La cascarilla de arroz y el corcho ganan protagonismo como materiales de construcción
Del cerdo se aprovecha todo, se solía decir siempre en Extremadura. De otros cultivos o materiales como el arroz o el corcho, también se está consiguiendo. Técnicos del Instituto del Corcho, la Madera y el Carbón Vegetal y del Instituto de Investigaciones Agrarias Finca La Orden-Valdesequera, ambos adscritos al Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX), han elaborado un manual en el que explican las posibilidades constructivas que ofrecen determinados cultivos, subproductos y desechos de la industria, de cara a favorecer el avance hacia una edificación sostenible, natural y de consumo energético casi nulo.
En esta publicación se han centrado en el corcho no apto para la fabricación de tapones, las fibras naturales procedentes de los cultivos de kenaf y cáñamo, y subproductos de la industria arrocera como la paja y la cáscara de arroz. Valorizan así estas materias primas, destacando su enorme potencial como materiales de construcción. Este destino alternativo que se les da contribuye a reducir el consumo de energía, la producción de residuos y la contaminación.
El corcho es un excelente aislante térmico, acústico y vibracional, además de ser un producto ecológico y duradero. Su uso en construcción permite aprovechar subproductos y desperdicios de la industria preparadora y de segunda transformación.
También dedican un capítulo al aprovechamiento en construcción de los subproductos de la industria arrocera, en concreto paja de arroz y cascarilla. Destaca el beneficio medioambiental que supone esta alternativa, ya que constituye la valorización de los subproductos de un cultivo muy extendido. En Extremadura se usan fundamentalmente como cama para el ganado pero se ha constatado que su composición los hace especialmente interesantes en bioconstrucción. Ambos son aptos como materiales aislantes, tanto para rellenos como en paneles.
Son también socios de este proyecto el INTROMAC, la Universidad de Córdoba, la empresa pública URVIPEXSA, el Instituto de Investigação e Desenvolvimento Tecnológico para a Construção, Energia, Ambiente e Sustentabilidade (ITECONS) y el Laboratorio Nacional de Energía y Geología de Portugal (LNEG).