María Ramos García (CICYTEX): “La frambuesa, el arándano y el goji se adaptan muy satisfactoriamente al norte de Extremadura”
Entrevista con
María Ramos García
Investigadora en el área de Fruticultura Mediterránea de CICYTEX
Centro de Agricultura Ecológica y de Montaña (CAEM)-CICYTEX
¿Cómo valoras las posibilidades del cultivo de frambuesas, arándanos y goji en las comarcas del Norte de Cáceres?
Aunque hablamos de cultivos con necesidades diferentes, todos ellos se adaptan de manera muy satisfactoria al norte de la región extremeña. La frambuesa es un cultivo con una larga tradición en la comarca de La Vera. Nosotros hemos estudiado la adaptabilidad a nuestras condiciones de nuevas variedades obtenidas en otros países, tanto desde el punto de vista agronómico como de mercado. También hemos desarrollado, en colaboración con la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte, un programa de mejora genética para obtener nuevas variedades “extremeñas”. El programa comenzó en 2015 y ocho años después hemos obtenido 5 selecciones avanzadas con un buen potencial para ser comercializadas.
Los arándanos ya llevan una década cultivándose en comarcas como La Vera, el Valle del Jerte o la Sierra de Gata. Es una especie que se adapta perfectamente a las zonas de montaña pero también de vega, siendo un cultivo de fácil manejo. En este cultivo también hemos realizado ensayos varietales respecto a la ventana de producción que tienen, el comportamiento agronómico, las técnicas de manejo en producción ecológica y la calidad de la fruta. Existen variedades óptimas para Extremadura tanto de producción temprana como de media estación y tardías. El arándano aquí tiene un nicho de producción interesante entre el final de la campaña de Huelva y el comienzo de la campaña en la Cornisa Cantábrica.
El cultivo de las bayas de Goji es aún muy incipiente. Es una especie que viene de China pero que encuentra especies silvestres cercanas en toda la Península Ibérica y pertenece a la familia de las solanáceas (tomates, pimientos, etc), por lo que su adaptabilidad a nuestras condiciones también es buena. Estamos tratando de recopilar la mayor diversidad genética posible para dar con aquellas variedades que mejor se adaptan a nuestro clima y las nuevas exigencias del mercado. Este cultivo está manifestando un resurgimiento e interés en los países de nuestro entorno de la mano de la producción ecológica y con destino al mercado en fresco.
Desde el punto de vista climático y del terreno, ¿qué peculiaridades presentan estos cultivos?
Son todos cultivos que responden muy bien a terrenos con un alto contenido en materia orgánica. La frambuesa requiere un ambiente fresco, disponibilidad de agua y suelos sueltos, aunque dependiendo de las variedades y del momento de producción de éstas, se pueden adaptar a distintos climas y suelos. También las podemos cultivar bajo plástico o al aire libre. El arándano tiene como preferencia suelos ácidos (pH entre 4-5) aunque hay variedades que pueden desarrollarse en pH cercanos al 6, Sus requerimientos nutricionales son más bajos que la frambuesa.
Respecto al clima, podemos encontrar variedades con altas exigencias de horas frío y variedades con muy pocas (o incluso cero-chill). Es un cultivo bastante rústico aunque hay que tener cuidado con la quemadura de sol en el fruto en verano. Las bayas de Goji tienen bajas exigencias en suelos y clima, se adaptan bien a un rango de pH amplio y distintos tipos de suelos, y a los veranos cálidos de nuestra zona.
Las comarcas del norte de Cáceres tienen explotaciones familiares y minifundistas. ¿Pueden ser estos cultivos una alternativa rentable?
Pueden serlo y lo son. Hay que tener en cuenta que este tipo de explotaciones buscan mantener la mano de obra familiar todo el año y obtener una alta rentabilidad en pequeñas superficies. Estos cultivos, de alto valor y altamente demandantes de mano de obra, cumplen con las dos funciones. Gracias a la gama de variedades y manejos que estamos encontrando contribuyen a diversificar las explotaciones y complementar a otros cultivos principales como el cerezo o la higuera. Combinando el cultivo de varias especies de pequeños frutos podemos tener producción desde comienzos de mayo hasta la entrada de las primeras heladas invernales.
