Gonzalo Simón de Cáceres (Aceitunera del Tralgas S.L.: “Una explotación de 5.000 has de olivar superintensivo puede producir la misma cantidad de Manzanilla Cacereña que todo el Norte de Cáceres junto”
Entrevista con
Gonzalo Simón de Cáceres
Administrador Único de Aceitunera del Tralgas S.L.
La empresa Aceitunera del Tralgas, ubicada en Villanueva de la Sierra, es un referente en la comercialización e innovación de aceituna Manzanilla Cacereña. Su propietario analiza con preocupación el futuro del cultivo. “En un cultivo de olivar tradicional, minifundista y socioeconómicamente subsidiado, es improbable el avance en innovación y comercialización”, asegura. «Además, me dirijo a Interaceituna, pues sólo se preocupan de los cobros, manifestando un total y absoluto olvido a la promoción del consumo de aceitunas naturales, y de los mercados nacionales y de la aceituna Manzanilla Cacereña».
¿Cuál ha sido la trayectoria de Aceitunera del Tralgas?
Desde el año 1989 que comencé como gerente de Acenorca en Montehermoso tengo experiencia en el sector de la aceituna de mesa. Tras casi siete años allí creé en 1997 junto a otros dos socios una empresa para comercializar Manzanilla Cacereña. Y en el 2007 decidí abrir mi propio almacén para comercializar la producción propia de aceitunas Manzanilla Cacereña en cultivo Integrado. Tras estos años, unos 50 olivicultores de la zona nos confían su producción. Creo que pagamos de los mejores precios de la zona y sobre todo generamos una gran seguridad. El bajo rendimiento para almazara y su precio hacen que los productores se decanten por recolectarla para mesa. Este año la hemos pagado en verde a 75 céntimos, que supone en torno a un 400% más que lo que se ha pagado en almazara con pírricos rendimientos del 10%. Nuestra capacidad productiva actual ronda los 2,5 millones de kilos.
¿Ha cambiado mucho el sector de la aceituna de mesa en la zona?
Lo único que ha cambiado ha sido la poda, la eliminación de sus restos, y la recolección, con cierta mecanización en los olivares donde se puede. La falta de mano de obra es un gravísimo problema. Lo que sí se ha notado es el abandono de gran número de antiguas explotaciones. Faltan agricultores a título profesional. En Villanueva de la Sierra con una producción en torno a 7 millones de kilos de aceituna solo estamos tres. La generación anterior que se dedicaba al campo se ha jubilado. La gran mayoría no viven de la aceituna. Es un complemento. El mejor ejemplo se ve en el nivel de aseguramiento de la producción, que es bajísimo en el sector.
La llegada del olivar superintensivo puede cambiar el sector de la aceituna de mesa ¿Es consciente el Norte de Cáceres?
Creo que no. Y es un problema gravísimo para esta zona. En una campaña récord, la zona norte de Cáceres desde Valverde de Fresno hasta Madrigal de la Vera puede recolectar en torno a 70/75 millones de kilos de aceituna Manzanilla Cacereña. El año pasado fueron sobre 18 millones. En una finca de 5.000 hectáreas de superintensivo pueden alcanzar este volumen con unos 12.000/14.000 kilos por hectárea. Con costes de recolección en torno a un céntimo por kilo frente a los 25 céntimos si se hace manualmente y los 12 céntimos si se hace con vareo mecánico. Hay grandes clientes míos del sector que ya cuentan con plantaciones de dos/tres años en Cáceres, Badajoz, Sevilla o Portugal. En cinco o diez años se producirá una gran cantidad de Manzanilla Cacereña en superintensivo que va a cambiar toda la comercialización, y el cultivo del olivar tradicional.
¿Y cómo se puede afrontar este nuevo escenario?
Una de nuestros puntos fuertes ha sido apostar por la conservación con fermentación natural láctica controlada. Y apostar por la calidad, trazabilidad total del producto y la búsqueda de nuevos mercados. Yo tengo dos clientes importantes en la zona del Campo Real en Madrid que compran aceituna Manzanilla Cacereña para su IGP y exigen los cuadernos de campo con certificación externa. Nuestro formato principal de comercialización es el barril nacional de 154 kilos, tanto para el mercado nacional como para Portugal y Centroeuropa. El fin provisional de los aranceles a EE.UU. es una buena noticia. Y también el cambio de consumo con aumento de las ventas de aceituna en los hogares durante la pandemia. Hay que seguir trabajando por la calidad y por un producto natural, diferenciado y obtenido mediante buenas prácticas culturales de producción y elaboración esmerada.