Las provincias de Sevilla y Badajoz marcan el peso en el AOVE temprano español
El ránking productor de aceites de oliva del mercado español ha experimentado sensibles cambios en los últimos años, provocado sobre todo por el aumento del peso del olivar superintensivo y en seto. Y por el crecimiento del olivar en regadío, pese a los problemas de muchas cuencas hidrográficas en las últimas campañas. Y en este ránking hay dos provincias que están creciendo en la última década por encima del resto: Sevilla y Badajoz.
La primera de ellas ha logrado consolidarse como la tercera productora española de aceites de oliva en global, adelantando en las últimas campañas a la provincia de Granada. Mientras, que la provincia de Badajoz, gracias a sus nuevos olivares de la cuenca de Guadiana, se ha situado en el grupo de cabeza productor del olivar español incluso siendo en varias campañas la primera provincia no andaluza, por delante en algunas cosechas de la provincia de Ciudad Real.
Salvando las cifras de la última campaña, que han sido anormalmente bajas en todas las provincias, vemos como entre ambas provincias ya han sido capaces de producir hasta 250.000 toneladas de aceites de oliva en global, como ocurrió en la 2021/2022.
Tanto la provincia de Sevilla como la de Badajoz tienen un perfil con grandes similitudes. Tanto en el crecimiento y peso de los nuevos olivares de superintensivo y en seto -la primera en la cuenca del Guadalquivir y la segunda en la del Guadiana-, en número de almazaras (91 almazaras en Sevilla) y 86 en Badajoz) y también en la importancia que tiene en sus olivares la aceituna de mesa y de doble aptitud. Ambas provincias son de largo las mayores productoras españolas de aceituna de mesa y comparten el protagonismo de la producción de aceites tempranos.
En las últimas campañas, la media de producción de aceites de oliva entre los meses de octubre y noviembre en la provincia de Sevilla ha superado el 45%, mientras que en la de Badajoz se ha situado en torno al 40%. Cifras muy encima de la media española donde no superan en una campaña media-alta el 15% sobre el total, pese a su crecimiento.
