Miguel Monterrey (Sectorial Vitivinícola de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura): “La previsible corta cosecha en la vendimia francesa e italiana puede activar la retirada de vino de nuestras bodegas”
Entrevista con
Miguel Monterrey
Presidente de la Sectorial Vitivinícola de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura
¿En qué momento se encuentra el sector bodeguero en la región?
El sector vitivinícola se encuentra en una situación muy complicada por las importantes pérdidas económicas acumuladas tras la paralización del canal Horeca a causa de las restricciones de movilidad. Teníamos puestas nuestras esperanzas en que Europa hubiese puesto a disposición de los países unos fondos adicionales extraordinarios y suficientes para que el sector vitivinícola pueda gestionar esta crisis sin precedentes y se recupere.
Es un sector muy importante en nuestra región y necesita ayudas urgentes e independientes del Plan de Apoyo al Sector Vitivinícola, porque las consecuencias a largo plazo pueden ser desastrosas.
Desde Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura planteamos una ayuda directa a las bodegas, que podría articularse en dos partes: una fija y otra parte variable en función de los costes que ha soportado cada bodega al cumplir con sus obligaciones de pagos y a pesar de la importante caída de ventas. También hemos solicitado que se incluya al sector vitivinícola en las ayudas establecidas de apoyo a empresas y autónomos afectados por la pandemia de COVID-19.
El mercado de envasado ha sido más castigado por la pandemia que el de graneles a nivel mundial. ¿Ha logrado el vino extremeño mantener sus exportaciones?
La campaña pasada fue la más baja en cuanto a producción en los últimos 15 años, así que en Extremadura hay pocos stocks ahora mismo gracias al repunte de consumo nacional y exportaciones de vino, que según el Infovi aumentaron un 23% en volumen y un 10% en valor.
La situación de los mercados dependerá ahora del desarrollo de esta campaña tras la influencia que van a tener las últimas heladas en países competidores directos de nuestros vinos, como son Francia e Italia, ya que harán descender la estimación de producción de manera significativa en la vendimia que próximamente se iniciará y puede despertar el interés por nuestros tintos y, sobre todo, activar la retirada de vino de nuestras bodegas, ante la más que previsible corta cosecha que ya se asoma en la vendimia francesa o italiana.
Incluso aquí en Extremadura hay un tanto por ciento de menor de cosecha. Estamos optimistas ante una posible resolución Boing-Airbus, esperando alcanzar un acuerdo con EEUU el 10 de julio para que decidan quitar definitivamente lo aranceles.
El viñedo extremeño ha experimentado en los últimos años una profunda reestructuración. ¿Ha concluido ya a grandes rasgos o habrá más cambios?
El viñedo extremeño ha llevado a cabo en los últimos tiempos una importante reestructuración, que ha sido más en el sistema de cultivo que en variedades.
El sector vitícola ha sido tradicionalmente de uva blanca en Extremadura, concretamente de las variedades Pardina y Cayetana. A partir del año 2000, con el comienzo de la reestructuración del viñedo por parte de la OCM del vino, se obligó a poner el 80% en uvas tintas y en 2008 se abrió más el abanico y la obligación era del 70% de tintas y el 30% de uva blanca.
Aún queda reestructuración pendiente, ya que el nuevo periodo que tenemos ahora de OCM que terminará en 2023. Y ahora, las variedades son totalmente libres. Es el agricultor quien decide qué tipo de uva pone en su viñedo.
Lo que sí estamos viendo es que se está volviendo cada vez más a las variedades autóctonas y que se ha producido es un importante cambio en la elaboración y la calidad de nuestros vinos, que se exportan a cualquier mercado con una garantía excepcional.
El consumo de vino en España sigue una senda descendente. ¿Es un problema muy grave para todo el sector
Ahora mismo es un problema gravísimo por la situación en que se encuentra el canal Horeca aunque poco a poco vaya recuperándose ya. Independientemente de eso, las claves para lograr un crecimiento del consumo de vino se sitúan en la importancia de las denominaciones de origen, que son sello de calidad para los consumidores; y a la innovación, a apostar por nuevos tipos de vino, nuevas variedades de uva, etc. E incluso también a nuevas formas de presentar y distribuir el vino en cuanto a los envases. El fomento del consumo de vino, siempre con moderación, constituye una prioridad para todo el sector vitivinícola.