Jacinto Guerra (ASEVEX): “Se podría diversificar la producción dirigiéndola hacia los mostos, vinos espumosos o de baja graduación”
Entrevista con
Jacinto Guerra
Secretario Técnico de la Asociación de Empresas Vinícolas de Extremadura (ASEVEX)
¿Cuáles serían a día de hoy las principales reivindicaciones del sector vinícola extremeño?
Empezaremos citando una clásica: la excesiva burocracia que ahoga a las empresas, especialmente a las pequeñas, con unas numerosas y reiterativas declaraciones, agravada en los últimos años por la problemática resultante de la aplicación de la Ley de la Cadena Alimentaria, que ha complicado, aún más, el funcionamiento de las bodegas con nueva documentación, nuevos registros de contratos, etc. Consideramos que ese ha sido el único efecto de la citada Ley, porque no ha solucionado ningún problema ni al sector productor con los precios de venta de su uva, ni al sector industrial con los precios de venta de sus vinos.
Pero la principal preocupación del sector vitivinícola es la necesidad de acometer, a nivel nacional, un verdadero plan de viabilidad que solucione los problemas estructurales que tiene el sector, especialmente en el capítulo de excedentes y que se articulen medidas concretas y efectivas para que se pongan en marcha rápidamente en las situaciones de crisis, que cada vez se producen con mayor frecuencia.
En las últimas campañas, el sector bodeguero se ha enfrentado a serios problemas de stocks, especialmente en el caso de vinos tintos. ¿Hay soluciones estructurales viables?
Está claro que la solución estructural más eficaz es reducir la superficie plantada, como están haciendo en otras regiones vitícolas, en Francia por ejemplo. De hecho ya hay agricultores, que por iniciativa propia están arrancando sus viñas tintas o cambiándolas por variedades blancas. Creemos que una buena solución podía ser primar los arranques voluntarios en las zonas de viñedo marginal o que pertenezcan a agricultores de edad avanzada; es una pena que se abandonen viñedos sin una compensación económica y que se pierda para siempre ese potencial vitícola.
Soluciones coyunturales, como bajar las producciones mediante la vendimia en verde o la destilación de los excedentes para su transformación en alcohol de uso industrial, ya se están aplicando en varias regiones de España y en Portugal.
Otra posibilidad es la diversificación de la producción, dirigiéndola hacia los mostos, vinos espumosos o de baja graduación, porque está claro que conseguir aumentos en el consumo de vino o el uso de alcoholes vínicos en la elaboración de bebidas de alta graduación se presenta cada vez más como algo inalcanzable.
¿Está notando mucho el sector los cambios en hábitos de consumo?
Después de la pandemia los hábitos de consumo se han modificado. Los consumidores prefieren los vinos blancos, de baja graduación, semidulces y aromáticos, y especialmente por los que estén algo gasificados. Los restantes vinos, como por ejemplo los tintos están en retroceso y eso lo notamos en las ventas de nuestros graneles tintos que salen muy lentamente y se acumulan en nuestras bodegas. Se han reducido las exportaciones de vinos a nuestros mercados tradicionales como Portugal y Francia que tienen grandes excedentes.
