Piensos, carburantes y energía, entre los mayores costes de las explotaciones agroganaderas
La rentabilidad de la actividad agraria y ganadera no solo tiene que ver con los ingresos por la venta de la producción o el ganado ni con las ayudas de la PAC. También guarda una estrecha relación con el nivel de gastos que esas explotación agrario o ganadera tengan. Unos gastos que en la mayoría de los casos han crecido a un ritmo mucho mayor que el de los ingresos de agricultores y ganaderos.
En el caso del campo regional, los consumos intermedios (semillas, energía, fertilizantes, fitosanitaros, pienso, gastos veterinarios, etc) suponen de media unos 1.094 millones de euros al año, según datos del Informe sobre la Agricultura y la Ganadería 2018 en Extremadura editado por la Fundación CB (Ibercaja) con la colaboración de la Universidad de Extremadura.
El apartado que más gastos supone es el de los piensos, especialmente gravoso en periodos de fuerte sequía, que concentra 506 millones de euros al año, seguido de los gastos en carburantes y energía con 100 millones de euros y los fertilizantes con 78,8 millones de euros. Los productos fitosanitarios con casi 60 millones y los gastos veterinarios con 64,7 millones de euros también figuran entre los consumos más altos. El mantenimiento de material y edificios también supone más de 90 millones de euros anuales al sector productor agrario y ganadero regional.
En el caso de los piensos, cada vez hay más grupos cooperativos que cuentan con sus propias industrias de pienso para abastecer a sus socios ganaderos. Y en los combustibles, el volumen de ventas de las cooperativas con postes de suministro en sus instalaciones crece año a año, con un diferencial de precios por litro importante en relación a las estaciones privadas.
En el caso del suministro eléctrico, las instalaciones de autoconsumo renovable con fotovoltaica, tanto en naves como con bombeo solar en riego, también han aumentado considerablemente.