Las fincas rústicas heredadas superaron a las compraventas en Extremadura durante el año 2022

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Según datos del INE, en 2022 las compraventas de fincas en la región fueron 7.101 frente a las 7.610 fincas heredadas

El envejecimiento de la población en regiones con un peso del mundo rural como Extremadura está teniendo un impacto clave en el mercado de las fincas rústicas, para uso agrario o recreativo. Según los recientes datos de la Encuesta de Transmisiones de Derechos de la Propiedad elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), durante el año 2022 los cambios de titularidad en registro de fincas rústicas en Extremadura alcanzaron la cifra de 17.732. De esta cantidad, un total de 7.101 fueron compraventa como tan entre particulares o sociedades, mientras que las herencias de fincas fueron superiores a ese número, llegando a las 7.601.

De esta forma, como pasa en otras regiones con un porcentaje de población rural superior a la media en España, el peso de las herencias resulta cada vez más importante en la estructura de la tierra de uso agrario en la región, ya sea para una posterior venta o arrendamiento.

Durante el año pasado, el número total de cambios de titular en el registro de la propiedad de fincas rústicas en toda España alcanzó la cifra de 437.382 operaciones, de las que 156.925 fueron compraventas y 175.779 por herencias. Una tendencia que parece incrementarse con el paso de los años a nivel nacional.

Según los datos del “Informe sobre la estructura del suelo rústico en España”, elaborado por la firma Cocampo, en nuestro país el 41% del suelo rústico es arrendado. Un porcentaje menor que en otros países de nuestro entorno como Francia (82%), Alemania (65%) o Italia (53%).

Tipos de propietario
En el caso de las fincas rústicas, propietarios en España pueden registrarse como persona física, sociedad mercantil, entidad pública o cooperativas entre otras opciones. Los expertos de Cocampo diferencian tres tipos de perfiles de propietarios de fincas rústicas en España. Los clasifican en empresarios agro, profesionales o directivos, que buscan disfrutar del campo e inversores para arrendamiento. 

Aunque los tres grupos formados desde el punto de vista de la demanda comparten su interés por el campo, cada uno de ellos tiene una proyección diferente sobre el uso y disfrute de su finca rústica. En el caso de los empresarios con actividad en el sector agro, “suelen reinvierten frecuentemente sus beneficios en la compra de nuevas fincas para seguir mejorando sus ingresos”.

En los últimos años, junto al perfil habitual de empresarios o profesionales agrícolas o ganaderos han comenzado a proliferar las operaciones de compraventa de fincas por parte de fondos de inversión, o bien en propiedad o en régimen de arrendamiento a largo plazo. Em sectores como el del olivar superintensivo o en seto, o en el del cultivo de frutos secos como almendros. La búsqueda de terrenos para proyectos renovables, especialmente plantas fotovoltaicas, también ha supuesto una importante revalorización de fincas de secano o sin excesivo aprovechamiento, como ha ocurrido en algunas comarcas extremeñas.

Segunda residencia
Con la pandemia, el perfil de empresario que busca una segunda residencia en entorno rural ha aumentado, no solo en busca de terrenos de caza u ocio. Según el estudio de Cocampo, “la característica principal de este grupo es la necesidad de escaparse al campo durante su tiempo libre para llevar una vida tranquila y descansar. Además, buscan teletrabajar lo máximo posible en su segunda vivienda huyendo del ajetreo de la gran ciudad para poder desconectar en un entorno rural. A este hecho es conveniente añadirle la ventaja económica que supone poseer fincas rústicas donde este propietario suma nuevos ingresos a su cartera procedentes de su terreno agrícola. A esto se añadiría la diversificación de patrimonio del perfil que busca crear una nueva vida en el campo”.

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