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La IV Fiesta del Cabrito de Sierra de Gata volverá a reivindicar la importancia de la cabra y el pastoreo en el medio rural
Enmarcada en el Plan Territorial Parque Cultural Sierra de Gata, este año se celebrará el 11 de diciembre, en la localidad de Santibáñez el Alto, con mercado, talleres agroalimentarios y medioambientales, música o pasacalles
Es ya la cuarta edición de la Fiesta del Cabrito de Sierra de Gata, y un año más se insistirá en dar valor a todo lo que se hace en los municipios serragatinos, en destacar la importancia de la cabra, del pastoreo para el cuidado del medio ambiente, además de difundir los productos agroalimentarios de la zona, su patrimonio y su cultura.
Son algunos de los objetivos de esta fiesta, que se enmarca en el Plan Territorial Parque Cultural Sierra de Gata, impulsado por la Diputación Provincial de Cáceres, y que ha presentado este lunes la diputada de Agricultura y Ganadería, Elisabeth Martín Declara, junto al alcalde de Santibáñez el Alto, Rubén Francisco González, un fiesta en cuya organización también participan la Asociación Mosaico y el Grupo de Acción Local Adisgata.
La diputada ha insistido en la necesidad de “trabajar todos juntos para reconocer la calidad del cabrito y ponerlo al nivel del cordero o la ternera. En ello se trabaja junto a la Junta de Extremadura y el Gobierno central, de hecho, actualmente, se está muy avanzado para inscribirlo como Indicación Geográfica Protegida (IGP), de tal modo que se sumaría a las que tenemos, para ello, los requisitos que se piden y que cumplimos es que el cabrito sea criado en Extremadura, en extensivo, con alimento natural y con leche materna”, por lo que se ha mostrado confiada en que, en no mucho tiempo, se pueda celebrar esta nueva IGP.
Así, en torno a este producto de calidad de Sierra de Gata, se celebra una cuarta edición de la Fiesta del Cabrito, a través de la cual se quiere hacer una llamada a visitantes de otros municipios de la zona y de turistas llegados de cualquier punto, para darles a conocer los productos de Sierra de Gata, como puede ser el cabrito, los quesos, la miel o el vino, su gastronomía, sus tradiciones y su cultura.
A lo largo del día, tal como ha explicado el acalde, se se podrá disfrutar de talleres agroalimentarios de apicultura o medioambientales; de rutas senderistas, por el Castillo de Santibáñez o el conjunto agroganadero “Los Pajares”, declarado Bien de Interés Cultural, con categoría de interés etnológico; mercado artesanal; degustación de productos típicos, como caldereta de cabrito, queso de cabra o naranjas de Acebo, así como de pasacalles y la música de Acetre.
La Editora Regional presenta el libro de fotografías ‘A los veinte de enero’, un recorrido por las fiestas populares del primer mes del año
La Editora Regional de Extremadura ha presentado ‘A los veinte de enero – Un paseo fotográfico por fiestas del mes primero’, una obra fotográfica de Sebastián Martín Ruano, enmarcada en la colección Cuadernos Populares; la monografía cuenta con un prólogo del antropólogo Javier Marcos Arévalo.
Este trabajo muestra algunas de las fiestas más representativas y celebraciones populares del norte de Cáceres, de localidades como Brozas, Pela, Torrejoncillo, Peloche o Portezuelo.
En el arranque del libro, Martín Ruano escribe: “Ese es el espíritu de las fiestas del mes primero. Se pasa del dolor a la alegría. De la muerte del invierno al regocijo de la primavera que se barrunta. Del Jarramplas que se apedrea al ser humano que ha dado función. De tantos ‘sansebastianes’ asaetados a las alegrías de los convites, a las carreras en Pela, a los danzantes de Peloche, a los caramelos de san Mauro… Las bestias de las carantoñas bailan con las ‘regaoras’. En Portezuelo se recibe gustoso a los Santos Mártires, pero también se llora al recordar a los que no están. En Torrejoncillo los niños y niñas tocan el esquilón y se recitan las coplas de la rosquilla… ¡Tantas historias!”.
Sebastián Martín Ruano (Brozas, Cáceres, 1959) es maestro y doctor en Ciencias de la Educación. A su pasión por la fotografía se une la inquietud por las transformaciones sociales en el mundo rural, cambios y permanencias que refleja en una obra presidida por el aliento de la sensibilidad y por el deseo de documentar un universo cercano en equilibrio inestable. Ha realizado más de una decena de exposiciones individuales de su fotografía, y su obra forma parte de las colecciones permanentes del Museo de Cáceres, la Asamblea de Extremadura o el Centro UNESCO de Extremadura.
Javier Marcos Arévalo, autor del Epílogo, es Profesor Titular de Universidad, doctor en Antropología; ha recibido el Premio Nacional de Antropología Marqués de Lozoya. Marcos es director e investigador en varios proyectos nacionales e internacionales, cuenta con una nutrida obra docente e investigadora. Ha realizado trabajo de campo etnográfico en diferentes comarcas y en varias comunidades de Extremadura, Norte de la Sierra de Sevilla, en la frontera hispano-lusa y México.