El declive generalizado de las aves ligadas a los medios agrarios pone de manifiesto el deterioro ambiental de estos sistemas
El III Atlas de las Aves Reproductoras en España pone en evidencia el descenso generalizado en la mayoría de las especies vinculadas a los ambientes agrarios, estimado en un 27% en menos de tres décadas
Especies comunes en nuestros campos de cultivo hace 20 años como la alondra, la calandria, la collalba rubia, la codorniz, el sisón común o la perdiz común, entre otras, ostentan declives poblacionales significativos, según se desprende del III Atlas de las Aves en Época de Reproducción en España, de SEO/BirdLife, una publicación clave para conocer la distribución, tendencias y poblaciones de las 450 especies que se detectan en España en primavera.
La progresiva transformación e intensificación de la agricultura, enfocada sobre todo en la productividad, con uso generalizado de plaguicidas y herbicidas; la expansión de monocultivos y la simplificación del paisaje; la reducción de espacios silvestres y barbechos; la transformación de grandes áreas de secano en regadío y la utilización de semillas con productos altamente tóxicos, han contribuido a este declive generalizado de las aves agrarias. Esta concatenación de causas, genera un empeoramiento y reducción de sus hábitats, la disminución de insectos (-76% en Europa desde 1990) y plantas con semillas como fuente de alimentación, menos lugares donde criar y, en definitiva, menos territorio disponible y de peor calidad. A esta evolución de los sistemas agrarios se suma la construcción de infraestructuras industriales, de transporte y, recientemente, proyectos de energía renovables (en especial fotovoltaica) que, en gran medida, ocupan los hábitats preferentes de estas especies, injustificadamente considerados espacios de poco valor.
Esta tercera edición del Atlas, de SEO/BirdLife, se suma al reciente Libro Rojo de las Aves de España, y ofrece nueva información sobre la pérdida de área de ocupación de aves ligadas a ambientes agrarios como las perdices, codornices o sisones, al que los expertos califican como “el grupo de aves terrestres más amenazado de la península ibérica” y cuyo descenso se estima en un 27% en menos de tres décadas según los resultados del programa de seguimiento de aves comunes de la organización (programa Sacre).
Aves agrarias: el grupo más amenazado
Entre las aves ligadas a medios agrarios, las que se encuentran en una situación más sensible están las vinculadas a ambientes agroesteparios. En España no existen estepas naturales, sino zonas semiáridas con distintos tipos de pastizal que han sufrido intervención humana en algún momento de la historia y, sobre todo, grandes áreas abiertas de cultivos cerealistas y de leguminosas, como la alfalfa, que son utilizados por muchas de las especies de aves típicas de zonas esteparias. Actualmente, todas ellas tienen algo en común, un descenso poblacional debido, sobre todo, al deterioro de su hábitat.