Juan Francisco Blanco (Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura): «Sólo el agua puede limitar la próxima campaña de tomate, no el precio»
Entrevista con
Juan Francisco Blanco
Presidente del grupo de trabajo de Tomate para Industria de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura
Junto a la fruta, el tomate es uno de los cultivos prioritarios para el riego en esta campaña según las recomendaciones de la Consejería a la Confederación del Guadiana. ¿Qué escenarios manejan los productores de tomate de confirmarse las duras restricciones de riego?
El único escenario posible es no perder la campaña de tomate para industria de este año y, por eso, todas las partes estamos realizando el máximo esfuerzo para que se desarrolle dentro de la normalidad que sea posible, ya que se trata de un cultivo muy importante desde el punto de vista social y económico.
La disponibilidad de agua es el principal problema que existe ahora mismo en torno a este cultivo, que afronta una campaña de incertidumbre por este motivo. La producción este año será menor por la situación de sequía.
Productores e industrias han acordado un precio de 102 euros/toneladas para la nueva campaña, sensiblemente superior al del 2021. ¿Cómo valoran este precio en vuestra doble condición de productores e industrias cooperativas?
El incremento del precio que se paga al productor de tomate para industria en Extremadura era una reclamación de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura, cuyas cooperativas y OPFHs asociadas han defendido esa subida. No podemos permitirnos dejar de ser líderes en este sector, frente a otras zonas productoras. Ellas son las que, a través de una importante colaboración y trabajo conjunto con el resto de OPFHs extremeñas, han impulsado esta subida en los contratos con la industria transformadora.
Creemos firmemente que si no ganan las dos partes –industria y producción- el cultivo no tendrá viabilidad, especialmente ante la subida de los costes de producción. Y hay que recordar que la industria cooperativa es la industria de los agricultores cooperativistas, de forma que ellos reciben un precio mayor por su producción gracias al retorno cooperativo, vinculado a la existencia de resultados económicos favorables en la cooperativa, ya que participan en el beneficio de la transformación que realiza su industria.
Ante campañas como la actual, ¿existe el riesgo de que muchos productores de tomate decidan diversificar parte de sus hectáreas a cultivos permanentes con menos consumo de agua o es un cultivo muy arraigado y especializado ya en las Vegas del Guadiana?
No, no creo que exista ese riesgo porque el cultivo de tomate para industria es prioritario. Actualmente la única limitación que tenemos es el agua, que es la que puede hacer que algunos agricultores opten por cultivos con una demanda creciente, especialmente ante las perspectivas de la crisis Rusia-Ucrania. Pero el precio fijado hace que esa ya no sea una opción. Solo el agua puede limitarnos.
Ante el aumento de los costes (energía, material envasado, transporte, etc.) ¿sería interesante que las industrias cooperativas del sector realizarán compras conjuntas o cada una lleva su propia estrategia?
Las industrias cooperativas extremeñas de tomate ya realizan diversas gestiones que permiten un ahorro de los costes. Y vienen realizándolo desde hace tiempo. La cooperación es uno de los muchos valores de las cooperativas como empresas de economía social. Así, por ejemplo, llevan a cabo la compra conjunta de los bidones que se usan como material de envasado del tomate una vez transformado, entre otras labores.