riego
Riego por inundación intermitente: una alternativa al riego por inundación en el cultivo del arroz
Texto:
David Peña Abades
Grupo de Investigación, Gestión, Conservación y Recuperación de Suelos, Agua y Sedimentos (Instituto del Agua Cambio Climático y Sostenibilidad, Universidad de Extremadura)
Extremadura es una de las regiones más importantes en la producción de arroz, concentrando alrededor del 20% de la superficie nacional manifestando, así, la importancia de este cultivo en el desarrollo socioeconómico de la región. No obstante, el sector afronta serios problemas de rentabilidad debido al continuo aumento en los costes de producción. Además, al igual que en el resto de Europa, la irrigación del cultivo bajo inundación permanente se asocia con graves riesgos ambientales: elevadas emisiones de metano, contaminación de aguas por plaguicidas, acumulación de metales en el arroz y exceso del consumo de agua. De hecho, en Extremadura y Andalucía, la superficie dedicada al cultivo sufrió una drástica reducción en las campañas de 2022 y 2023 debido, fundamentalmente, al prolongado escenario de sequía, siendo necesario la aportación de ayudas directas al sector. Otro importante desafío es el creciente desarrollo de poblaciones de malas hierbas resistentes a los herbicidas, siendo actualmente Extremadura una de las zonas con mayores problemas. Por tanto, existe una necesidad urgente de desarrollar y transferir estrategias que permitan mejorar la sostenibilidad y viabilidad del cultivo.
Cota determinada
El Grupo de Investigación Gestión, Conservación y Recuperación de Suelos, Agua y Sedimentos, en colaboración con la Escuela Superior de Biociencias de Elvas y el Instituto Superior de Agronomía de la Universidad de Lisboa, ha desarrollado diferentes proyectos de investigación financiados por la Agencia Estatal de Investigación, sobre los efectos de los riegos intermitentes en el cultivo del arroz en las Vegas del Guadiana, cuyos resultados han sido publicados en revistas de investigación de máximo prestigio internacional, así como presentados en congresos y jornadas de difusión y transferencia.
Los riegos intermitentes consisten en inundar las parcelas hasta alcanzar una cota determinada, momento a partir del cual se detiene el riego, dejando que el agua se evapore o percole hasta un determinado punto de secado para, llegado el momento, comenzar de nuevo el ciclo de inundación y secado, por lo que se trata de un sistema que puede ser adaptado inmediatamente con las infraestructuras actuales.
Los resultados obtenidos por nuestro grupo, hasta el momento, han puesto de manifiesto que el efecto de los riegos intermitentes en el rendimiento agronómico del cultivo (variedades Sirio y Thaiperla) depende principalmente del nivel de restricción hídrica aplicado. De forma que, cuando el punto de secado no supera los – 20 kPa de potencial matricial del suelo, se obtienen rendimientos agronómicos similares al riego por inundación permanente. Por el contrario, en condiciones de mayor estrés hídrico, han sido detectados descensos en los rendimientos que pueden ser contrarrestados mediante el uso combinado del riego intermitente con la aplicación de enmiendas orgánicas.
Rendimientos
El uso de estas enmiendas mejoran las propiedades edáficas y la eficacia de los herbicidas, lo que se traduce en la obtención de rendimientos, incluso, superiores a los del sistema tradicional, así como en un incremento notable en la productividad del agua aplicada permitiendo, así, una gestión más eficaz de los recursos hídricos.
Con respecto al impacto sobre los gases de efecto invernadero y la bioacumulación de metales, la implementación de los riegos intermitentes permite reducir drásticamente las emisiones de CH4, así como, la acumulación de arsénico inorgánico, debido fundamentalmente al predominio de las condiciones oxidantes bajo estos tipos de riego. Sin embargo, los riegos intermitentes incrementan notablemente la bioacumulación de cadmio que, aunque no ha sido detectado en concentraciones superiores a las permitidas para este elemento, pueden ser contrarrestadas mediante el uso combinado de esta técnica con la aplicación de enmiendas orgánicas.
No obstante, el éxito de la implantación del riego intermitente dependerá, principalmente, del tipo de suelo y de sus características, así como de la variedad cultivada. Por ello, la adaptación de estos sistemas de riego intermitentes debe ser precedida por estudios específicos bajo las condiciones propias de cada zona arrocera.
Emilio Camacho, Catedrático Ingeniería Hidráulica de ETSIAM (Universidad de Córdoba): “Estamos en la transición hacia la digitalización del riego en el olivar”
Entrevista con
Emilio Camacho
Catedrático Ingeniería Hidráulica de ETSIAM (Universidad de Córdoba)
¿Ha evolucionado mucho las técnicas de riego en el olivar en los últimos años?
A raíz de la sequía de mitad de la década de los 90 comienza el riego de olivar, inicialmente en la provincia de Jaén y luego se extiende a otras zonas. Los primeros ensayos de riego que se plantearon estaban sobre la base de riego deficitario y se aplicaban riegos sostenidos (RDS), es decir aportar agua de manera uniforme desde mayo a septiembre. Con esta estrategia es muy importante jugar con el suelo como almacén y depósito de agua. Cuando no se tiene en cuenta la capacidad de almacenamiento del suelo y en condiciones adversas de baja capacidad, prácticas inadecuadas en el manejo del riego como excesivos tiempos de riegos, algo muy frecuente en los primeros riegos localizados, ocasiona pérdida de agua por percolación. La eficiencia de riego eran bajas en estos casos.
Desde un primer momento el método de riego usado ha sido el riego localizado. Inicialmente los emisores que se instalaban eran microaspersores, los cuales fueron rápidamente sustituidos por emisores o goteros de alto caudal, aproximadamente 8 L/h, y pinchados. La continua evolución en el riego localizado nos ha llevado a goteros de bajo caudal 4 L/h e incluso por debajo de 2 L/h.
Nos encontramos en un periodo de transición hacia la digitalización del riego. Nuevos sensores, de suelo, planta, atmósfera, clima, remotos ofrecen ya suficiente precisión como para mantenernos informados del estado hídrico de la planta y del suelo y aconsejarnos del momento adecuado del riego y de la cantidad de agua. Sin duda los próximos años ofrecen grandes posibilidades en este campo y tanto los sensores como el IoT, las técnicas de Inteligencia Artificial, el Big Data nos ayudaran a conseguir un riego más eficiente y sostenible.
Una estrategia de riego deficitario altamente eficiente en el olivar consiste en aplicar el riego de acuerdo al periodo fenológico del olivo y esto es lo que se conoce como riego deficitario controlado (RDC). Se ha demostrado de manera experimental que alcanza un 70 % de la producción con un riego del 50%.


