climatología
Marcelino Núñez Corchero (AEMET): “Superar los 45 grados ya no es un récord en muchas zonas”
Entrevista con
Marcelino Núñez Corchero
Delegado Territorial en Extremadura de AEMET (Agencia Estatal de Meteorología)
La climatología siempre ha sido un eje central en la actividad agraria. Pero debido al fuerte aumento de la agricultura de regadío y al cambio de cultivos y variedades, el clima es el que marca de forma directa las campañas, con más fuerza incluso que las cotizaciones de los productos. La menor disponibilidad de agua embalsada, que tiene mucho que ver con la ausencia de varios años seguidos con superávits hídricos, el aumento medio de las temperaturas y muy especialmente la presencia de olas de calor prolongadas fuera de sus fechas habituales (julio y agosto) han puesto la señal de alarma en el mapa agrario. Como lo demuestra el incremento constante de las indemnizaciones agrarias en Extremadura y en toda España.
Una de las personas que mejor conoce el tiempo en Extremadura es Marcelino Núñez Corchero, Delegado Territorial de AEMET en la región desde hace muchos años quien con datos y rigurosidad aporta destacadas claves de lo que está ocurriendo con el clima en nuestra región, y sus efectos directos sobre la actividad agroganadera.
Las cuestiones relativas a la climatología hay que verlas con la perspectiva del tiempo, y no de un solo verano o invierno. ¿Qué nos está diciendo a grandes rasgos la climatología de los últimos años en la región?
En Extremadura tenemos un clima mediterráneo con influencias atlánticas, de veranos secos y calurosos, e inviernos suaves y lluviosos. Pero, en los últimos 20 o 30 años esta definición del clima extremeño está cambiando poco a poco, y se está moviendo hacia temperaturas más elevadas, veranos más largos, y olas de más calor más frecuentes, más largas y más intensas.
Como consecuencia, en un estudio realizado por la AEMET se ha concluido que desde los años 70 hasta la actualidad, la extensión de los climas áridos en España se ha duplicado, ocupando a día de hoy, el 13% de la superficie total. Extremadura es una de las zonas en las que se está produciendo este cambio, como puede verse en el siguiente gráfico. En ciertas áreas pequeñas de Extremadura se está pasando de un clima Mediterráneo a un clima estepario o semiárido frío
La disponibilidad de agua se ha convertido en la columna vertebral de la agricultura moderna. La gente del campo suele decir que «ya no llueve como antes». ¿Los datos lo corroboran?
No se observa una tendencia clara y estadísticamente significativa hacia menores precipitaciones en los últimos 30 años. Sí podemos observar que desde hace unos 10 años no tenemos en Extremadura varios años seguidos con grandes aportes o superávits de precipitaciones. Y quizás, esto, unido a un aumento de la demanda de agua y del gasto, puede habernos llevado la idea que se plantea en la pregunta.
Cooperativas Agroalimentarias de Extremadura aseguraba hace pocos meses que las olas de calor prolongadas en el tiempo provocaban más daño al campo que las propias heladas o granizos. ¿Habrá que adaptarse a ellas?
Pues sí, las olas de calor son unos de los fenómenos adversos más severos y que más están intensificando en nuestra región. Por una parte, cada vez es más frecuente su ocurrencia fuera de su periodo habitual (meses de julio-agosto) y en los últimos años hemos tenido, en Extremadura, olas de calor importantes en los meses de mayo, junio y septiembre. Esto corrobora el hecho constatado del alargamiento del verano.
Definiendo el verano solo con criterios de temperatura, en AEMET hemos constatado este alargamiento, desde principios de los años 80 hasta nuestros días. En la provincia Badajoz este aumento del verano ha sido de 8,47 días por década y en la de Cáceres de 5,05 días por década. La media en España es de 9 días por década. Es decir, hoy en promedio los veranos en España duran entre 4 y 5 semanas más que a principios de los años 80.
También hemos constatado que la intensidad de estas olas de calor es más alta que hace 30 años, y por ejemplo hoy alcanzar los 45.0 ºC en estaciones de Extremadura no supondría superar un récord, pues ya se han registrado en varias ocasiones.
En Extremadura la siniestralidad agraria se han duplicado en los últimos tres años. ¿La agricultura moderna debe aprender a convivir con fenómenos meteorológicos a destiempo y cada vez más acusados?
Pues, lamentablemente, sí. El IPCC máxima autoridad mundial sobre el cambio climático, nos asegura que la cuenca del Mediterráneo es una de las zonas del planeta que mayores y más graves consecuencias sufrirá por esta crisis climática.
Como ejemplo podemos comentar que en el 2023, la sequía en España ha hecho que nuestro país ocupe el noveno lugar del mundo con mayores pérdidas económicas por habitante, según un análisis realizado sobre las indemnizaciones de los seguros. Agroseguro ha desembolsado en el pasado 2023 más de 1.250 millones de euros para sufragar los desastres agrícolas.
Centrándonos en Extremadura, las indemnizaciones abonadas alcanzarán los 77 millones de euros, “la cantidad más elevada de los últimos años” en palabras de Jacinta Patiño, directora territorial de Agroseguro en Extremadura. Según nuestras proyecciones climáticas, de hoy hasta finales del siglo XXI la frecuencia e intensidad de estos fenómenos climáticos adversos (sequías, olas de calor, precipitaciones intensas) aumentará a medida que la temperatura media del planeta siga creciendo como consecuencia de las emisiones de CO2.
