fondos de inversión
Los grandes fondos agrarios ponen el foco en los frutos secos y en las “superfrutas”
El mundo de los fondos de inversión agrarios ha cambiado radicalmente el paisaje del sector agroalimentario español en los últimos años. El último gran movimiento en marcha, la posible venta del gigante de los cítricos Citri&Co, propiedad del fondo Miura, por un importe de 1.500 millones de euros da una idea bastante aproximada de la dimensión alcanzada por este tipo de vehículos de inversión en el sector agro. Los cultivos leñosos han sido durante años el foco principal de sus estrategias, tanto en olivar superintensivo como en almendro, naranja y mandarina, pistachos, pomelos, aguacates, uva de mesa… aunque también van tomando posiciones en hortícolas y verduras.
Uno de las últimas novedades en el sector se ha conocido hace unas semanas. El grupo empresarial valenciano Atitlan -que lideran Roberto Centeno y Aritza Rodero– y Banco Santander han anunciado el lanzamiento conjunto de Atgro, una plataforma desde la que invertirán 500 millones de euros en proyectos que impulsen, modernicen y aporten nuevos sistemas de producción agrícola. La plataforma podrá el foco en “superalimentos” y un modelo de producción sostenible. De momento arranca con una aportación de 200 millones de euros del banco y de otros 50 millones por parte de Atitlan, aunque esperan dar entrada a inversores para alcanzar un tamaño objetivo superior a 500 millones.
Olivar, en origen
Los proyectos agrícolas de Atgro estarán gestionados por Elaia, filial de Atitlan para sus inversiones en el sector agrícola y de la que Santander pasa a convertirse también en accionista minoritario a raíz del acuerdo. Hay que recordar que en su día, Elaia fue uno de los primeros proyectos inversores a gran escala en olivar superintensivo que se realizaron en España y Portugal. Fue tras la compra de los activos del proyecto Tierra que en su día piso en marcha la antigua SOS Carbonell, y que fue adquirida por Elaia que por aquel entonces compartían Atitlan y la portuguesa Sovena.
En los últimos tres años, Atitlan ha dado un giro inversor a sus proyectos agrarios dejando a un lado el olivar. Desde su primer proyecto de olivar en 2007, Elaia ha expandido su base de cultivos con almendra, naranja, clementina, limón, pomelo, aguacate y pistacho en España, Portugal y Marruecos. Esta experiencia le ha convertido en referente en la plantación y gestión de procesos agronómicos, con más de 20.000 hectáreas transformadas.
Atgro tiene previsto desarrollar una cartera amplia de cultivos (frutos secos y ‘superfrutas’) y diversificada en geografías (Europa, América, África y Asia). Para empezar, el proyecto nace con las inversiones productivas que Atitlan ya tenía en pistachos y acaba de completar su primera transacción, que supone la entrada como socio mayoritario en la compañía peruana Ecosac, el segundo exportador de uvas de ese país, con un volumen de negocio en torno a 200 millones de dólares. Adicionalmente, su crecimiento pivotará en torno al desarrollo de nuevos cultivos y a adquisiciones de activos en producción.
En pistachos
En noviembre de 2023, Atitlan alcanzó un acuerdo con AGNBRO Capital, propiedad del empresario José Tomás Pérez, para integrar en Elaia, su plataforma agrícola, cerca de 800 hectáreas de pistacho del productor castellanomanchego y pasar así a gestionar un total de 3.200 hectáreas de este cultivo en diferentes localizaciones de la Península.
Además, el acuerdo incluye la participación de Elaia y AGNBRO Capital, junto a otros productores, en un proyecto para desarrollar la procesadora de pistachos más grande de España. La planta de La Mancha Farms, ubicada en la provincia de Ciudad Real, tendrá capacidad para tratar más de nueve millones de kilos al año.
Esta inversión da continuidad a la apuesta de Atitlan por el pistacho iniciada en 2022. El proyecto gestionado desde Elaia por Ramón Rivera ya cuenta con más de 2.400 hectáreas, casi la mitad ya transformadas. A nivel varietal, se ha apostado principalmente por Sirora, reconocida por su alta productividad y homogeneidad en la producción.
