cítricos
Los inviernos más templados abren una ventana al cultivo de cítricos en Extremadura
El sector vive un “boom” empresarial, en el que solo destaca en la región Naranjas de Montijo
El sector del cultivo y comercialización de cítricos, especialmente de naranjas, se ha convertido en los últimos años en uno de los de mayor proyección para grandes empresas y fondos de inversión. El abandono de muchos pequeños productores especialmente en la provincia de Valencia se ha sucedido a la vez que se producían numerosas fusiones y compras empresariales y cooperativas. Prueba de ello es la próxima venta del gigante de las naranjas y limones del mercado español, Citri & Co, propiedad del fondo Miura y las familias Ballester y Garavilla, a un fondo canadiense por 1.200 millones de euros.
En España, el cultivo de naranjas abarca unas 149.000 toneladas, el de mandarinas llega a las 100.000, el de limones a las 5.300 tn y el de los pomelos a las 2.570 tn. Concentradas mayoritariamente en el Levante, y las provincias de Córdoba, Sevilla y Huelva. En muchos casos, con grandes plantaciones de miles de hectáreas asociadas a grandes proyectos industriales de zumos como los que lideran García Carrión (Don Simón) en Villanueva de los Castillejos (Huelva) o Pascual en Palma del Río (Córdoba).
El sector de los cítricos no ha sido ajeno en los últimos años a la fuerte competencia internacional a precios bajos e incluso con problemas de índole fitosanitario provocadas por las importaciones de países como Sudáfrica o Egipto.
En Extremadura siempre ha sido común encontrar de toda la vida naranjas en muchos huertos. Naranjas que se conocían como “del país”, de calibre pequeño pero de mucho zumo. Sin embargo, ha sido menos común encontrar plantaciones a gran escala y enfocadas a la comercialización final del producto. Lo hizo un grupo de Huelva hace años, Frutas Ramírez, en la localidad de Olivenza, una de las más aptas para su cultivo. Y actualmente, la más conocida y activa en el mercado es Naranjas de Montijo, ubicada en dicha localidad pacense. Lleva ya 19 años en el mercado. Cuenta con unas 10 hectáreas de cultivo sobre todo de la variedad Navelina y producen una media de 500.000 kilos por campaña.
Según reconocía Miguel Pozo, su gerente, a Caudal de Extremadura, “el naranjo no soporta bien las heladas y precisamente cuando hace más frío es el momento de producción, por lo que humedeciendo el suelo con antelación suavizo la temperatura evitando que se hiele la naranja. Otro factor que influye en esta cuestión es su proximidad al río Guadiana. La finca está enclavada en las Vegas Bajas, siendo su suelo franco-arenoso. La variedad principal que tengo es la Navelina, siendo una naranja productiva y de recolección temprana, aparte dispongo de otras variedades como la Powell que es más tardía, la Sanguinelli y mandarinas”.
Heladas
El clima, especialmente las heladas y las horas frío en invierno, es lo que parece haber frenado en las últimas décadas de la puesta en marcha de más proyectos de cultivo de cítricos em la región. “Es verdad que el tema de las heladas ha podido limitar el desarrollo de más proyectos de cítricos en la región -asegura Luis Aliseda, profesional de amplia experiencia en el sector viverista de fruta de hueso durante décadas en las Vegas del Guadiana. Productores y grandes empresas recelan de la inseguridad. Y el cultivo se dirigió sobre todo a zonas del Suroeste peninsular, desde Huelva a la zona de Beja en Portugal. Sin embargo, en los últimos años, las heladas se han reducido de forma drástica en la región. Desde el año 2013 no hay inviernos fríos y con heladas de muchos días, por lo que el cultivo en estas condiciones sí podría tener opciones”.
Según el gerente de Naranjas de Montijo, Miguel Pozo, sí podría haber posibilidades de extender el cultivo de cítricos en la región “siempre y cuando se den las condiciones de suelo y clima. Es un cultivo que necesita mucho sol y temperaturas cálidas, con unos cuidados similares a otras plantaciones de frutales y una poda poco agresiva casi todos los años.
