El ajo extremeño mira con preocupación el crecimiento de la producción local en Brasil

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Fotos: Cooperativa Extremeña de Ajos de Aceuchal

Estados Unidos y Brasil son dos de los grandes mercados de exportación para los ajos de Aceuchal

El ajo se ha consolidado como un alimento de referencia en las cocinas españolas no solo por sus virtudes en la cocina sino también por sus grandes beneficios saludables, Sin embargo, la proliferación de comida preparada y enlatada, junto a la fast food y la comida lista para llevar a casa han reducido su consumo en el mercado español.

Empresas y cooperativas productoras y comercializadores, entre ellas las extremeñas radicadas sobre todo en la localidad de Aceuchal (Badajoz), han tenido que buscar a sus principales clientes en los mercados exteriores, muchos de ellos de ultramar. La fuerte competencia de China, el gigante del ajo mundial que mediatiza el mercado y los precios con sus campañas de producción y su fuerte consumo, es uno de los grandes escollos para los productores extremeños y españolas.

Según los datos de la Mesa del Ajo, el pasado año 2022 se sembraron en nuestro país unas 29.000 hectáreas de ajos con una producción de 286.694 toneladas. Castilla-La Mancha es de largo la principal productora nacional de ajo, con más de 20.000 hectáreas, seguida de Andalucía con unas 5.000 has, Castilla y León con unas 1.800 has, la Comunidad de Madrid con unas 890 has y Extremadura con algo más de 500 hectáreas. Hay que tener en cuenta que hay bastantes productores extremeños de ajo que ante la peculiaridad de este cultivo por rotación y tipo de suelos, mantienen arrendadas tierras para su cultivo en Portugal y en Castilla-La Mancha.

Menos producción
Lo que ha quedado claro es que esta campaña del 2023 ha presentado una sensible reducción de la producción por las adversidades climatológicas, que se suman a las que ya padeció el sector en la campaña del 2022. Ni acompañaron las altas temperaturas de abril para las cosechas tempranas ni tampoco las lluvias de junio para algunas variedades como las de ajo morado. A ello se suma que las hectáreas sembradas se habrían reducido en torno a un 15%. Ello se une a un destacado aumento de los costes de recolección que los productores cifran en un 35%, que no se han visto compensados ni mucho menos por los precios cobrados.

Competencia
En un mercado tan global como el del ajo, con tanta importancia de la exportación, cualquier movimiento en alguno de los mercados claves de producción y consumo afecta de forma directa al ajo extremeño y español. Es lo que está ocurriendo con la entrada de nuevos países productores como Egipto y Turquía, con costes de producción mucho más baratos. Y también con lo ocurrido en el mercado de Brasil, uno de los mercados claves para el ajo extremeño, donde la producción local no para de incrementarse en perjuicio de las importaciones.

Para el ajo de Aceuchal, los mercados de Estados Unidos y Brasil han resultado fundamentales en los últimos años, cambiando la fuerte dependencia que tradicionalmente se tenía con Portugal como gran comprador. Otro tema de preocupación en el sector es la importación de supuesto ajo congelado desde China, para salvar los aranceles de la UE, cuando realmente se trata de ajos refrigerados.

El ajo extremeño, de la mano de importantes actores como la Cooperativa Extremeña de Ajos de Aceuchal, no ha parado de innovar en los últimos años en la búsqueda de nuevos mercados y de mayor valor añadido. Con el diente de ajo pelado o con el snack de ajo frito, por ejemplo.

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