debido a los altos costes de la energía, se cosechó con 18,5 % de humedad.
Así, el equipo de ICL pudo comparar el uso de su fertilizante de liberación controlada Agromaster, con el abonado tradicional. Además, se utilizó Agromaster con dos estrategias de abonado, como única aplicación en fondo antes de siembra y con una aplicación nitrogenada en cobertera a una dosis menor de lo habitual.
Se dividió el ensayo en parcelas de 1 hectárea, con suelo muy regular y de capacidad productiva media. En los Cuadros 1 y 2 se observa los diferentes tratamientos realizados y los kilos de abonado por hectárea.
CUADRO 1
CUADRO 2
Como fue una siembra tardía, con una variedad de ciclo corto, la cosecha esperada estaba en torno a los 9.000 Kg/Ha. Como vemos en el Gráfico 2, que resume las cosechas obtenidas, la mayor producción se produjo con Agromaster, alcanzando casi los 1.300 kg/ha.
GRÁFICO 2
Conclusiones: mayor producción y mejor rentabilidad
Las conclusiones del ensayo dejan en muy buena posición al abonado con Agromaster, que fue claramente el que proporcionó mayores cosechas y, además, teniendo en cuenta los costes de abonado, también fue la alternativa mas rentable desde el punto de vista económico, al solo utilizar Agromaster con una pequeña cobertera de nitrógeno.
Otra conclusión importante ha sido que el uso de Agromaster como abonado de única aplicación en Maíz de ciclo corto, nos asegura una nutrición suficiente y equilibrada para lograr el techo de producción.
Por último, la tecnología de liberación controlada de ICL Agromaster, supone para el profesional del maíz el disponer de una herramienta para acertar siempre en el abonado del cultivos, ya sea como única aplicación (si esto facilita las labores en la finca), o como reducción de las unidades fertilizantes mediante una aplicación del 60% de las necesidades del Nitrógeno con Agromaster en fondo, completándolo con una cobertera de nitrógeno a menor dosis que la práctica habitual.
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La fertilización con fósforo y zinc es fundamental para el rendimiento y la calidad del grano de maíz
Los grupos de Edafología y Bioquímica, Proteómica y Biología de Sistemas Vegetal y Agroforestal de la Universidad de Córdoba han colaborado en un estudio publicado en Scientific Reports sobre los efectos de la fertilización con fósforo y zinc en el crecimiento, rendimiento y calidad del grano de maíz. Un cultivo que sigue siendo estratégico en el regadío extremeño.
En la Unidad de Edafología de la Unidad de Excelencia María de Maeztu – Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba (DAUCO) llevan años estudiando la interacción en el suelo del fósforo y el zinc (este último un nutriente no muy tenido en cuenta a la hora de fertilizar) para la nutrición de los cereales. Una adecuada disponibilidad de ambos elementos es clave para que los cereales absorban nutrientes del suelo y, por tanto, produzcan más y mejor alimento.
Los investigadores Antonio R. Sánchez, Hasna Nechate-Drif, José Torrent y María del Carmen del Campillo han analizado la fertilización con fósforo y zinc en maíz. Para ello probaron varios tratamientos en maíz en macetas de 10L de volumen con diferentes suelos mediterráneos. En un tratamiento añadieron sólo fósforo, en otro sólo zinc y, en el tercero, una combinación de fósforo y zinc. Además, usaron un tratamiento control, sin adición de fósforo o zinc. La fertilidad de los suelos calcáreos utilizados era reducida, debido al pH elevado que limita la disponibilidad de estos nutrientes, como es típico en los suelos mediterráneos.
A pesar de que, normalmente, cuando se añade sólo fósforo en otros cereales la planta suele producir mayor rendimiento, en este caso “fue una sorpresa ver que cuando añadías solo fósforo, también perjudicaba el crecimiento y el rendimiento” señala el investigador Antonio R. Sánchez. La mejor opción en cuanto al crecimiento y rendimiento del maíz fue, por tanto, la combinación de fósforo y zinc.
Camix 560 SE, la nueva formulación del herbicida líder de Syngenta en maíz
Durante las primeras semanas de marzo Syngenta ha organizado varias presentaciones entre su red de distribución y técnicos para dar a conocer la nueva formulación de Camix 560 SE. Estas presentaciones técnicas se han desarrollado en Barbastro, en las bodegas de Sommo, y en la localidad de Coreses (Zamora). Durante las jornadas, técnicos, gerentes y especialistas de Syngenta analizaron las estrategias de lucha contra las malas hierbas para los próximos años, en los que la limitación del uso de materias activas como terbutilazina van a demandar una planificación integral del cultivo.
Hay que recordar que desde 2009 la marca Camix es una de las más demandadas y conocidas por los productores de maíz gracias a su alta eficacia, versatilidad y selectividad. Sus ingredientes activos, S-Metalacloro y Mesotrione, son los más utilizados para el control herbicida en este cultivo Ahora se presentan en una renovada formulación mejorada y adaptada a los requerimientos del mercado. Gracias a esta equilibrada nueva formulación, Camix 560 SE es capaz de seguir ofreciendo altos estándares de control, reduciendo la cantidad de materia activa utilizada por hectárea adaptándose a los requerimientos de productores y sociedad.
Camix® 560SE se presenta como una solución herbicida libre de terbutilazina, tanto en aplicaciones realizadas en preemergencia como en postemergencia. Las ventajas de esta nueva formulación son muchas, entre ellas: la nueva dosis de uso permite un mayor rendimiento con el volumen de caldo habitual; tiene más estabilidad en condiciones adversas con una excelente disolución; mejora los niveles de filtrado con partículas homogéneas para evitar el atasco en las boquillas; cuenta con tensioactivos de última generación que previenen la formación de espuma durante la mezcla y la aplicación, mejorando la mojabilidad; y ofrece una tecnología de formulación que permite la ausencia de Benoxacor, manteniendo los más altos estándares de selectividad.
Desde el punto de vista de la sostenibilidad, Syngenta recuerda que S-Metalacloro es un ingrediente clave para la producción de maíz, por lo que, solo haciendo un uso responsable de esta materia activa, será una molécula sostenible y con futuro en el cultivo. La nueva formulación reduce el número de coformulantes e iguala las dosis por hectárea de S-MOC en los productos que Syngenta ofrece al mercado de maíz, aportando asesoramiento técnico para combinar materias activas y evitar la aparición de resistencias.