Los grandes fondos agrarios ponen el foco en los frutos secos y en las “superfrutas”
El mundo de los fondos de inversión agrarios ha cambiado radicalmente el paisaje del sector agroalimentario español en los últimos años. El último gran movimiento en marcha, la posible venta del gigante de los cítricos Citri&Co, propiedad del fondo Miura, por un importe de 1.500 millones de euros da una idea bastante aproximada de la dimensión alcanzada por este tipo de vehículos de inversión en el sector agro. Los cultivos leñosos han sido durante años el foco principal de sus estrategias, tanto en olivar superintensivo como en almendro, naranja y mandarina, pistachos, pomelos, aguacates, uva de mesa… aunque también van tomando posiciones en hortícolas y verduras.
Uno de las últimas novedades en el sector se ha conocido hace unas semanas. El grupo empresarial valenciano Atitlan -que lideran Roberto Centeno y Aritza Rodero– y Banco Santander han anunciado el lanzamiento conjunto de Atgro, una plataforma desde la que invertirán 500 millones de euros en proyectos que impulsen, modernicen y aporten nuevos sistemas de producción agrícola. La plataforma podrá el foco en “superalimentos” y un modelo de producción sostenible. De momento arranca con una aportación de 200 millones de euros del banco y de otros 50 millones por parte de Atitlan, aunque esperan dar entrada a inversores para alcanzar un tamaño objetivo superior a 500 millones.
Olivar, en origen
Los proyectos agrícolas de Atgro estarán gestionados por Elaia, filial de Atitlan para sus inversiones en el sector agrícola y de la que Santander pasa a convertirse también en accionista minoritario a raíz del acuerdo. Hay que recordar que en su día, Elaia fue uno de los primeros proyectos inversores a gran escala en olivar superintensivo que se realizaron en España y Portugal. Fue tras la compra de los activos del proyecto Tierra que en su día piso en marcha la antigua SOS Carbonell, y que fue adquirida por Elaia que por aquel entonces compartían Atitlan y la portuguesa Sovena.
En los últimos tres años, Atitlan ha dado un giro inversor a sus proyectos agrarios dejando a un lado el olivar. Desde su primer proyecto de olivar en 2007, Elaia ha expandido su base de cultivos con almendra, naranja, clementina, limón, pomelo, aguacate y pistacho en España, Portugal y Marruecos. Esta experiencia le ha convertido en referente en la plantación y gestión de procesos agronómicos, con más de 20.000 hectáreas transformadas.
Atgro tiene previsto desarrollar una cartera amplia de cultivos (frutos secos y ‘superfrutas’) y diversificada en geografías (Europa, América, África y Asia). Para empezar, el proyecto nace con las inversiones productivas que Atitlan ya tenía en pistachos y acaba de completar su primera transacción, que supone la entrada como socio mayoritario en la compañía peruana Ecosac, el segundo exportador de uvas de ese país, con un volumen de negocio en torno a 200 millones de dólares. Adicionalmente, su crecimiento pivotará en torno al desarrollo de nuevos cultivos y a adquisiciones de activos en producción.
En pistachos
En noviembre de 2023, Atitlan alcanzó un acuerdo con AGNBRO Capital, propiedad del empresario José Tomás Pérez, para integrar en Elaia, su plataforma agrícola, cerca de 800 hectáreas de pistacho del productor castellanomanchego y pasar así a gestionar un total de 3.200 hectáreas de este cultivo en diferentes localizaciones de la Península.
Además, el acuerdo incluye la participación de Elaia y AGNBRO Capital, junto a otros productores, en un proyecto para desarrollar la procesadora de pistachos más grande de España. La planta de La Mancha Farms, ubicada en la provincia de Ciudad Real, tendrá capacidad para tratar más de nueve millones de kilos al año.
