Extremadura ha ganado más de 80.000 has de nuevos regadíos desde el año 2014

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Más del 90% del regadío extremeño depende de las aguas superficiales

El regadío se ha convertido en la columna vertebral del campo extremeño desde hace muchos años. Con las limitaciones climatológicas de los últimos años, especialmente en la Cuenca del Guadiana, el futuro de los regadíos regionales en cuento a sistemas de riego, introducción de energía renovables en su gestión, cambio de cultivos y eficiencia en su uso, se ha convertido en objeto de debate en los últimos tiempos. Así como el futuro de los dos de los nuevos proyectos de regadío más importantes que siguen en diferentes procesos administrativos y de viabilidad inversora como son el de Tierra de Barros y el de Monterrubio de la Serena.

Un amplio estudio editado por Cajamar, bajo el título de “Regadío y Seguridad Alimentaria”, coordinado por Jaime Lamo de Espinosa y Alberto Garrido, ofrece una visión de conjunto de su situación en España y en Extremadura. Hay que recordar que la superficie regada en España alcanza ya los 3,8 millones de hectáreas, de ellas entre 230.000 y 285.000 hectáreas en la región, según la fuente estadística que se elija.

Según los autores del estudio. “la superficie regada en España ha aumentado significativamente en los últimos 15 años. En 2021, la superficie de regadío alcanzó las 3.862.811 ha. Realizando el promedio de los años 2004-2006 y 2019-2021, el incremento de la superficie regada ha sido de 497.417 ha (15 %). Durante todo el periodo se observa una tendencia al alza, solo alterada en 2006 y 2010, con ligeros descensos del 2 % y del 0,4 %, respectivamente, en superficie irrigada como consecuencia de las sequías sufridas en 2005 y 2009. A partir del año 2009 no se observa ninguna disminución de la superficie regada, lo que indica que el regadío ha sabido adaptarse a las sucesivas sequías (2012, 2015, 2019)”.

Por regiones
La comunidad autónoma que mayor aumento de superficie regada ha registrado en el periodo 2004- 2021 (considerando valores promedios) es Andalucía, con 183.240 hectáreas. Le sigue Castilla-La Mancha (119.132 ha), Extremadura (80.810 ha), Castilla y León (32.221 ha), Aragón (32.999 ha) y Cataluña (26.538 ha). Navarra, La Rioja, la Región de Murcia, Canarias, Baleares y Cantabria también han experimentado variaciones positivas, aumentando su superficie regada en menos de 20.000 ha. Por el lado contrario, el mayor descenso se ha producido en Galicia (-19.305 ha) y el menor en Asturias (-44 ha). Entre medias se encuentra la Comunitat Valenciana (-9.431 ha), País Vasco (-2.651 ha) y la Comunidad de Madrid (-202 ha). Según los datos del estudio, más del 90% del riego extremeño depende de las aguas superficiales, siendo el segundo de España tras el de Aragón en esta situación.

Según Andrés del Campo, presidente de FENACORE, España cuenta con uno de los regadíos más eficientes y más modernizados del mundo. Se ha reducido el uso del agua en más de 3.000 m3/ha en los últimos 25 años y ya hay 3 millones de hectáreas de riego modernizado, lo que suponía un 77,7 % del total en 2021. Además, de los 3,8 millones de hectáreas regadas hay muchas de ellas cuyas aguas proceden no de grandes obras hidráulicas, sino de los miles de pozos legales, creados de acuerdo con el Art. 54.2 de la Ley de Aguas.

Según los responsables del estudio, “es obvio que el riego prolifera en provincias donde el sol y el clima favorece los cultivos de mayor rentabilidad –hortofrutícolas, frutales, vid y olivar– aunque ahora se expansionan otros como el pistacho, almendros, algarrobos, en riego y otros de gran futuro. Y ese es el horizonte de la España agraria”. En un país como España de 50 millones de hectáreas y donde la SAU es casi un tercio de la total (16,9 millones de hectáreas), el riego representa el 22,53 % de esa SAU y tan solo el 7,57 % de la superficie total.

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