La DOP Cereza del Jerte espera certificar más de 500.000 kilos de cerezas y más de 4 millones de kilos de picotas
La actividad en todos los pueblos del Valle del Jerte desde el mes de abril gira entorno a la cereza y la picota. El producto estrella de la zona que supone importantes ingresos para una buena parte de las familias de la zona debido a sus precios en origen y sobre todo a su alta demanda nacional e internacional. Y dentro de las cerezas y picotas, las amparadas en la DOP Cereza del Jerte con las más demandadas. Este año la campaña ha sido menor aunque esperan compensarlo con la gran demanda de fruta de hueso existente en los mercados internacionales.
Según la presidenta del Consejo Regulador, Clara Prieto, “La producción de la cereza ha disminuido levemente este año, como consecuencia de la inestabilidad climatológica”. “Comenzó muy bien, gracias a las condiciones meteorológicas iniciales, pero el frío posterior provocó un corte de savia y un atraso en la floración”, explica Prieto. “Para mantener las condiciones de calidad que garantizan la Denominación de Origen la producción de este año ha sido menor y se calcula que se certificarán entre 500.000 a 700.000 kilos de cerezas y unos 4 o 5 millones de kilos de picotas”, añade.
La variedad Navalinda, es la única variedad de cereza que cuenta con pedúnculo certificado del Valle del Jerte. Tras la certificación de la Navalinda, se procede a continuar con las picotas del Jerte, que cuenta con cuatro variedades diferentes: Ambrunés, Pico Limón Negro, Pico Negro y Pico Colorado, todas ellas también recogidas bajo la D.O.P.
En los últimos años, en el Valle del Jerte se está produciendo un cambio de las variedades más tradicionales por otras más modernas y con mejores marcos de plantación, que aseguran una mejor productividad, calibre, sabor y dureza. Este último punto, muy importante para la exportación a mercados cada vez más lejanos que se quieren explorar como los del Golfo Pérsico.