Esta inversión da continuidad a la apuesta de Atitlan por el pistacho iniciada en 2022. El proyecto gestionado desde Elaia por Ramón Rivera ya cuenta con más de 2.400 hectáreas, casi la mitad ya transformadas. A nivel varietal, se ha apostado principalmente por Sirora, reconocida por su alta productividad y homogeneidad en la producción.
Agromillora e IFAPA organizan una jornada sobre experiencias de manejo de cítricos en seto
La jornada, que se ha planteado en dos fases, ha iniciado con las ponencias que han tenido lugar en la sala de conferencias del centro. La segunda parte del evento, el plato fuerte de la jornada, ha brindado la oportunidad para que los asistentes pudiesen presenciar una serie de demostraciones sobre la gestión de cultivo de cítricos en seto,
Las presidenta del IFAPA, Marta Bosquet, ha dado inicio a las ponencias reivindicando el valor de realizar eventos de este tipo en un momento complicado como el que actualmente está viviendo el sector citrícola a escala mundial.
Seguidamente, Jordi Mateu, CEO de Agromillora, ha reivindicado la importancia del trabajo del IFAPA para la investigación y el futuro del cítrico a nivel mundial. También ha destacado la presencia internacional, ejemplificando así que los retos que plantea el futuro agrícola son retos a escala mundial, retos que tendremos que hacer frente entre todos los países y agentes del mundo.
Francisco Arenas, director de IFAPA Las Torres, ha tomado las palabras de Jordi Mateu para continuar con la idea de los retos globales que habrá que hacer frente en un futuro y ha aprovechado su intervención para hablar del HLB, conocido también como greening, una enfermedad que está arrasando con miles de árboles de cítricos en todo el mundo. Arenas, ha destacado la lucha contra las bacterias, nuevas y ya existentes,
Jude Grosser, investigador de la Universidad de Florida, ha centrado su discurso en hablar como se está combatiendo el greening en Estados Unidos, uno de los países mayormente afectados por esta peste. El investigador ha remarcado que la clave para combatir el HLB consiste en encontrar, mediante las pruebas con variedades y portainjertos, una resistencia en la zona productiva de la planta que provenga a través del portainjerto.
Juliano Ayres, gerente general de Fundecitrus, ha querido sacar pecho por el trabajo realizado en Brasil hasta la fecha por parte de todos los actores que forman el mundo de la citricultura, ya que según comenta, la productividad ha ido en aumento en los últimos años. El greening es una amenaza muy real y en Brasil están haciéndole frente con buenos resultados.
Simone Pollano, de Tevel, ha presentado esta novedosa y casi futurista tecnología que permite la recolección de frutos mediante drones independientes. Se trata de un robot autónomo que usa drones con ventosas incorporadas que cogen la fruta del árbol y la depositan en la parte central del robot.
Simone ha explicado que los drones permiten recolectar el fruto de manera selectiva y que mediante la IA pueden reconocer cuales son los frutos óptimos para ser recogidos. Además, las cámaras incorporadas en cada dron, afirma Pollano, podrán aportar muchos más datos sobre la disposición de las plantaciones.
Ignasi Iglesias, de Agromillora, ha sido el encargado de cerrar la primera parte de la jornada. Como los anteriores ponentes, Iglesias ha hecho una especial mención a los retos futuros de la agricultura. “Sin intensificación no existe una mecanización eficiente”, con estas palabras Ignasi Iglesias ha querido reflejar que la principal solución pasa por intensificar las plantaciones de manera eficiente y sostenible. Soluciones que no tendrían sentido sin tener en cuenta el material vegetal y la combinación genética de variedades y portainjertos.
Una vez finalizada la última ponencia los asistentes se han reunido en una parte de la finca de IFAPA Las Torres donde ha dado comienzo las demostraciones de maquinaria, tanto de la cosechadora cabalgante como de las máquinas auxiliares.