Extremadura protagoniza las tres mayores operaciones de compraventa de plantaciones de olivar y almendro
Elaia (Grupo De Prado), Innoliva (Fiera Comox) y Borges Agricultural (Bolschare) cuentan con más de 4.000 has de cultivos que han cambiado de propietario
Los cultivos leñosos en intensivo y superintensivo, especialmente olivar y almendro, y en menor medida pistacho, nogal y maderas nobles, han protagonizado una gran revolución agraria en muchas zonas de España, entre ellas Extremadura. Y como actores principales de ellas figuran grandes grupos de inversión (fondos, family office…) que invierten, compran y venden dichos activos inmobiliarios agrarios a lo largo de los años.
Extremadura, por su disponibilidad y precio de suelo agrícola, y por su capacidad hídrica embalsada pese a lo acontecido en los últimos años, se ha convertido en uno de los grandes epicentros de estas operaciones de grandes fincas de cultivos leñosos. Especialmente en el corredor del Valle del Guadiana y también en algunas comarcas del centro y norte de la provincia de Cáceres como Campo Arañuelo, Tiétar, Alagón o Árrago.
Prueba de ellos es que tres de las mayores operaciones corporativas que se han desarrollado en los últimos tres años en España en este sector de grandes plantaciones de olivar o almendro, han tenido como protagonista a la región: la venta de Innoliva al fondo canadiense Fiera: la venta de Elaia al grupo cordobés De Prado y la reciente vente de los activos de Borges Agricultural a Bolschare Agriculture y Climate Asset. Entre estas tres operaciones han podido cambiar de manos en la región más de 4.000 hectáreas de cultivos intensivos y superintensivos.
Borges
La última gran operación de compraventa de activos agrarios que afecta a Extremadura ha ha protagonizado hace escasas semanas la división agrícola del grupo catalán Borges, con una presencia muy sólida desde hace décadas en Extremadura en las cercanías de Badajoz capital y Olivenza a través de Frusesa. Borges Agricultural & Industrial Nuts (BAIN, que cotizaba en Bolsa, ha sido vendida al grupo Bolschare quien pasa así a controlar unas 1.900 hectáreas de cultivos repartidas entre 14 propiedades que producen almendras, nueces y pistachos entre Badajoz, Granada y Alentejo (Portugal). Para llevar a cabo esta operación, la filial de Bolschare, Natural Capital Fund, se ha asociado con el fondo sostenible Climate Asset Management, que financiará la compra del 100% de Borges Agricultural.
Innoliva
En septiembre del 2023 se conocía que el fondo CIBUS vendía la propiedad de la empresa Innoliva al fondo canadiense Fiera Comox Partners. Innoliva fue fundada en su dìa por la familia Del Pino, propietaria de la multinacional holandesa Ferrovial. Innoliva cuenta actualmente con unas 1.900 hectáreas de olivar en dos fincas de la región en Peraleda de Zaucejo y en Olivenza- con más de 3,4 millones de olivos en producción. También dispone de almazara propia en la finca de Peraleda de Zaucejo y con más fincas de olivar en el cercano municipio cordobés de Fuente Obejuna.
En Extremadura, Innoliva dispone de la finca Olivares de Guadalupe en Olivenza con 623 hectáreas de extensión y 1,12 millones de olivos plantados en 2007. Así como de la finca Olivares el Río en Peraleda de Zaucejo con 1.259 hectáreas de extensión y 2,2 millones de olivos plantados entre los años 2005 y 2007. La mayor parte de la producción olivarera de Innoliva se concentra en las variedades Arbequina, Arbosana y Koroneiki.
Elaia
Por su parte, en enero del 2022 se conocía que Elaia, instrumento inversor agrícola del Grupo Atitlán, vendía casi 9.000 hectáreas de olivar y almendro al grupo cordobés De Prado. Extremadura es una de las zonas donde Elaia contaba con más hectáreas y producción de aceituna, en la zona de Gargáligas y Navalvillar de Pela. En esta última localidad contaba también con una moderna almazara. El Alentejo portugués en la zona de influencia de Alqueva es otra de las zonas donde Elaia contaba con más plantaciones.
