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La paja y el forraje para alimentación animal, a precio de oro
Con una gran parte de la cosecha de cereal ya recolectada antes de las últimas lluvias de mayo, la disponibilidad de forrajes -especialmente de paja- en todo el campo extremeño y español va a ser muy baja. Lo que ha disparado el precio a niveles muy altos, por encima de los 120 euros/ toneladas a finales del mes de mayo. Ya en otoño del año pasado, marcado también por la sequía y las altas temperaturas, la tonelada llegó a pagarse hasta los 150 euros en algunas zonas muy ganaderas. En el caso de la avena en verde, este año ya se está llegando a cotizar a 260 euros/tonelada en algunas lonjas. Y la alfalfa a más de 400 euros/toneladas. Una situación que ha supuesto a los ganaderos en pie de guerra ante la necesidad de asegurar de cara al invierno suministro de forrajes para sus animales.
Una situación agravada por el masivo uso que las plantas de biomasa para generación de energía realizan de las alpacas de paja como uno de sus combustibles principales. El presidente de ASAJA, Pedro Barato, ha solicitado al Ministerio de Agricultura que la paja que en estos momentos se está empleando en la producción de energía a partir de biomasa, deje, de forma temporal, de tener este destino y vaya dirigida a paliar la carestía de alimento que sufre el ganado como consecuencia de la sequía.
Según ASAJA, “la falta de disponibilidad de alimento esta está causando estragos en las explotaciones, con especial incidencia en las de ganado vacuno de carne, y ovino. La ausencia de paja y forraje para alimentar al ganado se está convirtiendo en una auténtica pesadilla para los ganaderos que ven cómo se vacían sus almacenes y no hay paja en el mercado”.
La menor disponibilidad de paja y otros forrajes está provocando una mayor demanda de otros productos, como los ensilados de maíz. En muchas explotaciones ganaderas hacen números para intentar reducir el número de animales, sin perder por ello sus derechos de la PAC.
