La introducción de plantas perennes entre almendros en secano ayuda a mitigar el cambio climático
Las prácticas de agricultura sostenible más usadas para mantener y restaurar el carbono orgánico en suelos empobrecidos son la reducción de la labranza, el uso de cubiertas vegetales y la aplicación de compost o estiércol, pero ¿cómo afecta la diversificación de cultivos al ciclo de carbono?
Un equipo del proyecto europeo Diverfarming ha analizado el potencial de la diversificación en cultivos leñosos (almendro y mandarino), determinando que la introducción de plantas perennes como tomillo y alcaparra en almendros de secano favorece la mitigación del cambio climático a través del aumento del secuestro de carbono del suelo.
El equipo formado por varios investigadores del CEBAS – CSIC junto con los investigadores de la Universidad Politécnica de Cartagena evaluó el efecto a corto plazo de la diversificación de cultivos sobre el balance de carbono del suelo de un sistema de cultivos leñosos de secano y de regadío en condiciones mediterráneas semiáridas.
Los cultivos evaluados fueron almendros orgánicos en secano y mandarinos en regadío. En 2018 se introdujeron cultivos perennes como alcaparras y tomillo en las calles de los almendros, mientras que en las calles de los mandarinos se incorporaron cultivos anuales en rotación: mezcla de cebada y veza y habas. El equipo investigador monitorizó durante dos años las emisiones de CO2 a la atmósfera procedentes del suelo, las pérdidas de carbono por erosión y las ganancias de carbono al sistema por el crecimiento de la vegetación.
La diversificación de cultivos afectó al balance de carbono (ganancias y pérdidas) a corto plazo. La introducción de especies perennes en los almendros de secano sí lo hizo (reduciendo las pérdidas de carbono entre un 65 y un 73%).