Luis Gutiérrez Polo, cultivador de tomate: “El incremento de la virulencia de plagas y enfermedades, y el relevo generacional son una amenaza para el cultivo del tomate”
Entrevista con
Luis Gutiérrez Polo
Cultivador de tomate
Luis Gutiérrez Polo es el vicepresidente de la Asociación Profesional de Agricultores y Ganaderos de Don Benito y Comarca, y cultivador de tomate para industria desde hace muchos años.
¿Cuál ha sido vuestra trayectoria en el cultivo de tomate en los últimos años?
El cultivo del tomate ha estado muy presente en mi familia. Aún recuerdo los veranos recolectando tomates a mano. Si echamos la vista atrás vemos la fulgurante evolución del cultivo, pasando de producir poco más de 40 t/Ha en la década de los 90 a casi triplicar esta producción. La evolución tecnológica en todas las fases del cultivo unido a la profesionalidad de los agricultores ha conseguido elevar al tomate extremeño al nivel de referencia mundial.
Un cambio significativo sobre todo a nivel personal ha sido el paso a la segunda transformación que allá por el 2002 iniciamos un grupo de agricultores con la construcción de una fábrica de tomate concentrado, pasando de vender tomate fresco a comercializar concentrado de tomate, siendo hoy en día es un modelo de éxito. Hemos dado un paso más en la transformación bajo la marca Apis con lo que ya vendemos producto final completando de esta manera el productor la cadena de valores.
¿Cómo valoras los datos de costes del cultivo presentados por Cooperativas Agro-alimentarias?
Valoramos positivamente el cálculo de costes del cultivo del tomate y aparte lo consideramos necesario. Va a significar una herramienta de información al productor determinante a la hora de tomar la decisión de hacer o no hacer el cultivo, más en estos años donde los márgenes de explotación están muy ajustados con una inflación brutal, que puede hacer cambiar la rentabilidad del cultivo en cortos espacios de tiempo. Este cálculo es serio y ajustado a la realidad del campo y debe ser actualizado constantemente.
¿Cuáles son los grandes desafíos del sector?
Los desafíos han ido cambiando. Se han superado problemas fitopatológicos a la par que hemos crecido en rendimiento. Ahora tenemos importantes problemas de hongos de suelo, en especial fusarium raza 3 que está causando verdaderos problemas y que está ampliamente extendido y sobre todo los nematodos que con los métodos de lucha tradicionales están muy comprometidos medioambientalmente y siempre a la espera de autorizaciones excepcionales.
Como retos más importantes hay que destacar dos: la sombra del cambio climático con fenómenos meteorológicos extremos que se traduce en una pérdida de rentabilidad cada año más importante. Solo tenemos que analizar el pasado año con pérdidas superiores al 50 % de la cosecha. En segundo lugar, el relevo generacional. El sector se está quedando sin productores. El tomate no es fácil, presenta importantes riesgos y fuertes inversiones, y está calando una desafección entre los agricultores que sin duda tendremos que abordar desde todo los frentes, administrativos, económico y social.
¿Es posible seguir aumentando el rendimiento por hectárea?
Por supuesto, necesitamos un sector fuerte y competitivo y esto pasa por ser más productivo y eficiente en el cultivo. Hemos avanzado mucho en numerosos campos como el material genético que ha conseguido superar retos fitopatológicos, de resistencia a condiciones climatológicamente adversas, de sobremaduración y con variedades cada vez más productiva. En fertilización se está trabajando mucho en abonos denominados tecnológicos con ventajas nutricionales respecto a los convencionales en combinación con los avances de fertiirrigación. Sobre todo, el campo que presenta más recorrido y mayor potencial es el de las nuevas tecnologías como es la agricultura 4.0 ó de precisión, inteligencia artificial y Big Data. Este es un campo en desarrollo en el sector que dará muchas soluciones y ventajas competitivas. Todo esto sin duda se traducirá en incrementos en rendimientos en los próximos años con el único condicionante que pueda resultar de la aplicación de las nuevas políticas medioambientales que pueden suponer un freno en crecimiento de los rendimientos.