Pedro José Iglesias (Elaborados Sánchez Iglesias): “Es difícil dar de comer a 2.000 ocas todos los días sin ningún tipo de ayudas”
Entrevista con
Pedro José Iglesias
Gerente de Elaborados Sánchez Iglesias
Ovejas, vacas, toros bravos, cabras, caballos… se ven habitualmente en los campos y dehesas extremeñas. Lo que no resualta habitual es encontrarse con ocas. A 6 kilómetros de Calzadilla de los Barros se encuentra la finca donde Pedro José Iglesias cuida de unas 2.000 ocas, un animal muy bien considerado en la cultura gastronómica de países como Francia o Alemania, pero totalmente desconocido para el consumidor medio español. Con una gama selecta de productos muy variada (alitas, confit, jamón, micuit, grasa fina, huevos, mollejas, consomé y oca fresca), la llegada del Covid ha sido un terremoto en el negocio de la empresa al depender de la restauración de calidad en zonas turísticas. Ahora toca reinventarse, “aunque sin ningún tipo de ayudas resulta muy complicado”.
¿Cómo surgió el proyecto de traer ocas a Badajoz?
Provengo de familia ganadera y tras distintos trabajos fuera de la región pensé en comenzar con un animal que no hubiera por aquí para hacer algo diferente. En 2015 comenzamos a investigar el proyecto animal para su cría en libertad, muy diferente de lo que se hace en mercados como el francés con alimentación forzada. Y pensamos que sería interesante cerrar el círculo y crear un pequeño matadero con sala de sacrificio, despiece y envasado. En ningún matadero cercano nos podían dar el servicio que necesitábamos.
¿Con que alimentáis a las ocas?
Las alimentamos con bellota durante todo el año, no solo en el periodo de la montanera. Cuando no hay bellota la conservamos en salmuera. Además, también se alimentan de maíz alimentario y de lo que comen en el campo. Es un animal insectívoro. Los criamos en total libertad. Solo se encierran por la noche para protegerlos de los depredadores. Son animales que en el sacrificio pueden pesar entre 5,5 y 6,5 kilos una vez desviscerado.
¿Habéis crecido mucho en número de animales?
En el año 2019 ya teníamos unos mil y en enero del 2020 llegamos a los 2.000 animales, con una ampliación de la granja pensada para 3.000. Con la llegada del COVID, nuestro principal cliente que era la restauración y hostelería de calidad de zonas turísticas como Málaga, Sevilla, Mallorca o Madrid se vino abajo.
¿Vais a buscar otros canales de venta?
Hay que reinventarse. Al no tener ni conservantes ni estabilizantes nuestros productos, la caducidad es más limitada y cuesta más estar en la Distribución. Estamos trabajando en una nueva línea con más caducidad para estar en tiendas. La venta en internet también la hemos reforzado. Si queremos sobrevivir debemos ir por ahí porque la restauración va a estar tocada un tiempo.
¿Habéis tenido algún tipo de ayuda por parte de las Administraciones?
Ninguna ayuda. Cero. Lo dice un empresario y ganadero que no ha dejado de cumplir con ninguna de sus obligaciones fiscales. Pago lo mismo que un ganadero de cordero, cerdo vacuno y sin embargo me dicen que por no haber un epígrafe para este tipo de animales no puedo recibir ayudas. Mi actividad industrial es un apéndice de mi ganadería. Cualquier otro ganadero tiene un matadero más o menos cerca donde sacrificar sus animales, yo tuvo que abrir el mío propio y sin ayudas. He invertido en el proyecto casi un millón de euros y no he tenido una sola ayuda. Así es muy complicado sobrevivir como ganadería y como industria. No es justo. He escrito al Consejero de Economía pero no me han dado ninguna solución.