Maíz y arroz quieren recuperar su protagonismo en el regadío extremeño
En campañas normales de agua, el arroz superaría las 21.000 has y el maíz las 46.000 has
Dos de los cultivos que peor lo han pasado en las dos últimas campañas por la disponibilidad de agua para regadío en Extremadura han sido el arroz y el maíz. Dos cultivos estratégicos sobre todo para las Vegas del Guadiana que en un año normal debían sumar en conjunto más de 67.000 hectáreas de cultivo en regadío. En la campaña del 2022 se quedaron entre ambos en las 26.000 has y en la del año pasado en las 40.000 has.
Está por ver si la disponibilidad de agua final permitirá volver a las cifras históricas de ambos cultivos: algo más de 21.000 has para el arroz y más de 46.000 has para el maíz. En el caso de este último cultivo, las previsiones de cotización, y la superficie final contratad de tomate para industria también son variables muy importantes para valorar el volumen final esperado.
En el caso del cultivo del arroz, los datos de Cooperativas Agroalimentarias de España, en si último informe sobre las previsiones de producción de la campaña 2023/2024, apuntaban a una superficie de 13.140 has en Extremadura para la pasada campaña. Sobre un total de 54.965 has para toda España. Es decir, Extremadura concentró el 23,9% de la superficie de arroz española, marcada de nuevo por la prácticamente inexistente campaña en la zona andaluza del Guadalquivir.
Pese a la mejora en hectáreas de la campaña 2023 frente a la del 2022 -donde solo se sembraron 2.053 has- Extremadura ha perdido en estas dos últimas campañas arroceras la segunda posición española en volumen de extensión del cultivo, viéndose superadas por Cataluña y Comunidad Valenciana. Pese a que el rendimiento medio por hectárea en los arrozales extremeños fue superior en la campaña del 2023 que la media española, 6,48 tn/has frente al 5,91 tn/has. La media de los últimos 5 años sitúa la producción extremeña en 6,93 tn/ has. Por tipo de arroz, la variedad Índica sigue siendo la mayoritaria en la región, con 7.825 has en la campaña del 2023 frente a las 4.991 de la Japónica y las 325 has de la variedad Bomba.
La evolución en el número de hectáreas y producción media de arroz en la región de las últimas cuatro campañas muestran claramente el impacto que la disponibilidad de agua para riego tiene para el cultivo, que siempre suelen quedar relegado al último lugar en el reparto final de las dotaciones. Según datos de Cooperativas Agroalimentarias de España, en la campaña 2022 se sembraron 21.084 has para una producción de 148.644 tn: en la campaña del 2021 se sembraron 21.382 has para una producción de 160.741 tn; en la del 2022 bajó hasta las 2.053 has para una producción de 12.233 tn y en la última, se alcanzaron las 13.140 has para llegar a producir 85.203 tn.
Según Cooperativas, “el descenso en la producción de arroz en España se debe a la climatología, la sequía y el calor han afectado al cultivo, y a la falta de materias activas para terminar con las malas hierbas y plagas. Estas circunstancias han provocado un descenso de casi el 50% en las 4 últimas campañas”.
Cultivo de maíz
Mientras, la evolución en la superficie sembrada de maíz en la región también muestra este impacto de la falta de agua para riego. Mientras en la campaña del 2020 se sembraron 45.729 has, en la del 2021 fueron 46.756 has, bajando de forma abrupta en el 2022 hasta las 24.061 has y las 27.954 has el año pasado. Hay que tener en cuenta que en la campaña del 2022, el mal año del maíz se compensó en gran parte por la siembra de girasol, que alcanzó las 21.979 has, de ellas más de 11.000 en regadío, en terrenos en principio destinados al cultivo del maíz. Hay que tener en cuenta que en los últimos años, la cotización del maíz ha mostrado una estabilidad claramente a la baja en su precio en los mercados internacionales.

