Creatividad, Investigación+Desarrollo: frente al depredador agrario

Texto:
Luis Aliseda
Director del Centro de Investigación y Producción de Viveros Provedo SA
El mercado agrícola ha llegado a un punto de inflexión y tiene que tomar otro camino, obligado por la presión de los productores que reclaman justamente mejores precios. En las últimas campañas se ha pagado al productor la fruta por debajo del coste de producción y ha sido la ruina para muchos. Hoy la cadena de valor no existe, sino un oligopsonio, ya que intermediario y vendedor están solapados en grandes cadenas que compran unificando la demanda y lo distribuyen a sus tiendas, practicando fácilmente dumping; dada su posición dominante y facilitado también por nuestras costumbres de compra. Incluso asistimos atónitos a un desplazamiento patrimonial del productor a los dueños de las cadenas de distribución, siendo las tiendas las que tienen producción directa desarrollando grandes explotaciones con agricultura agresiva. Hay conocidos casos en el olivar por ejemplo, entre otros productos. No sé si esto se puede remediar, si es que los gobernantes tienen que estar de perfil; pero no es el único problema.
Puede ser verdad que estamos dentro de un bucle tóxico donde el cliente final ha pedido precios siempre bajos y los supermercados en su competencia entre ellos, han tenido que luchar por satisfacerle, difícilmente manteniendo la calidad. El proveedor tiene que bajar costes primando la productividad, reduciendo obligatoriamente los parámetros de calidad.
Si buscamos culpables siempre es fácil encontrar un chivo expiatorio, con una solución rápida y populosa. Será esa la clave para la paz, pero realmente, ¿qué ocurre en el fondo?
La vida rápida y productiva nos lleva a hacer una compra en tiempo récord. Nos volvemos conformistas y lo más importante, es que hemos reducido la percepción de la calidad a niveles ridículos. Hoy te comes una ensalada medicinal como el que se toma un jarabe con mal gusto. El tomate no sabe a tomate, y los productos frescos en general no son lo que eran. Aceptamos cualquier cosa si bien el precio es reducido.
Productos frescos
Pero, ¿no es una oportunidad?. Realmente toda la clientela es así, o hemos llegado a un cambio de apreciación y ya hay una importante parte de la clientela que desea disfrutar de lo que compra “para comérselo”. Comer es uno de los placeres más amplios en la vida y es que el ser humano lo disfruta durante toda su vida, además consumir productos frescos es un placer “saludable”. Tenemos que saber comunicarlo pues el cliente final está de parte del productor, entiende la situación y lo comparte.
Este año en FruitLogística 2020 hemos visto que un melón promociona una feria, la mayor a nivel internacional; su valor que tiene buen sabor “seguro” y su tamaño ideal. Varias marcas de tomate fresco han aparecido que ofrecen también “sabor seguro”; también de manzana con algunas marcas ya muy consolidadas y reconocidas, así como mandarinas, uva de mesa, kiwis…etc… ; infinidad de productos bajo una marca que les identifica la calidad, “siempre con buen sabor”, todos ellos son “casos de éxito” en años desastrosos para otro tipo de agricultura.
Diferenciación por marca
Creo que estamos ante un paso más en la profesionalización y hay que subirse a este nuevo tren, donde la calidad prima, siendo necesaria una diferenciación por marca que te identifique ante una masa de productos banales, muy cosméticos y sin nada más, diseñados por los mercaderes con el objeto de ganar dinero.
No vale cualquier producto agrícola ni cualquier forma de hacer agricultura, por más dinero que gastemos en fertilizantes o por más tecnología que apliquemos para producir más y más barato. No es sólo ese el objetivo y resulta claramente insuficiente. Ese sistema es casposo, claramente menos competitivo y muy dañino con el medio ambiente. El cliente final se siente además de defraudado, engañado, dirigido y utilizado.
La mejora genética vegetal ha entrado de lleno en la agricultura. Existen ya infinidad de modelos privados y asociativos que convergen para ser más competitivos en la agricultura tecnológica del siglo XXI que se dota de la capacidad para crear nuevas variedades con buen sabor, excelente vida en poscocecha y más atractivas a la vista; sin olvidar que también son variedades adaptadas a un clima cambiante, creadas para soportar situaciones hostiles de suelo o de agua de mala calidad. Es una realidad ya.Todo ello representa una importante inversión privada en I + D. ANOVE, (Asociación Nacional de Obtentores Vegetales), calcula un coste medio de 1 millón de euros por variedad obtenida.
Hoy nuestra tecnología, sin necesidad de usar la modificación genética y haciéndolo por cruces naturales, está consiguiendo en Europa productos totalmente adaptados a las necesidades que plantea el mercado, así como a los requerimientos climáticos cambiantes. La inversión en I + D de numerosas empresas privadas ha dado respuesta al cambio climático y hasta ha llegado a crear nuevos productos muy específicos para un determinado suelo exigente, un clima adverso, con resistencias a plagas o enfermedades, por lo tanto sostenibles, y satisfaciendo a un mercado que se sentía defraudado.
Diferenciarse
El resultado de la fusión entre la producción agrícola con programas de mejora genética, ambos organizados desde la creación de un producto con altos índices de sabor,con capacidad de llegar al mercado final, y siempre identificados por una marca de calidad, han señalado el camino del éxito. La fruta de hueso pierde a pasos agigantados cuota de mercado y poder de venta frente a otros productos agrícolas que se ofertan en el lineal, algo que venimos denunciando desde hace más de veinte años. Estos otros productos que compiten con la fruta de hueso han conseguido diferenciarse comunicando bien sus atributos al cliente final, que fideliza su compra hacia estos productos agrícolas que han pensado en él antes de ser creados, rechazando la falta de calidad en otros.
El fraude varietal, la competencia desleal y el pirateo de variedades protegidas representan una amenaza a este nuevo modelo agrícola, evolutivo e imparable que está dando respuesta a retos que parecían imposibles y en una economía de libre mercado, donde la intervención para hacer precios justos son de difícil aplicación. Y si, es imparable, este año FruitLogística 2020 ha marcado este inicio y el nuevo tren se pone en marcha.
Postcochecha
En Viveros Provedo hace ya más de veinte años que desarrollamos un programa de mejora genética de fruta de hueso con el objetivo de recuperar el sabor. Ya es una realidad con más de cien patentes, que atienden a todos los climas y distribuidas por todas las zonas de producción del mundo. Allá donde hay una explotación de melocotón o ciruelo estamos presentes con variedades de sabor; todo ello, implementado con el conocimiento chileno y sudafricano en postcosecha. Sí, con ellos tenemos equipos de investigación que están evaluando variedades que consiguen más de treinta días de postcosecha y las hay de hasta de cuarenta días, pueden atender a mercados de ultramar.
Esto permitirá poner en el lineal fruta de hueso de calidad durante todo el año, es decir, intercambiaremos fruta entre el hemisferio norte y el sur con lo que podremos repetir el verano dos veces. También hemos sumado a estos programas de mejora, la creación de patrones para fruta de hueso que transmiten resistencias o tolerancias a plagas y enfermedades. Esta transmisión se realiza vía savia a todas las variedades que son injertadas sobre los mismos, sin necesidad de que las variedades tengan las resistencias o tolerancias, con lo que haremos explotaciones más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. Y todo bajo una única marca de sabor, Extreme® para melocotón o nectarina y Extreme®Plum en caso de ciruela de alto sabor.