“Escuela de pastores” para cuidar de 3,7 millones de cabezas de ovino y 250.000 de caprino en Extremadura
Cuando se producen los grandes incendios en verano, como los de este año con abundante carga de pastos, siempre nos acordamos del trabajo callado que hacen cientos de miles de ovejas, vacas y cabras en los montes. Su siega a diente elimina durante los meses más peligrosos miles de toneladas de “combustible vegetal”. Sin embargo, con el paso de los años, la cabaña ganadera española y también la extremeña va menguando.
Por la pérdida de rentabilidad de las explotaciones, el aumento de sus gastos fijos, problemas sanitarios como la lengua azul, pero también de forma cada vez mayor, por la falta de relevo y mano de obra más joven que quiera dedicarse a la ganadería. Un oficio exigente, en muchos casos de siete días a la semana y 364 días al año.
Extremadura cuenta con unos 3,7 millones de cabezas de ovino (casi el 26% del total nacional), la mayor de España, y con unas 250.000 cabezas de caprino (el 9% del total nacional).
Según estadísticas oficiosas, a nivel nacional quedarían unos 80.000 pastores de ovino y caprino en España, cifra que se reduce año a año. La cabaña de ovino se ha reducido a nivel nacional en casi 5 millones de cabezas desde 2010.
Distintas instituciones y sobre todo cooperativas ganaderas han puesto en marcha en las regiones más activas en el sector ovino y caprino -como son Extremadura, Aragón o Castilla y León- “escuelas de pastores” para formar a gente joven en el oficio.
Aprendizaje práctico
Bajo la coordinación de la cooperativa Cooprado, con sede en Casar de Cáceres, y con financiación de la Diputación de Cáceres, la Escuela de Pastores de Tajo-Salor-Almonte ha logrado formar a unos 100 profesionales desde su fundación en 2016.
La Escuela ofrece este año un programa de aprendizaje para la gestión de explotaciones de ganado ovino, bovino y caprino de la mano de ganaderos y ganaderas, de 600 horas de carácter práctico y técnico. El programa se desarrolla entre marzo y diciembre realizándose la parte teórica en las instalaciones de la Granja Experimental de Cooprado, ubicada en Casar de Cáceres. Por su parte, el alumnado realiza prácticas de campo en la finca Valdesequera, en explotaciones reales de la zona acompañados por tutores-ganaderos, así como en fincas modelo de entidades colaboradoras.
A lo largo del curso se llevan a cabo talleres temáticos como la esquila o la elaboración artesanal de queso. Y visitas técnicas como la que han realizado este año ocho alumnos y alumnas del presente curso a las instalaciones de la explotación de la Finca “El Cuartillo” de la Diputación de Cáceres.
Una de las intervinientes en el último curso es Jara Clemente, de Aldea del Cano, que viene de familia ganadera: “mi padre tiene una ganadería de ovino de extensivo. Ves otras formas de hacer y coger un poco su relevo. La idea es, en un futuro, quedarme yo esa ganadería de ovino que viene desde hace tres generaciones. Seguir esa línea de ganado que tenemos y seguir colaborando con mi familia de pastores”.
Otro de los alumnos ha sido Mohammed Yasser. Vive en Bilbao pero se ha trasladado en los últimos meses a Casar de Cáceres para recibir esta formación: “En mi familia, en Palestina, hemos tenido granja. Por la situación que tenemos en nuestro país, hemos perdido todo. Y yo quiero empezarlo de nuevo aquí, en España, pero desde cero. Estoy con cabras, aprendiendo a ordeñar y en el futuro me interesa tener ovejas para carne y cabras para leche. Este paso va a ser el primer paso para mí y para mi familia, para el futuro”. La tasa de inserción laboral de los participantes en la Escuela es del 70%.
La formación permite al alumnado obtener certificaciones oficiales homologadas como el Curso de incorporación a la empresa agraria; Bienestar animal para transportistas y ganaderos; Biocidas de uso ganadero básico; Fitosanitario básico y cualificado, y Manipulador de alimentos entre otros.