Los grandes fondos de inversión ponen su foco en Extremadura
Buscan oportunidades en empresas familiares y en arrendamiento de grandes fincas de olivar superintensivo, fruta de hueso y frutos secos sobre todo
CVC Partners no es el nombre ni al acrónimo de ningún agricultor, pero de él depende una parte importante de lo que puedan cobrar miles de olivareros y cientos de cooperativas en toda España por su aceituna. Compró el negocio de Deoleo en 2014, la compañía propietaria de las marcas Carbonell y Koipe entre otras. También ha invertido en moda (Cortefiel), energía (Naturgy), salud (Quirón) y recientemente se ha hecho con el control de los derechos audiovisuales de La Liga de fútbol por 2.800 millones de euros.
Como ella, otra decena de grandes fondos de inversión han comenzado en los últimos años a tomar posiciones en el sector agrario y agroalimentario español, cambiando en gran medida el modelo de agricultura y los acuerdos de suministros tal como se conocían. Fondos como DeA Capital Alternative Funds (Grupo De Agostini), Miura Private Equity, Magnum, GPF Capital, ProA Capital, ADM, Alantra, MCH Pirvare Equity, Partners Group, Atitlán o Abac son algunos de los que han cerrado importantes operaciones relacionadas con el sector agrario y agroalimentario español en los últimos tres años.
Las operaciones en las que están presentes es muy variada: desde empresas de comercialización directa de productos agroalimentarios hasta empresas de maquinaria y tecnología agrícola, viveros, compañías de fertilizantes o incluso de compra directa o arrendamiento de grandes fincas en producción. Hasta ahora, las comunidades autónomas donde han cerrado más operaciones han sido las de Murcia, Comunidad Valenciana y la provincia de Almería, curiosamente tres de las zonas que tienen el precio más alto de la tierra agraria en España. Pero también, de forma más tranquila han comenzado a tomar posiciones en el campo extremeño, de forma directa en algunos casos y en otros a través de grandes fincas en la región.
En Extremadura
Así por ejemplo ha pasado con la sociedad Elaia, formada por la joint ventura entre el grupo portugués Sovena y el fondo de inversión Atitlán, propiedad del yerno de Fernando Roig (Mercadona), que gestionan 15.000 has de olivar. Cuenta con grandes plantaciones superintensivas de olivar en la zona de Gargáligas, cerca de Don Benito, y una gran almazara en Navalvillar de Pela.
Otra fondo con intereses en el sector olivarero extremeño es ADM Capital, quién compró en 2017 la empresa Olivos Naturales-Innoliva, que cuenta con grandes fincas de olivar en Peraleda de Zaucejo y Olivenza.
Uno de los casos más llamativos y recientes de entrada de fondo de inversión en el agro regional ha sido el de De A Capital, propiedad del grupo italiano De Agostini (Atresmedia) en Haciendas Bio, la compañía frutícola especializada en producción ecológica fundada en 2003 por Francisco Casallo y José Ramón Rituerto, y que gestiona más de 2.300 hectáreas en varias regiones. De A Capital también se ha convertido en socio mayoritario de la multinacional de maquinaria para almazaras, Pieralisi, muy presente en Extremadura.
También la empresa murciana Moyca Grapes, especializada en uva de mesa, que cuenta con una importante finca arrendada en Guareña en la que produce unos dos millones de kilos de producto, está participada por el fondo ProaA Capital, uno de los mayores de España.
Además de la entrada directa en el negocio agrario, han comenzado a aparecer en España fondos de inversión abiertos a inversores particulares que centran su negocio en empresas agrarias o agroalimentarias de España o el exterior. En España habría activos media docena, entre los que destacan el Panda Agriculture & Water Fund, Beka Bolschare Iberian Agrobusiness Fund, Black Rock Nutrition Fund o DWS Invest Agribusiness. En total gestionan en torno a 2.350 millones de euros y en el último año han acumulado una ganancia superior al 21% de media.
Según la organización mundial GRAIN, que apoya a agricultores de todo el mundo, el número de fondos de inversión que invierten ya en agricultura alcanza los 300, especialmente activos en el continente africano y en Estados Unidos y Asia.
