El primer Congreso Ibérico del maíz defiende su cultivo como clave en los regadíos del sur de Europa

El primer Congreso Ibérico del Maíz ha reunido en Lisboa el pasado 13 y 14 de febrero a 650 profesionales de Portugal y España y a un prestigio panel de 35 ponentes que han reafirmado la importancia del cultivo de maíz en la agricultura de regadío del sur de Europa, ayudando a crear empleo, generando desarrollo socioeconómico y fijando la población en el territorio.
Anpromis (Associação dos Produtores de Milho e Sorgo de Portugal) y Agpme (Asociación General de Productores de Maíz España), entidades responsables del evento, han redactado las siguientes conclusiones del Congreso:
- El maíz es un de los principales cultivos de regadío en la Península Ibérica, ocupando un área cercana a las 650 mil hectáreas.
- El I Congreso Ibérico del Maíz fue un primer paso muy importante hacia la creación de una plataforma para el diálogo, el intercambio de conocimientos y la defensa conjunta de los intereses de los productores de maíz de Portugal y España, tanto a nivel nacional como europeo.
- El maíz, reconocidamente, se encuentra entre los cultivos que mejor rentabilizan el uso de los factores de producción, en particular el agua y la energía.
- El maíz producido en la Península Ibérica es reconocido por su calidad y tiene una importancia primordial en la alimentación humana y animal de nuestros dos países.
- Los cultivos de regadío, y en concreto el maíz, contribuyen de forma notoria a fijar las poblaciones en el territorio rural de los países del Sur de Europa, creando empleo y desarrollo socioeconómico.
- La importancia que la agricultura de regadío tiene en la preservación del paisaje ibérico y en el ordenamiento de su territorio, tiene que ser compensada a través de la creación de servicios de ecosistemas adaptados a la realidad de nuestros dos países.
- Portugal y España tienen que defender de forma audaz el regadío, tanto a nivel nacional como a nivel europeo.
- El apoyo a iniciativas que privilegien no sólo el uso eficiente del agua, si no también la rehabilitación y la construcción de nuevos sistemas de almacenamiento de agua, debe constituir una apuesta conjunta de nuestros dos países.
- Es imperativo que Portugal y España garanticen el mantenimiento de los niveles actuales de financiación comunitaria en el marco de la Política Agrícola Común después de 2020, con el fin de contribuir a la competitividad del maíz en nuestros dos países y mantener la cohesión necesaria de su territorio.