España se mantiene como segunda productora europea de tomate para industria tras Italia
Se espera una producción mundial de 40,5 millones de tn, con Irán, Turquía y Egipto como productores emergentes a bajos precios junto a China
La próxima campaña de tomate para industria que en poco tiempo los productores extremeños estarán ultimando en sus invernaderos de planta se presenta más limitada en producción que la anterior. Se sembrará sensiblemente menos que en la del 2024, tanto en la región como en el resto de zonas productoras españolas (Andalucía y Navarra especialmente).
Estas son al menos las previsiones de las principales asociaciones profesionales del sector de tomate para industria. La producción de tomate transformado en los países que forman la Asociación Mediterránea Internacional del Tomate Transformado (Amitom) podría situarse en 17,15 millones de toneladas en 2025, de acuerdo con sus previsiones. De confirmarse, sería una cifra muy similar a la de 2024 (17,21 millones de toneladas). Sin embargo, la evolución varía mucho dependiendo de los países. En España, se espera una caída del 22,1%, hasta los 2,4 millones de toneladas (frente a algo más de 3 millones en 2024). También será menor la producción en Grecia (-11,8%), Bulgaria (-33%) o Hungría (-37,5%), así como en Turquía (-3,7%) y Portugal (-6,7%).
Por el contrario, en otros países productores se espera una recuperación, tras una cosecha corta en 2024. Es el caso de Italia, primer productor del grupo, que alcanzará los 5,6 millones de toneladas (+6,2%), así como de Egipto (+25%; hasta 780.000 toneladas), Irán (+42,9%; hasta 2 millones de toneladas) o Francia (+7,1%, hasta 180.000 toneladas).
Producción mundial
De acuerdo al World Processing Tomato Council (WPTC), la estimación de producción mundial global para 2025 se sitúa en 40,5 millones de toneladas. En el año 2024, la producción mundial de tomate para industria se situó en los 45,8 millones de toneladas. Según las estimaciones de la WPTC, esta caída prevista de 5 millones de toneladas no es suficiente aún en relación al nivel de stocks existentes y a la demanda prevista. La mayor parte de esta reducción de la producción mundial se debe a China.
Entre los principales productores a nivel mundial, en China la previsión de cosecha para 2025 es de 6 millones de toneladas, por debajo de los 10,45 millones de toneladas de 2024. Los precios del 2024 han provocado un menor interés de los productores chinos por el cultivo. En Irán, la producción de pasta de tomate experimentó una marcada disminución del 30% en 2024 en comparación con 2023. Sin embargo, las previsiones sugieren una mejora en 2025, con una producción prevista de 2 millones de toneladas.
Dichas previsiones de producción de campaña siempre están sujetas a la climatología de los meses de primavera (plantación) y verano (maduración y recolección), así como a la disponibilidad de riego. En el caso de Extremadura, especialmente en las Vegas del Guadiana, la disponibilidad de agua en campaña está totalmente asegurada al estar la cuenca con un 48% de agua embalsada, superior incluso a la media de la última década.
El consumo internacional de productos de transformación de tomate está muy mediatizado por las marcas de distribuidor y marcas blancas, con una presión creciente de las grandes cadenas de distribución por los precios bajos. La entrada masiva en la Unión Europea de tomate procedentes de terceros países, especialmente China, con precios muy bajos y sin un adecuado etiquetado final que advierta al cliente de su procedencia preocupa seriamente a las industrias extremeñas que piden a las Administraciones mayores controles. Hay que tener en cuenta que los estándares de seguridad alimentaria con los que se produce tanto en campo como en industria el tomate en España y en la Unión Europea frente a estos terceros países no tienen nada que ver. Ni tampoco a nivel de condiciones laborales de los trabajadores.