Foto: Plantación de almendros (Agromillora)
Grandes fondos buscan empresas agro y fincas de riego en Extremadura
La experiencia de inversiones como las de Foresta, Borges Agricultural, ADM Capital o Elaia animan el mercado

El sector agrícola y agroalimentario está en el punto de mira de grandes fondos de inversión nacional e internacionales. Y empresas de gran tamaño en busca de fincas para grandes producciones. Fondos como Magnum, ProA Capital, Abac, Miura o Cinven han cerrado o están a punto de hacerlo grandes operaciones en el sector como las de Agropulpi, Planasa, Bollo Internacional, Agroponiente, Moyca, Fruselva, Martín Navarro-Río Tinto…).
El aumento de la población a nivel mundial unido sobre todo a las prácticas de consumo más saludables han multiplicado este tipo de operaciones en busca de empresas familiares de tamaño medio que necesitan “músculo financiero” para crecer en el mercado. Y Extremadura, por su importancia posición en el sector productor agroalimentario y por su disponibilidad de tierras de regadío, no ha sido ajena a ello.
Plantaciones
Uno de los primeros fondos de inversión que apostó por el sector agrario extremeño fue Foresta Private Equity II SCR, liderado por el empresario Juan Luis Arregui (ENCE), que acaba de anunciar una nueva ampliación de 2,4 millones de euros con la presencia destacada de la mutualidad de Telefónica. Y lo hizo con plantaciones de maderas nobles en la zona del Tiétar a través de la empresa Nogales del Tiétar. En el último año y medio también ha sido muy activo en el proyecto de la empresa toledana Delaviuda Confectionery Group en contar con sus propias plantaciones de almendros, en un plan de 200 hectáreas en Tejada del Tiétar (Cáceres) para plantar 70.000 almendros con una inversión cercana a los 5 millones de euros.
Un proyecto que guarda similitudes con el de Borges Agricultural & Industrial Nuts (BAIN), empresa que cotiza en Bolsa, y que dispone del 64% de su superficie de cultivo de frutos secos en Extremadura. En total, 9 fincas con 724 hectáreas de nogal, pistachos y almendro. La empresa ha cerrado el primer semestre de su ejercicio fiscal, a 30 de noviembre de 2018, con un importe neto de la cifra de negocios de 91 millones de euros y 18.413 toneladas comercializadas de frutos secos. BAIN gestiona un total de 2.401,5 hectáreas. De ellas, 320 están situadas en California, 941,9 en el sur de Portugal y 1.139,6 en España.
Olivar superintensivo
Por ejemplo, a finales del 2017 se conocía que el Fondo Cibus, propiedad de ADM Capital, había comprado por unos 130 millones de euros, la empresa Olivos Naturales Innova a la familia Del Pino (Ferrovial) y a BBVA, que contaba con 5.000 hectáreas de olivar, de ellas 2.000 en Extremadura con más de 3,3 millones de olivos en producción, en Peraleda de Zaucejo y en Olivenza. Ya antes, la empresa Elaia, propiedad del gigante portugués del aceite de oliva, Sovena, y el fondo Atitlán –propiedad del yerno de Juan Roig (Mercadona)– contaban con su mayor plantación de olivar intensivo en territorio español en Gargáligas, así como con almazara propia en Navalvillar de Pela.
Por su parte, la mayor empresa de fruta ecológica de Extremadura, Haciendas Bio, ha ido dando entrado en los últimos años a nuevos socios inversores para afrontar su plan de expansión y su moderna central de Mérida. En 2015 dieron entrada al Grupo Agostini, en una ronda de financiación por el 20% del capital.
El interés por el sector agrario y agroalimentario ha llegado incluso al mercado de los fondos de inversión para particulares. En 2013, la gestora Gesiuris, liderada por Catalana de Occidente, lanzaba el primer fondo del sector en España denominado Panda Agriculture. En los últimos cinco años, su rentabilidad acumulada ha sido del 14,2%m y del 2,69% anual. Entre las diez empresas en las que más invierte, solo hay una con intereses en Extremadura: Barón de Ley, que dispone de empresa de jamón ibérico en Baños de Montemayor (Cáceres).


