Más tomate, arroz y maíz que el año pasado, y mucho menos girasol
La nueva campaña de los grandes cultivos industriales de regadío viene marcada de nuevo por la disponibilidad de agua. Las lluvias de diciembre en el año 2022 auguraban una campaña más tranquila de la que finalmente se va a dar, ante la escasez de precipitaciones durante los meses de enero, febrero y las primeras semanas de marzo. Aunque no todas las zonas ni agricultores van a vivir con la misma angustia. Aquellos cuyas comunidades de regantes depende de la Confederación Hidrográfica del Tajo no van a tener problemas.
Según los datos de mitad de marzo, la cuenca del tajo estaba al 62,10% de su capacidad, con 6.866 hectómetros cúbicos. Casi 18 puntos por encima de cómo estaba en las mismas fechas del año 2022 y cuatro puntos por encima de la media de la última década. En estas comarcas del norte y centro de la provincia de Cáceres, los cultivos de tabaco, maíz o tomate para industria no tendrán estrecheces.
Embalses
Diferente es el caso de la cuenca del Guadiana que aunque se encuentra cuatro puntos por encima de cómo estaba en la misma época del 2022 hasta el 34,6% de su capacidad (con 3.288 hectómetros cúbicos), sigue muy por debajo de la media de los últimos diez años (56,5%), según datos de embalses.net.
El dato positivo es que hay embalses claves para el regadío de la zona, como el de Orellana, que sí han mejorado sensiblemente sus datos en relación al año pasado, con 440 hectómetros cúbicos sobre una capacidad de 808 (más del 50%).
La Comunidad General de Usuarios del Canal de Orellana agrupa desde Orellana la Vieja a San Pedro de Mérida, en 37 poblaciones de 17 términos municipales, a 6.500 regantes y 56.000 ha. Ha anunciado ya que se “garantizará el riego de la superficie de cultivos permanentes y para los cultivos de campaña, se garantiza el riego del 60% de la superficie restante. No existe discriminación por cultivos de campaña al realizar el reparto y no se suministrará agua para riego de segundos cultivos”. En la campaña del 2022 la dotación fue del 37% de una campaña normal”. Aunque los embalses del Zújar, Cíjara, García Sola y La Serena siguen bajos para esta época del año.
Previsiones
Los productores esperan que se recupere en parte el status quo que ha dominado el regadío regional en los últimos años. Con datos de la primera semana de marzo Bartolomé Martínez, Gerente de la cooperativa CASAT de Don Benito (Badajoz), asegura que “con las estimaciones de agua que han dado en el Canal de Orellana, de un 60 % de la superficie de cultivos anuales, lo más normal es que se mantenga casi todo el cereal de invierno que esté en buenas condiciones, se ponga todo el tomate contratado, pues el precio obtenido es atractivo para el cultivo.
En las zonas tradicionalmente arroceras se ponga arroz en el porcentaje permitido, pues se espera que el precio acompañe y va a ser el maíz, el cultivo que va a servir para ajustar las superficies definitivas que finalmente se puedan sembrar. Quizás este último no tenga el precio de la campaña pasada, pero estimamos que puede tener un precio que sea rentable para el agricultor.
En cuanto al girasol, se pondrá muy poco, pues el precio, con respecto al año pasado, ha bajado considerablemente y no es rentable regar girasol un año como éste, donde se pueden poner otros cultivos más atractivos. Resumiendo, más tomate, más arroz, algo más de maíz y mucho menos de girasol”.
Hay que tener en cuenta que si en una campaña normal en la región se siembran entre maíz y arroz un total de 67.000 hectáreas, el pasado año 2022 solo se llegaron a sembrar entre ambos cultivos 26.000 has. Unas 40.000 has menos que solo fueron compensadas en parte por las casi 22.000 hectáreas de girasol, en torno a 10.000 has más de lo habitual.
24 abril, 2023 en 17:18
Pues el arroz consume mucha agua, no se debería de permitir que se siembre más al menos en la cuenca del Guadiana.
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