Las empresas y cooperativas extremeñas apuestan por la certificación como clave para exportar
La certificación se impone en el mundo agroalimentario regional. Las empresas y cooperativas extremeñas han dado un gran salto en la demanda de todo tipo de normas y protocolos de certificación en los últimos años ante el fuerte empuje exportador del sector agroalimentario regional, en áreas como el tomate para conservas y salsas, fruta de hueso, hortalizas, vino y aceites de oliva, etiquetado facultativo de carnes de vacuno, ovino y caprino, cerdo ibérico, arroz y un largo etcétera de alimentos.
Cualquier empresa o cooperativa agroalimentaria debería disponer en toda su cadena de valor de certificaciones de conformidad con los principales protocolos como BRC, IFS, BRC-Envases, GlobalGAP, ISO 9000, ISO 22000, JAS, o si necesitan las de certificación ecológica, como NOP, KRAV o Biosuisse entre otras, además de normas específicas como la de Calidad del Ibérico, tan importantes en Extremadura. A las que hay que añadir las que están orientadas a colectivos específicos por salud, procedencia geográfica o criterios religiosos como las de celíacos, Halal o Kosher.
Sin olvidar otras muchas que tienen que ver con la seguridad alimentaria, la verificación medioambiental o los puntos críticos de control en los procesos de producción y envasado. Decenas de entidades, acreditadas por ENAC, ofrecen estos servicios entre las que destacan Certifood, SAI Global o Calicer, entre otras.